Los antidisturbios custodian las instalaciones del Grupo El Salvador durante el primer registro realizado el 31 de enero de 2019. Ramón Gómez
Informe policial

El fraude de los ataúdes, un «pillaje» de 20 años que alcanzó los cuatro millones

El último informe de la Policía remitido a la jueza apunta que el grupo «planificó con minuciosidad» la apropiación de 5.997 féretros entre 1995 y 2015

J. SAnz

Valladolid

Martes, 27 de julio 2021

La documentación intervenida hace cuatro años en el domicilio de un trabajador del Grupo El Salvador sustenta las conclusiones de los investigadores y la valoración definitiva del montante que, a su juicio, pudo ganar la funeraria mediante el procedimiento del cambiazo de ataúdes antes de ... las incineraciones. El informe policial de 'valoración de féretros', fechado el 25 de junio y remitido a la jueza que investiga la denominada 'operación Ignis', abierta formalmente en 2018 y que desembocó en la detención de la cúpula de la empresa funeraria en 2019,calcula que el grupo obtuvo un beneficio ilícito de 3,8 millones de euros solo por la «sustracción» de 5.997 féretros que los investigadores consideran probados que realizaron entre los años 1995 y 2015.

Publicidad

La «abrumadora prueba documental, las testificales de familiares y allegados y la numerosísima documentación intervenida», recoge el informe policial, «hace llegar a la convicción de que cuando el Grupo El Salvador contrataba un servicio funerario, cuyo destino final había de ser la incineración del cadáver, planificaba con minuciosidad el mismo para el fin último de apropiarse del féretro, y también de los adornos florales –unos y otros, en teoría, eran revendidos–, en una estrategia de 'pillaje' en la que habrían participado tanto los responsables de la empresa como los empleados». Los agentes de la Brigada de la Policía Judicial, eso sí, reconocen que carecen de «pruebas documentales» sobre los posibles beneficios obtenidos por la presunta reventa de los adornos florales, aunque estiman que rondarían los 2,2 millones de euros en los 21 años investigados. Así que a esta cifra habría que sumar los 3,8 millones que, siempre según el informe policial, habría obtenido el grupo del 'reciclaje' de los ataúdes para superar los «seis millones de euros» de beneficios obtenidos de manera fraudulenta en el periodo investigado de 1995 a 2015.

Los investigadores, que apuntan en su informe que sus cálculos son a la baja, dado que estiman un coste medio de cada ataúd sustraído en 625 euros (su valor medio podría alcanzar los 4.500), consideran demostrado que el grupo 'recuperó' un total de 5.997 féretros destinados a la cremación en esos 21 años, de los cuales 2.629 pertenecían a clientes de compañías aseguradoras, 1.942 a particulares y 1.426 a otras funerarias (para las que realización la cremación). El valor de dichos féretros ascendería a 3.808.535,52 euros, de los cuales 1.619.620,29 se corresponderían a particulares, 1.328.650,94 a aseguradores y 860.264,29 a otras funerarias. Los agentes recuerdan, en este sentido, que el grupo comenzó a funcionar en 1995 con uno de los dos hornos incineradores existentes por aquel entonces en Castilla y León (el otro de la empresa mixta Nevasa).

Los agentes recuperan 4.505 facturas y apuntan que pudieron revender «miles de flores» para obtener otros 2,2 millones

Los agentes, en su informe, aportan un total de 4.504 facturas de los 5.997 casos y certifican el resto con otras pruebas recopiladas, en su mayoría, en la documentación intervenida el 2 de agosto de 2017 en el domicilio de un trabajador, J. M. G., al que investigaban inicialmente por intentar extorsionar al propietario de El Salvador, Ignacio Morchón Alonso. «El testimonio que J. M. G. puso a disposición de este grupo investigador de manera involuntaria quedó avalado por la abrumadora prueba documental» y el resto de indicios recopilados entre 2017 y 2021.

