Pipi, el cabecilla de la banda del BMW de Valladolid, vuelve al banquillo

Sostiene el fiscal que los tres acusados «puestos de común acuerdo y con ánimo de obtener un injusto enriquecimiento patrimonial», entre las 22:00 horas del 14 de febrero y las 11:00 horas del 15 de febrero de 2017, tras violentar el bombín de la puerta derecha y de los portones accedieron al interior de un camión Scania de la empresa Entertainment Hispalis que estaba estacionado en el área de servicio del Hostal Paco de Valladolid, situado en el kilómetro 117 de la carretera A-62 y se lo llevaron hasta «un lugar desconocido». Allí le quitaron la placa y le colocaron otra matrícula. Estuvieron circulando con el vehículo hasta que este fue recuperado por agentes de la Guardia Civil diez días más tarde en una avenida de Getafe (Madrid). Se quedaron con todo lo que había dentro del camión: altavoces, cámara de vídeos, grabadores, focos de luces móviles, muebles mostradores lacados, televisores, material de bastidores de hierro y otros objetos con un valor superior a 213.122 euros. No dejaron ni la maleta que contenía la ropa del conductor ni las llaves.

Parte de los efectos del camión se encontraron en el domicilio de 'Pipi', en un pueblo de Madrid y en una nave del Polígono de las Lobas en Valladolid durante una entrada y registro realizada conjuntamente por agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional el 27 de febrero de 2018. También se les acusa de robar un turismo BMW que estaba estacionado en una calle de Laguna de Duero el 3 de enero de 2018, tras violentar una de las puertas. El coche fue recuperado también en el registro realizado en el Polígono de Las Lobas.

En este mismo procedimiento se les juzgará por el asalto ocurrido la noche del 31 de enero de 2018 a las instalaciones de la empresa Construcciones Llorente la Esperanza ubicadas en el kilómetro 355 de la antigua carretera de Soria, en la Cistérniga. Entraron tras romper el cristal de una ventana situada a cuatro metros del suelo y fracturaron el candado de una nave posterior y parte de una tapia interior para entrar al interior con un camión. Llenaron el vehículo con tres estufas de pellet, macetas, brocas, discos de diamante, espuma de poliuretano, puertas, ventanas, mangueras y otros efectos utilizados en obras de albañilería y construcción valorados en 24.861 euros. Parte de estos se encontraron también en la vivienda de José Luis Rivera.

Para el fiscal, en esta «agrupación para cometer delitos», es 'Pipi' quien ejercía «funciones de jefatura, sin que conste el carácter estable o por tiempo indefinido de la referida unión». Los hechos constituyen tres delitos de robo con fuerza en las cosas, otro de pertenencia de grupo criminal y otro de falsedad. En su petición de pena, tiene en cuenta la agravante de reincidencia para los acusados Rivera Díez y Plaza Rivera respecto de los delitos de robo.

En diciembre del pasado año, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJ) absolvió a José Luis Rivera Díez 'Pipi', revocando la sentencia de la Audiencia de Valladolid que le condenaba por blanqueo a ocho meses de prisión y al pago de 45.000 euros de multa.

La Sala de lo Civil y Penal estimó los recursos de los condenados y revocó el fallo condenatorio dictado en junio, absolviendo a 'Pipi' y a sus progenitores de los tres del delito de blanqueo que les imputaba el fiscal por poner el primero a nombre de sus padres un vehículo BMW, adquirido por 21.000 euros en metálico y reparado con otros 8.428; una furgoneta Opel Vivaro que costó 14.000 euros, así como un merendero en Tudela de Duero valorado en unos 14.000 euros.

El fallo se basó en que «no aparece suficientemente acreditada la comisión del delito de blanqueo de capitales del artículo 301.1 del Código Penal por el que han sido condenados». Así mismo, consideró que la condena de la Audiencia se basa en el historial delictivo del hijo «con anterioridad a las fechas de adquisición de los bienes».

El fallo condenatorio de 'Pipi' y sus padres, según justificaba la Audiencia de Valladolid, obedecía a la idea de que el primero, «para poder ocultar el dinero que generaban los delitos por él cometidos» en forma de numerosos robos al frente de la banda del BMW «y poder beneficiarse de estos ingresos», se concertó con sus progenitores para dar apariencia legal a las tres operaciones comerciales analizadas en el juicio. En el juicio, la defensa solicitó un fallo absolutorio por falta de pruebas después de advertir de que la compra de los vehículos y el merendero se realizó con anterioridad a los años 2016 y 2017, cuando la Banda del BMW cometió una veintena de robos. Entre ellos, estos por los que serán juzgados este próximo martes 13 de junio en el Juzgado de lo Penal 3 de Valladolid después de tres suspensiones.