Una mujer circula por el carril-bici de doble dirección de la avenida de Salamanca. Carlo Espeso

El plan de la bici busca aumentar su «escaso» uso en Valladolid con 75 kilómetros más de vías exclusivas

El documento achaca la tímida presencia de ciclistas urbanos a la desconexión de los carriles reservados para las dos ruedas

J. Asua

Valladolid

Viernes, 23 de abril 2021, 08:19

El avance del Plan Director de la Bicicleta de Valladolid, un documento de 175 páginas sujeto aún a revisión por parte del equipo de gobierno, plantea sumar 75 kilómetros más de vías para las dos ruedas a los 126,5 existentes en diferentes configuraciones con ... el objetivo de potenciar el «escaso» uso de este medio de transporte en la ciudad. La idea es crear nuevos trazados que unan puntos clave, así como enlazar los canales inconexos ahora en servicio para lograr una malla tupida que permita circular sobre el sillín con garantías de seguridad por el conjunto de la trama urbana.

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Los redactores del estudio han constatado que los vallisoletanos que se mueven a pedales son una minoría, a pesar de las buenas condiciones orográficas y climatológicas de la ciudad. En un radio de cinco kilómetros, destacan, se concentran residencias y centros de trabajo, con lo que los tiempos máximos de recorrido serían de 25 minutos de tener una red bien diseñada.

Los datos recogidos en el informe desvelan que en Valladolid se registran 5.289 desplazamientos ciclistas diarios y 2.644 en patinete. Entre ambos representan solo el 1,4% del total. Los autores también ponen de manifiesto la baja dotación ciclista en los hogares: únicamente el 43% disponen de una bicicleta frente al 70% de media en España. Los expertos achacan la baja utilización de este vehículo ligero a razones de índole cultural, pero, especialmente, a la desconexión entre los diferentes trazados que desaniman a muchos potenciales usuarios, los menos duchos, al no contar con recorridos completos y seguros.

Y es que en principio y, según este diagnóstico, los vecinos ven con buenos ojos la apuesta por las dos ruedas. El 71% aumentaría la oferta para los usuarios, eso sí, utilizando parte de la calzada. «Se prefiere la circulación compartida con el resto de vehículos o quitar un carril de circulación antes que reducir oferta de aparcamiento o invadir las aceras», recoge el plan tras las encuestas realizadas para su elaboración.

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En el caso de los habituales del manillar, la opción que recibe mejor valoración a la hora de circular es la del carril-bici segregado con separación física del tráfico motorizado. «Los de coexistencia o los carriles segregados sin separación física se valoran muy negativamente».

El documento establece las medidas a desarrollar. Así, plantea como prioridades completar la red en el centro de la ciudad, llegar a la zona residencial de Parquesol, la más alejada del casco histórico y donde la bici «supondría una alternativa muy competitiva respecto al coche», conectar los polígonos industriales y dar cobertura con estos canales los centros de Educación Secundaria para que los adolescentes se sumen a esa nueva movilidad que promueve el gobierno municipal. Antes de 2023 aboga por habilitar dos ejes básicos: el primero, que una el norte y el sur a través del Paseo de Zorrilla y el segundo, entre el este y el oeste con un canal por Rondilla de Santa Teresa. Dar mayor cobertura a los barrios de La Victoria y Parquesol –ahora se ultima un carril desde el parque de Los Almendros hasta el hotel Tryp Sofía– y desarrollar ejes verdes que conecten con el alfoz completan las intervenciones que se plantean a corto y medio plazo.

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También se dedica un capítulo a la necesidad de poner en marcha la denominada 'bicicleta pública intermodal' para favorecer el uso de este vehículo entre los visitantes y residentes que utilizan asiduamente el tren o el autobús interurbano. Para los primeros, se propone colocar un espacio en la estación de Campo Grande y otro en la de autobuses en el cual se alquile una bicicleta (con candado antirrobo) para realizar el último desplazamiento hasta el destino. En el caso de los residentes que utilizan habitualmente el transporte público interurbano, la solución es crear un espacio cerrado y vigilado para guardar su bicicleta particular.

Más allá de los 30 kilómetros por hora

Los autores del estudio consideran que la limitación de la velocidad a 30 kilómetros por hora prevista en el Reglamento General de Circulación en todas las vías con un único carril de circulación por sentido supondrá una oportunidad para facilitar la convivencia de la bicicleta con el resto de tráficos y que los más miedosos se animen, así, a subirse al sillín al rebajarse los riesgos. Y van más allá al plantear esa misma reducción en el carril derecho de todas las vías con más de un canal para asegurar ese espacio a los usuarios. Además, se apunta la posibilidad de permitir circular a contrasentido en todas las calles a 20 kilómetros por hora y autorizar la utilización para la bici de las vías peatonales que no registren un elevado tráfico de viandantes.

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El concejal de Movilidad y Espacio Urbano, Luis Vélez, acota que se trata de un documento «provisional», abierto a correcciones y a la incorporación de nuevas medidas en el periodo de exposición pública. No obstante, califica este avance como una «herramienta importante» para la planificación de la red. Su finalidad es completar una malla segura, homogeneizar las infraestructuras que dan cabida a los ciclistas y potenciar este medio de transporte.

Perfil del ciclista

Varón, de mediana edad y con estudios

El perfil del usuario en Valladolid es el de un varón de entre 26 y 50 años, con estudios superiores y trabajo fijo, padre de familia, preocupado por su salud y por el medio ambiente. Utiliza la montura al considerarla una opción práctica y rápida. Se detecta un uso mayoritario de bicicleta propia, frente al alquiler público, y los desplazamientos entre el domicilio y el trabajo son los más habituales, unos trayectos de entre 3 y 5 kilómetros.

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Aparcamientos

Sumar 820 plazas y puestos a resguardo

El plan director también apuesta por incrementar el 40% –68 enclaves más– el número de aparcabicis distribuidos por el témino municipal, lo que se traduciría en un incremento de 820 plazas. Ahora hay 158 con capacidad para 1.288 bicicletas. Para completar esta red de barras para candar los vehículos se recoge la necesidad de habilitar aparcabicis cerrados y de tipo consigna, que ofrezcan seguridad al ciclista urbano.

Promoción

Oficina de la bicicleta y campañas de uso

El documento contempla la creación de una oficina de la bicicleta que ofrezca toda la información sobre este medio de transporte en la ciudad y lleve a cabo un seguimiento para aplicar las medidas y evaluarlas. También propone una entrada, dentro de la web municipal, en la que se recoja la oferta para los usuarios del pedal. Este recurso se complementará con campañas de difusión en todos los ámbitos para fomentar su utilización.

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Flota municipal

Policías y técnicos municipales a pedales

Dar ejemplo en casa. Los autores del documento, pendiente del periodo exposición pública, instan a incrementar los agentes de la Policía Municipal que ahora patrullan en bici (10) y ampliar la flota a pedales dentro de los servicios municipales para tareas de mantenimiento del espacio público o de distribución interna. También se incentivará el uso de triciclos eléctricos entre las empresas de reparto que trabajen en la ciudad.

Sistema de préstamo público

Más estaciones y 700 vehículos eléctricos

El diagnóstico constata que el sistema de préstamo público de bicicletas (Vallabici) tiene una baja utilización y logra un aprobado raspado en su funcionamiento por parte de los vallisoletanos registrados. El estudio insta a incrementar de 34 a 114 las estaciones de préstamo, lo que supondría alcanzar los 1.400 anclajes, así como cambiar los vehículos tradicionales por 700 eléctricos para hacer más fácil el acceso a barrios periféricos y polígonos.

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