Valladolid

Prendió fuego al colchón de su celda: «No tenía opción; me iba a matar»

Un presunto delito por el que la Fiscalía le pide once años de prisión por originar un incendio que no pretendía que fuera grave. «Estaba aterrorizado. Ese día, con un mechero, prendí fuego a la almohada para generar humo. Me saltaron unas ascuas en el brazo y arrojé la almohada sobre la cama. Antes de todo eso, ya había avisado por el interfono que había fuego en la celda para advertir a los funcionarios», ha continuado Benomar, cuyo testimonio se centró en que su actuación solo la ejecutó por el miedo hacia Vázquez Campillo con el que días atrás había compartido celda en un módulo destinado principalmente para los internos con conductas inadecuadas.

Por su parte, el otro acusado, el considerado autor mediato del incendio y que se enfrenta a penas de 17 años de cárcel (15 por el incendio y dos por amenazas continuadas sobre Amine), ha negado los hechos y ha asegurado que «en ningún momento incité a Amine a que incendiara la celda». «Le conozco desde pequeño (hecho que negó el otro acusado), desde que entró en prisión hace una década (compartieron varios meses en la cárcel de Topas). No es cierto que le fuera a pegar», ha recalcado Vázquez Campillo, en prisión desde hace más de 20 años.

La declaración de ambos acusados también se centró en un altercado sufrido tres días antes del incendio, cuando Amine y Vázquez Campillo compartieron celda debido al protocolo de acompañamiento puesto sobre Amine y que Vázquez Campillo aceptó. Jornadas anteriores, los funcionarios hallaron un móvil a Vázquez Campillo y se lo retiraron. «Pensaría que me había chivado y me dijo que me iba a matar», ha añadido Amine en su declaración.

Tras «varios días de amenazas», con compañeros de módulo advirtiendo al autor del incendio de que «Vázquez Campillo me tenía enfilado», Amine prendió fuego al colchón. El incendio y, sobre todo, el intenso humo, se propagó a gran velocidad por toda la galería y el resto de celdas ocupadas por otros internos. Los funcionarios actuaron de inmediato, «con riesgo propio para sus personas», y abrieron las puertas de las celdas para poder evacuar lo más rápido posible a sus ocupantes, «ante el grave peligro que conllevaba para sus vidas e integridad física la inhalación del ingente y denso humo», destacan todos los funcionarios que este martes han declarado.

Una rápida evacuación en la que se encontraron con la negativa de abandonar la celda del propio Vázquez Campillo, que alegaba en ese momento que «su madre y la prensa ya sabían que iba a morir ahí». «No sé el motivo de los hechos de Vázquez Campillo. Tal vez buscaba que se le cambiase de módulo», ha declarado el director de la cárcel.

Precisamente, el máximo responsable del centro penitenciario subió el día del incendio a la celda del preso al no querer abandonarla. Junto a él había más funcionarios e internos que intentaban convencer sin éxito a Campillo para que se colocara en un lugar seguro. «Al ver la gran cantidad de humo en la galería, abrí las celdas de tres en tres para que salieran los internos. A lo pocos minutos nos dimos cuenta de que faltaba y fuimos en su búsqueda», relataron los funcionarios de prisiones sobre los 11 minutos y 14 segundos que tardaron en sacar a Campillo de su celda, lo que supuso un aumento del riesgo de la integridad física y la vida de los presentes.

Precisamente todas las declaraciones de los funcionarios de prisiones reconocieron que Vázquez Campillo es considerado un «líder» dentro de la cárcel con «capacidad de manipular al resto de internos». «Tras el incendio me dirigí a Vázquez Campillo para decirle que por la tarde teníamos que hablar. Intuía que, a pesar de no haber sido en su celda, podía estar detrás de los hechos», ha señalado el director de la cárcel.

El incendio ocasionó daños en esa zona del módulo valorados en 886 euros más los intereses, una indemnización que tendrán que abonar los encausados si lo estima la Audiencia Provincial.