![Valladolid: Piden más de cinco años de cárcel al joven que pintó y escribió 'españolismo es fascismo' en Colón](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202206/02/media/cortadas/pablo-colon-kGTE-U170298169768WdF-1248x770@El%20Norte.jpg)
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«Nadie está en la cárcel por ninguna de estas protestas», ha afirmado este jueves Pablo Fernández Domínguez a las faldas de la escultura de Colón de Valladolid. En ese mismo punto, el 12 de octubre de 2019, este joven, acompañado de más personas, roció presuntamente el monumento con espray rojo, a la par que escribía la frase 'españolismo es fascismo' y tiraba huevos.
Eso sucedió el Día de la Hispanidad. Tres meses después, en enero de 2020, Pablo Fernández Domínguez, según recoge el escrito de la Fiscalía de Valladolid, se dirigió a la sede del partido político Democracia Nacional. «Tras conseguir abrir la verja metálica y apalancar las dos puertas de acceso, entró en las dependencias, donde se hizo con diversos objetos (banderas, pegatinas...), causando desperfectos por rotura de cuadros, banderas españolas y del partido, las cuales pintó de rojo».
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Tras estos hechos, Pablo Fernández, que por aquel entonces tenía 20 años, fue detenido el 12 de febrero de 2020, cuando salía de su domicilio con una bolsa «con parte de los efectos sustraídos de la sede del partido».
Dos años y medio después de la detención, Pablo Fernández se enfrenta a cinco años y tres meses de prisión por un delito contra el patrimonio histórico, otros dos por odio y un quinto por robo con fuerza, con una indemnización total de 13.000 euros, en un juicio que se celebrará el 6 de junio en la Audiencia de Valladolid.
Según el Ministerio Público, la acción del joven, militante del colectivo Yesca y vinculado al partido político Izquierda Castellana, venía determinada «no solo por la voluntad de ocasionar desperfectos en el monumento, sino también, en una fecha en que se celebra el Día de la Hispanidad, por denostar públicamente y generar una predisposición contra los valores históricos que el conjunto escultórico representa y, especialmente, contra los ciudadanos que pudieran sentirse identificados».
Los trabajos de limpieza de la escultura, efectuados por el Ayuntamiento de Valladolid, ascendieron a 844,52 euros, mientras que la restauración del conjunto se presupuestó en 12.705 euros. «El acusado no solo estaba movido por el propósito de hacer suyo aquello que le pudiera reportar algún beneficio, sino también por su animadversión hacia los partidos políticos de ideología opuesta a la suya, a los que califica como 'fascistas'», se recoge en el escrito de Fiscalía.
Ante la petición de Fiscalía, Pablo Fernández se ha concentrado este jueves en el monumento de Colón, junto a familiares y amigos, para pedir su absolución. «El contexto en el que se produce esta acción, que tiene una obvia justificación política, está enmarcado en las protestas que en todo el mundo se estaban llevando a cabo contra el colonialismo a través de sus símbolos y personajes más destacados», ha afirmado Pablo Fernández.
Ubicada dentro de la delimitación del conjunto histórico de Valladolid, la escultura de Colón carece de la declaración de Bien de Interés Cultural. El monumento se instaló definitivamente en 1905 orientado para que, a través del paseo lateral del Campo Grande, mirase hacia la estatua del escritor José Zorrilla, en la plaza de Zorrilla. Es uno de los emblemas de la capital y su elaboración se le otorga a Antonio Susillo. Se colocó en esa ubicación gracias a una encuesta en las páginas de El Norte de Castilla.
Un comunicado en el que hace referencia a la petición de Fiscalía. «No trata de alcanzar justicia, sino de aplicar venganza mediante un castigo ejemplarizante. Las peticiones constituyen una aberración, además de ser absolutamente desproporcionadas si se comparan con algunos casos que estamos viendo recientemente y que se saldan con la total impunidad para corruptos, agresores sexuales, narcotraficantes y delincuentes, empezando por el Rey Emérito», ha añadido el acusado.
Para Pablo Fernández, la administración de la Justicia «busca establecer un delito de odio contra los sentimientos de los ciudadanos españoles donde tan solo cabe deducirse una acción de protesta contra la lectura fanática y xenófoba que se hace del pasado colonial».
De esta forma, el joven pretende defender «nuestra inocencia durante el juicio sin renunciar a señalar la naturaleza revanchista de este procedimiento. Las elevadas peticiones fiscales convierten este proceso en el juicio político más importante de los últimos años en Valladolid», ha concluido. Además, este viernes hay una nueva concentración en La Molinera.
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