Influencers de Castilla y León: «La primera vez que te contacta una marca te quedas en shock»

El 'Estudio de Redes Sociales 2023' de IAB Spain revela que los niños y adolescentes, con edades entre los 12 y los 17 años, han elegido Tik Tok como su red social preferida, los jóvenes (entre los 18 y los 34) se decantan por Instagram y, a partir de esa edad, WhatsApp no tiene rival.

WhatsApp, Facebook, Instagram y YouTube se consolidan como las redes sociales más utilizadas. La denominada generación Z (los nacidos entre 1997 y 2012) es la que más redes utiliza (6,5 en promedio) y también la que más tiempo está conectada (una hora y media al día aproximadamente). El móvil continúa siendo el principal dispositivo para conectarse, según recoge el informe, que cifra en 30 los millones de españoles que son usuarios de las redes sociales.

Otro de los datos destacados por IAB Spain, que elabora este estudio desde hace quince años, es que uno de cada dos usuarios, sigue a influencers, algo que ocurre, sobre todo, en Instagram (70%). En general, amigos, familiares y conocidos continúan siendo las cuentas más seguidas en redes sociales (96%), y a continuación se sitúan las de 'influencers' (51%) y las de perfiles de marcas (43). Los perfiles que más siguen este tipo de cuentas son las mujeres y los jóvenes de 18 a 24 años.

En concreto, el estudio señala como internautas al 94% de la población entre 12 y 74 años y como usuarios de las redes sociales a un 85%, y también señala que las mujeres utilizan las redes en un porcentaje ligeramente superior al de los hombres, sobretodo edades entre los 18 a los 34 años

Si bien para muchos es un 'chollo', detrás de este trabajo hay horas de preparación y gestión de contenidos. Así lo asegura Susana Diez Santiago, influencer burgalesa de 43 años que cuenta con más de 50.000 seguidores en Instagram.

Comenta que todo empezó con su primer hijo, hace aproximadamente cinco años. Se trataba de una cuenta dedicada a la maternidad con la que logró una gran aceptación y que poco a poco viró hacia la moda, tipo de contenido que aún sigue publicando.

Diez dice que no existió ningún punto de inflexión que le hiciera ganar un número significativo de seguidores, sino que fue todo de manera paulatina. A medida que iba creciendo, las marcas se fijaron en ella y llegaron los primeros contratos. Al principio se trataba de pequeñas promociones con intercambios de productos: «Ellos me regalaban un determinado complemento a cambio de que yo les hiciera publicidad en Instagram». Con el paso del tiempo, fue cogiendo un camino más profesional. «Con el aumento de seguidores comenzaron a contactar conmigo marcas más grandes, ahí se pacta todo, desde el número de post hasta en qué fechas tiene que estar publicado».

Uno de los secretos, asegura Diez, es mantener el contacto con la gente, «ser natural», crear una comunidad donde los seguidores sientan que pueden confiar en la persona. «Lo más importante es no anunciar nada que sea falso o que no estés segura de los resultados que promete. Por ello, yo lo que hago es promocionar cosas que yo misma he usado y con las que me siento satisfecha». Actualmente, Susana Diez no vive de Instagram, se trata de un extra, ya que mantiene su trabajo como enfermera en un hospital. Aparte, se encuentra inmersa en la creación de su propia línea de ropa (Diez&Diez Collection). Según explica, con la creación de esta tienda 'on line', y al ver cómo manejan las marcas las redes sociales, sí se plantea el salto a Tik Tok.

«En el momento que eres un personaje público estás expuesto a las críticas y a los comentarios de la gente». Diez comenta que en su caso tiene «suerte» porque al tratarse de un perfil «muy 'blanco'», entre sus comentarios no se encuentra el típico perfil 'hater'.

En palabras de Susana Diez, existe mucho trabajo detrás de cada publicación, «pero más que en pensar qué tipo de contenido crear, en preparar ese contenido». Considera que en las redes sociales existe «una pérdida de naturalidad», hay que estar «pendiente del algoritmo para saber a qué hora es mejor publicar, pero también es necesario editar las fotos. En mi caso todas cuentan con un filtro propio para que el feed mantenga la armonía».

Si alguien pasara 24 horas con ella, no vería el perfil de un influencer al uso ni mucho menos. «No le dedico todo el tiempo del día a esto. Trabajo en un hospital. Entonces, entre los tiempos muertos, en los descansos o en las horas de sueño aprovecho para gestionar todo el contenido». Diez destaca una herramienta importante con la que cuenta Instagram: «Se pueden dejar las publicaciones programadas, si tengo tiempo puedo dejar varias listas en adelanto. Así, si algún día no puedo gestionar mis redes, sé que va a seguir teniendo contenido».

No ha pensado en su futuro en redes, pero si se acaba «no pasaría nada, por eso mantengo mi trabajo y me involucré en el proyecto de la marca de ropa». Asegura que al tratarse de un trabajo con fecha de caducidad, si se encontrara en la tesitura de tener que elegir no se la jugaría y continuaría con su vida fuera de las redes sociales. «No quiero convertirme en una esclava de esto. Actualmente no solo trabajo para marcas, tengo libertad para subir lo que quiera y eso es lo que pretendo mantener. Si mi perfil se convierte en algo 100% profesional tendría que cumplir con unos compromisos que me harían perder esa libertad».

Marina Mateos, una vallisoletana estudiante de Ingeniería Química de 21 años, ha conseguido destacar en Tik Tok, donde cuenta con más de setenta mil seguidores y roza los dos millones de 'me gusta'. En la red social por excelencia, Instagram, cuenta con más de doce mil seguidores, a pesar de ha tenido la cuenta privada durante mucho tiempo.

«Empecé a crecer en Tik Tok durante la pandemia, fue un antes y un después. Mi círculo flipaba con todo lo que estaba consiguiendo, de hecho mis amigas se ilusionan igual que yo con cada paquete que llega. Pero la persona más importante que tengo es mi madre, siempre dispuesta a aconsejarme tanto con el contenido como con las colaboraciones. No sé qué haría sin ella». La notoriedad en redes no pasa desapercibida para las marcas. «La primera vez que te contactan te quedas en shock, sientes que lo que haces sirve para algo. Cuando encima se trata de marcas que tú misma consumes desde pequeña… es algo que no esperas», comenta.

Su contenido se basa en mostrar lo que hace día a día. «Empecé a notar cómo la gente me preguntaba por la ropa, el maquillaje...». La influencer hace hincapié en la importancia de crear una comunidad ,que la gente pueda preguntar y exista 'feedback'.

Actualmente, no puede vivir de ello, pero asegura que le encantaría porque «disfruto cada momento». Como es un trabajo donde el futuro no está escrito, Marina continúa con su preparación universitaria. Mientras, se muestra encantada con Tik Tok, donde es más sencillo monetizar el contenido. «Llevo ya tres años, ojalá sean muchos más. Si en algún momento llegara a dedicarme a esto al 100%, quizá si echara de menos poder ser anónima».

Para la creación de contenido, más que las horas, considera que lo esencial es «inspirarte para crear algo original donde seas tú mismo, igual puedes tardar dos horas como treinta minutos, pero por lo general le dedico bastante tiempo». Por eso, asegura que 24 horas con ella sería un show «es básicamente reírte durante todo el día, soy muy divertida, siempre estoy alegre y pensándolo bien. Plan nunca va a faltar y vas a disfrutar al 100%».