«Mucho contenido se hace viral y puede abrumar pensar cuántas personas lo van a ver»

Las redes sociales a veces son un arma de doble filo, pero en este caso, han ayudado al joven escritor a proyectar su trabajo y a darse a conocer más allá de Valladolid. «Empecé en 2002/2003, cuando todavía no existían las redes sociales tal y como las conocemos ahora. Para mi, las redes empezaron siendo los blogs de MSN Space, Blogspot, Fotolog, My Space y luego de ahí a las redes sociales que conocemos hoy en día», añade el escritor, quien afirma que todo ha evolucionado mucho hasta llegar al momento en que comenzó a publicar sus libros.

No fue hasta 2017 cuando se aventuró a publicar 'Abrazame los monstruos', su primer libro. Las redes sociales siempre han sido un apoyo para David, donde empezó a colgar sus primeros escritos en Instagram y Twitter que comenzaron a hacerse más visibles con el paso del tiempo.

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En varias ocasiones el escritor ha comentado que su primera red social «fue un autobús, el que me llevaba a clase camino del instituto Condesa Eylo», donde comenzó pegando pósits escritos con frases y poemas en los respaldos de los asientos de los autobuses. Sin embargo, el influencer es fiel a las viejas costumbres. Aún sigue publicando en su página web de WordPress, que le ha acompañado y servido de inspiración durante muchos años. «Sigo haciendo lo mismo que hacía hace 20 años pero me voy adaptando a los distintos tipos de redes que van surgiendo», señala.

Aunque estén muy presentes en su día a día, el escritor confirma que su trabajo en redes sociales no se ha convertido en un estilo de vida para él. «Por un lado hago mi vida y por otro mi trabajo, que es escribir libros. Las redes sociales funcionan a modo de escaparate para cualquier trabajo o cualquiera que quiera darse un poco de difusión de lo que está haciendo», continúa.

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David Galán define su contenido como algo «puramente literario». El escritor lleva trabajando con las letras más de 20 años, y esto, lo intenta trasladar a las redes de una manera atractiva y bonita siempre que puede. «Si voy de viaje siempre me llevo un poco de trabajo para luego en redes poder enseñar algo».

Hay que tener en cuenta que las redes están en constante crecimiento y evolución. David ha vivido de primera mano las transformaciones que han ido experimentando las aplicaciones que hay en día, son una herramienta más de trabajo para él. «En Twitter han cambiado mucho las cosas, hemos pasado de 140 caracteres a 280, por lo que me permite extenderme un poquito más»,explica. Aplicaciones como Facebook e Instagram tampoco se han quedado atrás en la evolución. El escritor recuerda cuando en Instagram ponía un texto de 200 palabras y una foto, y al principio, «nadie se paraba a leerlo».

Lo que antes eran pocas visualizaciones y un trabajo más de puertas hacia dentro cambió cuando un día David publicó en Instagram una frase que publicó en Twitter y vió que gustaba a la audiencia. «Empecé a ver que lo que escribía en una nota de papel o en una máquina de escribir gustaba a la gente». Haciendo un balance de su recorrido, David señala que sigue haciendo «lo mismo de siempre», haciendo ver que «todo lo que estaba en los blogs ahora está en los libros».

La popularidad en redes es algo difícil de conseguir y mantener, dos cosas que parece que David ha sabido compaginar a la perfección. «Es cierto que mucho contenido se hace viral y puede abrumar el hecho de pensar cuántas personas lo van a ver», reconoce. Cuando trabajas en algo y lo haces con pasión, pensar en negativo no es una alternativa. David admite que le cuesta pensar en las cosas malas que tiene su trabajo, ya que todo lo que hace lo disfruta como si fuese el primer día. «Tengo un amigo que siempre me dice que soy rico, ya que tengo el trabajo que me gusta y disfruto de ello». Redry lanza un consejo para todos aquellos jóvenes que se quieran aventurar al mundo de las redes y hacer visible su trabajo. «Sed vosotros mismos y no intenteis imitar a nadie, tenéis que disfrutar de lo que hacéis», concluye.