Publicidad

Siete de cada diez servicios

El informe, sobre el que presumiblemente se sustentará en su momento la posible acusación de los imputados (aún por determinar y cerrarse las diligencias), realiza un recorrido pormenorizado año a año sobre la actividad del grupo en lo que a cremaciones se refiere y concluye que habrían 'reciclado' el 73% (5.997) de los 8.205 ataúdes destinados a la incineración entre 1995 y 2015. En ese periodo, además, habrían 'recuperado' en paralelo «miles de coronas, centros y ramos de flores» para su posterior reventa en el propio tanatorio. De esto último, sin embargo, apenas aportan documentación más allá de concretar que solo en el año 2006 habrían podido obtener un beneficio real a través de este último método de 403.225 euros pese a haber declarado 114.695.

Solo el dinero obtenido presuntamente de manera fraudulenta por el grupo explicaría, siempre según recoge el informe policial, la presencia de los 961.785 euros «intervenidos en el domicilio de Ignacio Morchón Alonso con ocasión de la diligencia de entrada y registro del mismo».

Publicidad

«Los responsables de la empresa y los empleados llevaron a cabo una estrategia de 'pillaje'», apuntan los investigadores

El porcentaje de «féretros sustraídos» llegó a alcanzar el 92% de los servicios de cremación realizados en años como el 2001, cuando los agentes estiman que recuperaron 318 de los 342 ataúdes destinados a la cremación, y el coste de los mismos –léase beneficios– llegó hasta los 347.035 euros en años como 2013, cuando habrían 'reciclado' 416 de los 639 féretros que debían cremar. El porcentaje de supuestos 'cambiazos' recogido por los agentes descendería ya de manera notable en 2014 y 2015, los dos últimos años de los que aportan documentación, cuando cayeron al 49% y al 36%, respectivamente. El informe, no obstante, recoge que el Grupo El Salvador pudo iniciar este tipo de prácticas fraudulentas desde el mismo año, 1995, en el que inició su actividad, cuando contaba con un horno incinerador, y apunta que cuando amplió sus instalaciones (2013) pudo «incinerar en ellas algún cadáver con anterioridad a la autorización para iniciar la actividad».

La defensa considera que el informe «no aporta certezas» y apunta más a un posible delito económico

El informe, que destaca la «minuciosidad» de la documentación intervenida al trabajador, que incluía «pruebas fotográficas», incide en que no solo los responsables del grupo familiar, encabezado por Ignacio Morchón y sus hijos Ignacio y Laura –los tres fueron detenidos al inicio de la 'operación Ignis'–, sino también los trabajadores –22 fueron arrestados durante la investigación– «trataban directamente con los familiares, impidiéndoles en algunos casos presenciar la incineración y en otros, a través de una puesta en escena realmente deplorable, simulando la incineración en un lugar en el que realmente no se produciría para posteriormente trasladarlo a otras instalaciones y sustraer el féretro y las flores».

Publicidad

Por todo lo indicado, concluye el informe policial del 25 de junio, «es evidente que el cálculo de efectos sustraídos, tanto de féretros como de adornos florales, sin tener en cuenta las irregularidades contables, superaría sin duda alguna los seis millones de euros».

Documentación contable»

Fuentes de la defensa de la familia Morchón apuntaron que el informe policial no aporta, a su juicio, «certezas sobre las manifestaciones del trabajador» y recordaron que «toda la documentación contable ha estado siempre a disposición de los investigadores». La defensa, en este sentido, considera que la investigación «apunta de manera inequívoca a un posible delito económico», ajeno a los trabajadores y clientes del grupo, y añade que «debería desvincularse definitivamente a los trabajadores».

Publicidad

«Las cajas de Segovia no se cambian por ser de mala calidad»

La documentación intervenida por los agentes apunta a que 712 de los féretros destinados inicialmente a su «sustracción» sí se incineraron por motivos (por escrito) como que entró la familia (en 268 ocasiones), la mala calidad del ataúd (241), que estaba manchado (39), que el fallecido era infeccioso (15), que se trataba de familiares de empleados (7) o que los finados eran niños o fetos (30), monjas o vecino de un empleado. Se apuntaba abiertamente, por ejemplo, que «las cajas de Segovia no se cambian por ser de muy mala calidad».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad