Tiene María –55 años– una retahíla de fotografías en su teléfono móvil de vomitonas, suciedad esparcida por la calzada y la calle colmada de chavales que están de juerga. Todo, bajo el piso en el que reside desde hace más de treinta años, en Macías ... Picavea, por cuyos márgenes se extienden hasta siete bares de copas y cuatro negocios de alimentación, entre muchos otros. Lo guarda «como oro en paño» porque –justifica– es el pan de cada fin de semana. «Lo veo perfectamente todo desde mi ventana, es terrorífico lo que vivimos todos los fines de semana», lamenta.
Publicidad
Pide, como otros tantos vecinos, que se regule la fiesta en Cantarranas. Dice que no tiene «nada en contra» de los bares, discotecas y bagueterías, que tienen que ganarse el pan, pero lo pide ya «por una cuestión de salud». «Nos está afectando ya seriamente, no descansamos ni podemos dormir por la noche», comenta esta mujer, que rechaza desvelar su identidad por «temor» a posibles represalias.
Noticia Relacionada
Cada jueves, viernes y sábado se las ingenian para tratar de compatibilizar sus horas de sueño con el jolgorio de la calle. Pero María ya desiste. «No descansamos;te pones tapones, ves la televisión o juegas al ordenador hasta que la juerga acaba y puedes dormirte un poco», reconoce, al tiempo que afirma que los «ratos» en los que logra dormir se despierta «constantemente». «Es que no funciona nada. Hay vecinos que tienen las paredes aisladas y las ventanas reforzadas pero no funciona;el ruido es tan potente en el silencio de la noche...», continúa.
Asimismo, considera que la pandemia ha «empeorado muchísimo» la situación. Lo padecen desde hace «muchísimos años, no es nuevo», pero cree que la gente está ahora «desbocada». «Hay mucho más jaleo, piensan que solo tienen derecho al ocio y no tienen en cuenta nada más que divertirse ellos, los demás no importamos, ni si descansamos o no», subraya María, mientras asegura que «quizás lo notamos más porque tuvimos una temporada estupenda pudiendo dormir por las noches, cuando no se salía».
Publicidad
Solo pide al Ayuntamiento que «haga algo antes de que sea tarde», de que arrase con la salud suya o de alguno de sus vecinos. «Hay veces que tengo a cien personas debajo de mi ventana. ¿De verdad creen que así se puede descansar? No es vida, se reproduce cada fin de semana y en verano, mucho más», sentencia.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.