La peluquera de Valladolid que competirá en Chicago por el podio mundial

Haber conseguido el primer puesto a nivel nacional, y por tanto la nominación para una competición internacional, le ha llevado mucho «esfuerzo, trabajo y experiencia», que ha ido atesorando a lo largo de sus veinticuatro años en este oficio, en el que comenzó en 1999. Tras su paso por varios establecimientos, Elena se enorgullece de tener casa con nombre propio en Parque Alameda, donde lleva dieciséis años.

La jornada continuada, de 10:00 a 19:00 horas, le ha permitido a Elena Rodríguez, vecina de La Rubia, repartir su tiempo entre la peluquería, la vida familiar y el entrenamiento para presentarse a concursos, como el que le ha coronado como la mejor peluquera de España. La preparación previa ha sido crucial. «He hecho muchos cursos y en cada uno de ellos he aprendido una cosa diferente». Para los Global Creative Awards, en concreto, la vallisoletana se ha formado con cursillos de la mano de un peluquero que el año pasado obtuvo la plata a nivel mundial.

La competición no es nueva para Elena, que ha participado en muchos concursos nacionales desde que presenció el primero. Desde entonces, la peluquera vallisoletana los afronta como «un subidón de adrenalina y un impulso para seguir creciendo». Ella dice que no es la misma profesional desde que se presentó por primera vez a un certamen. «Vas haciéndote una trayectoria y cogiendo experiencia. Ahí empezó mi recorrido», señala esta profesional, que es consciente de que no siempre se gana. «Anteriormente no he sido seleccionada o me he quedado a puertas», dice. Sin embargo, mantiene el optimismo porque para su familia y para ella misma «ya soy una auténtica ganadora por llegar hasta esta nominación internacional».

Los Global Creative Awards son una magnífica oportunidad para demostrar de lo que es capaz. La vallisoletana explica que en este concurso hay varias modalidades, y cada peluquero se apunta a aquella en la que mejor cree que va a encajar. La de Elena es Haircutter. «Mi prueba consiste en cortar en directo. Para ello, llevo a una modelo con un color hecho y ahí ejecuto el diseño del corte», señala con ilusión, mientras explica que es a la única prueba que se presentará, ya que «no puedo estar en dos sitios a la vez».

Un concurso de esas dimensiones escoge a participantes de los cinco continentes que estén a la altura de las expectativas. «De España solo vamos tres personas que participamos en directo», subraya Elena. No estarán solos, ya que les acompaña una delegación de 53 españoles prestaran apoyo y directrices entre bambalinas.

Presentarse a estos premios ha sido toda una aventura para Elena Rodríguez. Para participar hay que enviar una imagen con un peinado acorde a cada categoría, con un estilismo y maquillaje bien trabajados. Elena quiso diferenciarse desde un principio. «Me fui a Barcelona con mi modelo a buscar al fotógrafo de los peluqueros, y en menos de 24 horas ya teníamos todo listo», explica. En un primer momento se selecciona a cinco personas a nivel nacional, y es en Alemania donde se decide quién es el oro y va a representar a su país en Chicago. «Con esto he conseguido una nominación. Es como los Goya, logras una nominación, vas a los premios y, una vez allí, «and the winner is…», comenta entre risas.

Los nervios ya empiezan a aflorar, pero Elena dice que donde realmente se va a poner tensa es en el directo de Chicago. La veterana peluquera estará acompañada de su modelo, Andrea, de 23 años. La selección no fue una tarea fácil, pero ella lo tenía claro, «Quería a una persona especial, exótica y atractiva.». Así define a Andrea, con la que ha creado un vínculo casi familiar. Para este certamen, la vallisoletana tendrá que hacer un trabajo exprés. «Lo tengo calculado, tengo que tardar menos de cuarenta minutos en hacer el corte». Y es que tras muchas pruebas de ensayo y error, los resultados han ido mejorando considerablemente. «En la primera toma de contacto tardé cinco horas. Hubo un segundo proceso en el que solo tardé tres. Luego un proceso de corte que llevó una hora y, finalmente, un proceso de encajar el color», repasa.

Y todo esto, compaginándolo con un trabajo en el que los horarios son poco flexibles. Elena asegura que se quita de muchas cosas para poder practicar los peinados.«Si tengo que no comer para practicar algo, lo voy a hacer y lo he hecho». ¿Y cuándo lo hace? «Antes de empezar la jornada laboral o a ratitos después. La hora de la comida, trozos de sábado tarde y domingos», apunta la joven, quien reconoce que le supone «un sacrificio a nivel familiar tremendo».

A estas alturas, lo que se le pasa por la cabeza a Elena es la conversación que mantuvo hace unos meses con Andrea, su modelo. «Le dije que el final del viaje era Chicago, pero que estuviese tranquila porque iba a ser muy difícil». El otro día «vino a retocarse el color y me dijo: '¿Tú te acuerdas de lo que me dijiste el primer día?, pues ha pasado'», recuerda Elena, quien hace tan solo unos meses ni imaginaba que el billete de Valladolid a Chicago estaba a la vuelta de la esquina.