El portero que apaleó a su pareja asume otra condena por disparar al exnovio de la chica en Valladolid

La víctima, una chica de 29 años, ha tenido que pasar este miércoles por el mal trago de sentarse junto a su agresor, Lorenzo V. M., un portero de la discoteca Asklepios y exboxeador, que hace solo un mes fue condenado a seis años y nueve meses de prisión por apalear literalmente a su entonces novia y retenerla contra su voluntad en el almacén del citado local de la calle Torrecilla, en su casa e, incluso, en su coche. Pero hoy, a pesar de que sobre el agresor pesa una orden de alejamiento sobre ella y que la condena por malos tratos es firme, han tenido que compartir banquillo en el Juzgado de lo Penal número 2. Los dos estaban acusados de disparar el 17 de febrero al exnovio de la chica, si bien Lorenzo V. M. ha asumido su culpa, y una nueva condena a a 21 meses de prisión, y la Fiscalía ha decidido retirar la acusación contra ella por tenencia ilícita de armas.

Los hechos ocurrieron en aquel tercer fin de semana de febrero, cuando la chica había sido literalmente molida a golpes por su novio, el entonces portero de Asklepios, que decidió acudir con ella (antes la tuvo encerrada en el almacén de la discoteca) a un 'after' de la calle Nochebuena, El Nuevo Rincón del Cómico, en busca, al parecer, del exnovio de la chica. Fuentes de la investigación han apuntado que acudió allí precisamente para recriminarle que le acusara de maltratarla.

El caso es que los dos varones se enzarzaron en una discusión que Lorenzo, según ha reconocido hoy, zanjó sacando a relucir una carabina modificada (con capacidad para disparar un cartucho real de caza), con la que efectuó un disparo dentro del bar que impactó contra un cristal del local. Por estos hechos será condenado, conforme al acuerdo alcanzado hoy por el agresor, a nueve meses de prisión por un delito de amenazas graves, 12 meses más por tenencia ilícita de armas y al pago de dos multas de 90 euros cada una por dos delitos leves de daños (rompió el cristal del bar con el disparo y luego le rajó la rueda al coche de un cliente).

El incidente se saldó horas después con la detención de la pareja. A él le acusaban inicialmente de efectuar el disparo y a ella de tenencia ilícita de armas (presuntamente por haber cogido la escopeta). Los agentes, sin embargo, iniciaron enseguida una segunda investigación, esta vez solo sobre el portero, al observar las lesiones más que evidentes que presentaba la chica, que tenía un ojo reventado y hematomas por todo el cuerpo. Por estos hechos fue condenado hace apenas un mes Lorenzo V. M. a seis años y nueve meses de prisión por un delito de detención ilegal y tres de lesiones (en el ámbito familiar). La condena, que ya es firme después de que el propio agresor, al igual que hoy, asumiera su culpa, incluía una orden de alejamiento sobre la víctima cuando salga de prisión.

Así que hoy, aunque no haya llegado a celebrarse el juicio, debían compartir banquillo los dos acusados, víctima y agresor. Y lo hicieron durante los pocos minutos que duró la ratificación del acuerdo. A él, esposado y custodiado por dos guardias civiles, le han sentado en el primer banquillo de la minúscula sala de vistas y ella, a petición de su abogado, se sentó detrás sin parar de llorar y con una evidente estado de nerviosismo hasta que abandonó posteriormente los Juzgados de la calle Angustias arropada por sus familiares. Él regreso a la cárcel de Dueñas, donde tendrá que cumplir un conjunto de penas que suman ocho años y medio de prisión. Caso cerrado.