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Lara Sanoguera (Alcoy, 1994) lo tuvo muy claro desde jovencita. Hay niñas que sueñan con ser maestras, futbolistas, actrices, astronautas. Estaba convencida de que su futuro profesional estaría vinculado a la investigación oncológica, a la lucha contra el cáncer. «Como casi todos en este ... mundo, he tenido familiares cercanos que han padecido la enfermedad», cuenta Lara, quien ya en el instituto, antes de empezar la Universidad, supo que había preguntas de difícil respuesta a las que quería encontrar explicación. «¿Cómo se produce esto? ¿Cómo puedo yo ayudar a combatir la enfermedad?»
No es fácil despejar una interrogación tan pesada. «Desde fuera, lo vemos siempre como 'Los mundos de Yupi'. Tú quieres entrar ahí y curarlo ya. Pero no es así. La investigación no es algo que empieces hoy y te vaya a dar frutos mañana. Es algo que se construye pasito a paso, con prueba y error, prueba y error. Y no solo los tuyos, sino también las pruebas y errores de otros muchos. Así, todos vamos confluyendo para conseguir algo que tal vez parece poca cosa, pero que es vital para los pacientes. Porque cada pasito, aunque parezca mínimo, es brutal».
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Con este deseo de sumar pasos, de avanzar en el camino, ingresó Lara en la Universidad. Estudió Bioquímica y Ciencias Médicas. Luego un máster en Biomedicina. Desde 2018 forma parte del grupo de Splicing y Susceptibilidad al Cáncer del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM) de Valladolid. Un año después, su proyecto recibió el respaldo de la AECC, con una ayuda para preparar su tesis doctoral en el ámbito de la oncología. En esto ha estado inmersa en los últimos años. Por esto miles de personas caminarán este domingo en la marcha que, a las 10:30 horas, partirá de la Acera de Recoletos.
«Es emocionante ver que la gente está tan implicada», dice Sanoguera.
Su foco está puesto en el cáncer de mama hereditario. «Supone del 5% al 10% de todos los cáncer de mama. Resulta que aproximadamente la mitad de las familias que tienen un claro patrón hereditario, cuando llegan a una consulta de asesoramiento genético, comprueban que los profesionales no son capaces de detectar cuál es esa mutación, ese cambio en el AND que se está transmitiendo de padres a hijos y que hace que esa familia tenga más riesgo que el resto de la población a desarrollar un cáncer de mama. No es porque esa mutación no exista, es que portan en el ADN un cambio que aún no se ha investigado si está vinculado o no a la enfermedad».
En estos años de investigación en Valladolid, Sanoguera ha conseguido identificar 64 de estas mutaciones implicados en la enfermedad. Esas familias portadoras tendrán más información y podrán recibir mejores medidas de prevención y tratamientos adaptados a esa mutación concreta. Los médicos caminarán por senderos más iluminados y podrán aplicar respuestas personalizadas. «Por ejemplo, la mastectomía profiláctica no se aplica en todas las mutaciones de genes. Y hay tratamientos específicos de inhibidores en función del tipo de mutación», explica.
«Si no sabes qué mutación está causando la enfermedad, te guías un poco mirando a la familia, aplicas medidas más generales…», cuenta la investigadora, quien recuerda que este patrón hereditario hace que, de forma habitual, el cáncer se manifieste a edades más tempranas. «Por eso también es importante identificar las mutaciones», dice, al tiempo que reivindica el poder la investigación. «Es la única forma de luchar contra esta enfermedad. A lo mejor la sociedad dice 'esto va lento'. Y es verdad, va lento. Se necesita colaboración de muchos investigadores. Cuesta dinero y no es fácil. Pero se ven resultados».
«Hace unos años, no hace tanto, había un cáncer de mama que era supermortal, el HER2 positivo (en la superficie del cáncer tiene una molécula que se llama así). Este cáncer era uno de los más mortales, de los más difíciles de tratar, pero con todo el tema de la inmunoterapia han conseguido desarrollar unos anticuerpos que se dirigen a esta molécula y hacen que el sistema inmunitario ataque de forma específica el tumor. Hace unos años era un desastre y hoy es uno de los más sencillos de curar», asegura Sanoguera, quien añade: «Y este tipo de avances se dan, día a día, gracias a la investigación, en todos los tipos de cáncer». De ahí la relevancia de citas como la de este domingo en Valladolid, marchas solidarias para contribuir en ese camino común en la lucha contra el cáncer.
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