El palacio Butrón alojará la Casa Museo de Miguel Delibes

La decisión, que ha contado con los votos favorables de todos los miembros, debe plasmarse ahora en un convenio. La cesión será parcial, porque el edificio seguirá dando cabida al archivo autonómico y a los empleados de la Dirección General de Políticas Culturales del Gobierno regional. La noticia se conocía por la mañana, pero por la tarde se escenificaba en el magnífico patio renacentista de la casa señorial, con una rueda de prensa en la que participaba el vicepresidente del Ejecutivo de la comunidad, Juan García-Gallardo, el consejero Gonzalo Santonja y Elisa Delibes. «Estamos encantados, ¿podía haber algo mejor?, igual sí, pero me resulta difícil pensarlo;nos damos con un canto en los dientes», recalcaba satisfecha la hija y portavoz de la familia.

Fernando Zamácola, director-gerente de la fundación, avanzó que la Casa Museo ocupará la planta baja del inmueble. Será la zona visitable y contará con una recreación de la vivienda del literato, con su escritorio y objetos personales. En este espacio, también se abrirá una gran sala en la que se ofrecerá una exposición permanente sobre el autor de 'El hereje' y su trayectoria en todos los ámbitos. Se sumará una tercera estancia para la celebración de conferencias o talleres para colegios, actos que podrá acoger el patio del inmueble cuando el tiempo acompañe. También está previsto habilitar una pequeña tienda de recuerdos sobre Delibes y su obra.

En la primera planta, se reserva espacio para las oficinas de la fundación y para los fondos de la obra de Delibes. Los manuscritos y la correspondencia del vallisoletano tendrá el mejor tratamiento posible, ya que se guardarán en la zona de archivo donde las condiciones de temperatura, luz y humedad son las idóneas para conservarlos.

Asimismo, el segundo piso dará cabida a la biblioteca del que fuera director de El Norte de Castilla en una sala que se utilizará para las reuniones del patronato y a la que también tendrán acceso los investigadores. Zamácola expresaba por la mañana la «satisfacción» de la fundación con esta solución, que permitirá, además, acometer el proyecto con un coste y unos plazos moderados.

Así, se pretende que en un año las instalaciones estén abiertas. Para ello habrá que encargar los proyectos de obra civil para la adecuación de ambas plantas y para el espacio expositivo. Gonzalo Santonja, quien ensalzó la figura del escritor como el referente de la lengua castellana, avanzó que la inversión será de «unos cientos de miles de euros», nada que ver, comparó, con los presupuestos que se barajaron en un primer momento, con cifras que superaban el millón. «Se trata de aplicar la racionalización en la utilización de los recursos», abundó el máximo responsable de la consejería. El acuerdo de cesión contempla un plazo inicial de veinte años, prorrogable en periodos de cinco años, aunque Santonja avanzó que la voluntad es que sea una cesión definitiva.

García-Gallardo, por su parte, sacaba pecho por una gestión que se ha solucionado «en apenas cuatro meses». «Nos sentimos muy orgullosos de saldar esta deuda histórica», subrayaba el de Vox no sin antes afear a Ciudadanos por no haber logrado sacar adelante el proyecto en los dos años y medio que estuvieron al frente de este departamento. «Tras una serie de propuestas inadecuadas e inasumibles, como todas las de Ciudadanos, no se cumplió», incidía en su intervención ante la prensa.

La elección de esta sede, que aspira a ser permanente, llega más tarde de lo previsto. La idea era que este museo hubiera estado listo para la conmemoración del centenario del nacimiento del escritor, que se celebró el 17 de octubre de 2020. Pero no se logró.

Primero, fue el Ayuntamiento de Valladolid el que llevó las riendas del proyecto. Villa Julia, en la céntrica calle Zúñiga, fue el lugar en el que se fijaron los responsables municipales. Se estuvo negociando con la propiedad, pero la operación no prosperó. También se barajó, en algún momento, la posibilidad de ubicarlo en el Convento de Santa Catalina de Siena, adquirido por el Consistorio, pero no terminó de cuajar, ya que el edificio requería de una profunda rehabilitación que retrasaba también el estreno del museo. Finalmente, la Junta asumió la gestión, que culmina ahora, tras el relevo en la dirección de Cultura y Turismo, con la elección del Palacio del Licenciado Butrón.

Aunque el patronato lo aporbó ayer por unanimidad, el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, mostraba por la mañana su rechazo a la ubicación, aunque matizaba que si la familia estaba de acuerdo había que respetarlo. «Ni se aproxima a la ubicación que queríamos nosotros, pero doctores tiene la santa madre iglesia; si la Junta lo propone y la familia lo acepta, ¿quién es el Ayuntamiento para oponerse?», asumía el primer edil.

Puente recordó que su opción principal era Villa Julia. Se llegó a un acuerdo con la propiedad para alquilarlo a un «precio razonable», pero en una reunión que mantuvo con el exvicepresidente del Ejecutivo regional Francisco Igea y con el anterior consejero de Cultura, Javier Ortega, estos le instaron a que la Junta asumiera la negociación para adquirir el bien, que, según el alcalde, estaba por encima del precio de mercado. Los técnicos del Consistorio lo valoraron en 1,2 millones, pero el dueño pedía 2,5, según relató Puente, quien apuntó que la ubicación decidida por la Junta, con la aprobación de los Delibes, no le convence «en absoluto». «Delibes merecía mucho más», consideró.

El Palacio del Licenciado Butrón se construyó entre 1565 y 1572 sobre distintas edificaciones preexistentes del siglo XV. Se levantó por encargo del abogado de la Chancillería, Francisco de Butrón y alojó el Convento de Santa Brígida a partir de 1637. Desde 2002 es la sede del Archivo General de Castilla y León. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1991. Su estado de conservación es muy bueno, aunque habrá que llevar a cabo unas obras de carácter menor para habilitar el nuevo hogar del escritor.