Valladolid

La Pasión recrea el ambiente de Semana Santa a un mes de las procesiones

La Pasión alumbró el Cristo de las Cinco Llagas, portado a hombros, el crucificado más antiguo que procesiona en la Semana Santa de Valladolid en la tarde y noche del Sábado de Pasión, que habitualmente va dispuesto en vertical sobre sus andas pero que este sábado estaba tumbado, consiguiendo de este modo una perspectiva más cercana al espectador. Una proximidad con la imagen conseguida también porque los cofrades no vestían la uniformidad habitual en gris y negro que permitió a muchos prácticamente entremezclarse ante la devoción que suscita esta talla de Manuel Álvarez de mediados del siglo XVI.

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Una obra inicialmente concebida para el antiguo humilladero de la cofradía más allá de Puente Mayor y que el paso del tiempo la confirió mucha piedad popular. Primero, por haber formado parte de Emissit Spiritum, el primer paso procesional de la Cofradía de las Siete Palabras, y posteriormente porque la Cofradía de la Sagrada Pasión lo procesiona desde 1995 en el Ejercicio Público de las Cinco Llagas, habiéndose constituido como uno de los desfiles más intimistas y piadosos de la Semana Santa de Valladolid. Y lo mismo se consiguió este sábado. Porque el rezo de los últimos momentos de la Pasión y Muerte de Jesús permitieron también recordar los orígenes de las cofradías, pero también su historia religiosa, patrimonial y urbana con la participación de históricas como la Orden Franciscana Seglar-La Cruz Desnuda, la Santa Vera Cruz, Jesús Nazareno o las Angustias junto con otras más modernas como Resucitado, Sepulcro o Exaltación de la Cruz además de Piedad, Atado a la Columna, Descendimiento, Artilleros, Despojado, Preciosísima Sangre, Oración del Huerto y la citada de las Siete Palabras.

Como curiosidades de lo vivido este sábado amén de la propia oración en torno a las XIV Estaciones del Vía Crucis, hubo momentos como que la Penitencial del Nazareno cubría su parada a las puertas del Archivo de San Agustín, el antiguo convento homónimo donde nació. La Santa Cruz Desnuda volvió a abrir las puertas del Monasterio de Santa Isabel y el Despojado devolvió la espiritualidad al convento de Santa Catalina de Siena cerrado desde 2007 dado que hizo estación en el acceso a templo desacralizado.

Este desfile cuaresmal nació en el año 2008 y aun con el parón de la pandemia lo cierto es que está muy arraigando entre cofrades de todas las hermandades pero sobre todo entre los feligreses de las parroquias de esa zona de la ciudad que cada año acompañan a uno de los titulares de la Sagrada Pasión, cada edición uno diferente, y que este año ha sido el Cristo de las Cinco Llagas como homenaje a todas las generaciones precedentes al tiempo que para preparar a los vallisoletanos a la inminente Semana Santa e invitarles a participar fervorosamente junto con las cofradías vallisoletanas en los días de Pasión. Hasta entonces, mañana mismo, esta Penitencial de la Pasión celebra en la iglesia de San Quirce y Santa Julita el tradicional besapié a este Cristo de las Cinco Llagas.