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Lo normal es llegar. Lo normal es escuchar la puerta del garaje o la cerradura de casa. Lo normal es, quizá, un saludo rutinario. Lo ... normal es que un hasta luego sea un hasta luego. Lo anormal es una llamada trágica que te anuncie que ese hasta luego era un adiós. En Valladolid, en 2024, lo anormal ha sucedido once veces. Nueve personas han fallecido en accidentes en carreteras interurbanas. Tres más, en la capital. Con todo, la estadística es algo mejor que en 2023. Aunque entonces, en Valladolid ciudad, las cifras ya eran tan espeluznantes como cada año: 2 fallecidos, 2 heridos muy graves, 33 heridos graves y 503 informes de siniestros viales con lesionados.
Y un porcentaje que es peor. Un 56% de los fallecidos en Castilla y León dieron positivo en alcohol o estupefacientes.
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«Queremos sentencias ejemplarizantes», reclamaba la representante de Aesleme (Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal). Contextualizaba, por si no quedaba claro: «Desde luego no son ejemplarizantes 15 meses de prisión para alguien que ha matado a una niña de 15 años». Como se quedan cortas las condenas para quienes matan a alguien en un accidente de tráfico bajo su responsabilidad y con alcoholemia positiva: como máximo, cuatro años.
El homenaje anual a las víctimas de accidentes de tráfico reunió en la plaza de Portugalete, en Valladolid, a unas doscientas personas, con una nutrida representación del colectivo motero, que recientemente ha designado a Rubén Manteca como presidencia de la Asociación de Motoclubes de la Provincia tras el fallecimiento, este año, de Ángel González Somoza. Precisamente en su honor se le entregó una placa a su hermano Carlos. «Fue una persona imprescindible para la celebración de este día», recordó el presentador del acto, el periodista Manuel Centeno, un motorista volcado con la divulgación y la educación en seguridad vial. «Nos reunimos para recordar a las personas, no hablamos de frías estadísticas, sino de familias destrozadas», contó con un nudo en la garganta Aitor Martínez, quien sufrió un accidente de tráfico cuando él y su compañero fueron arrollados por un camión. El compañero, Jesús Negro, falleció.
En ese afán por recordar a las víctimas, el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, anunció que la ciudad contará con una réplica de la escultura que ya luce en su homenaje en un puñado de municipios españoles desde hace unos veinte años. Representa un abrazo de dos figuras unidas por un volante y es obra de Rosa Serra. La obra, de 2,70 metros de altura y realizada en bronce, se colocará en la plaza de Portugalete, el lugar simbólico en el que cada año se celebra este acto de recuerdo a las víctimas de accidentes de tráfico. «Valladolid dispondrá así de un lugar simbólico concreto en el espacio urbano en el que se puedan celebrar los actos de memoria y homenaje relacionados con las víctimas de este tipo de siniestros», señaló Jesús Julio Carnero.
Aunque la tramitación de este tipo de asuntos es tan compleja como cualquier otra y aún se demorará unos meses, lo normal es que la nueva obra escultórica ocupe su lugar con tiempo suficiente como para que el año que viene el día nacional de recuerdo a las víctimas se celebre ante ella. «Os pido el compromiso personal, a la hora de conducir vuestros vehículos, con la seguridad vial, que nace de uno mismo. La tecnología nos ayuda, pero no vale de nada si el factor humano se empeña en saltársela», recordó Centeno. «Que el año que viene no nos falte nadie de los que estamos hoy aquí, que podamos volver todos», deseó el presentador del acto. Que sería lo normal.
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