El Pisuerga y el Esgueva rozan el lleno en el pico de sus crecidas en Valladolid

El principal río de la ciudad ha alcanzado un volumen superior al de las crecidas de mediados de enero, con un pico que a primera hora de esta tarde alcanza los 315 metros cúbicos por segundo (24 horas antes arrastraba 248), lo que supone su mayor avenida de los últimos meses. Este volumen ha sido más que suficiente para que las aguas del Pisuerga alcancen los paseos inferiores del puente de Poniente, en torno a las casetas de Los Amigos del Pisuerga y del Catarro. No obstante, su caudal muestra ahora una tendencia a estabilizarse y se encuentra muy alejado de su nivel de alerta (619).

Aguas arriba, además, se han retirado las alertas de uno de sus principales afluentes, como es el Arlanza, y la estaciones del propio Pisuerga en la cabecera muestran un nivel descendente.

Y también ha descendido notablemente el caudal del Esgueva, que a última hora del domingo alcanzó una notable punta de 12,8 metros cúbicos por segundo (ligeramente inferior a la registrada en el episodio de enero) y que a primera hora de la tarde de este lunes arrastra ya 9,8 metros cúbicos, por debajo ya de su nivel de alerta.

El volumen del afluente capitalino, no obstante, es suficiente para cubrir hasta casi rebosar su cauce en el tramo medio del mismo a su paso por la capital, donde cubre por completo sus paseos inferiores, sin riesgo ya de que alcance la calzada. Su tendencia, en cualquier caso, es claramente descendente.

Más problemas ha causado el Esgueva a lo largo de su valle, donde el domingo anegó tierras de cultivo, parques y caminos a su paso por Villanueva de los Infantes, Olmos de Esgueva y Villarmentero. Allí su caudal ha descendido a casi la mitad en las últimas horas hasta estabilizarse ya en los 6,4 metros cúbicos por segundo (ayer alcanzó un pico de 9,6) a su paso por Villanueva.

Allí el río su cuarto episodio de desbordamientos en los últimos cuatro meses, tras los registrados los días 4 de diciembre, 17 de enero y 27 de febrero. El Esgueva ahora se encuentra ya muy por debajo de su nivel de alerta de desbordamiento, que se sitúa en los siete metros cúbicos por segundo.

Las miradas se centran ahora en el principal río de la cuenca, el Duero, que ha experimentado una más que notable crecida en las últimas horas fruto de las aportaciones, sobre todo, del Pisuerga y que arrastra ahora 523 metros cúbicos por segundo en San Miguel del Pino (allí arrastraba ayer 363). Su tendencia es aún ligeramente al alza con el consiguiente riesgo de ocasionar los habituales (sin mayores complicaiones) desbordamientos en torno al puente de Tordesillas. El río, no obstante, está lejos del pico de 804 metros cúbicos que alcanzó en enero.

La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) mantiene aún activada la alerta en la cabecera del río en Soria, donde supera sus niveles de riesgo en las estaciones medidoras de Osma y Navapalos; al igual que, ya en territorio vallisoletano, en Quintanilla de Onésimo. A la espera de la llegada de dicho pico, el Duero se mantiene, no obstante, estable antes de pasar por la capital vallisoletana, en el barrio de Puente Duero, con un caudal de 146 metros cúbicos por segundo (casi idéntico al de ayer)

Y el cuarto río de la capital, el Adaja, que baña con sus aguas la urbanización los Doctrinos, al otro lado de Villanueva de Duero, mantiene ahora su caudal habitual para la época de 26 metros cúbicos por segundo, (ayer arrastraba 24). Esto sitúa el volumen del afluente en un nivel que nada tiene que ver con su crecida histórica de mediados de enero, cuando llegó a alcanzar los 240 metros cúbicos. Es el mismo caso que el río Cega, que entonces alcanzó los 208 metros cúbicos y que ahora se mantiene estable en torno a los 16 a su paso por Megeces.