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Saben los vecinos de Pajarillos, donde entre los Altos y Bajos residen unas 18.000 personas, que no lo tienen fácil para enterrar el estigma que arrastra la zona desde hace casi dos décadas. El último conflicto registrado en la barriada del 29 ... de Octubre hace apenas diez días, en el que tirotearon a un okupa de 43 años, les ha situado de nuevo en el punto de mira. No lo pone fácil. Pero es un barrio que quiere volver a serlo. También de cara a la opinión pública. «Llevo aquí 55 años viviendo y no me muevo. Hubo un tiempo en el que estuvimos mejor, pero ahora parece que volvemos otra vez... Estamos rodeados de basura, de narcotraficantes, coches que hacen derrapes de madrugada...», lamenta Sagrario Gil, vecina de Villabáñez y presidenta de la Asociación de Propietarios del 29 de Octubre, quien también insiste en que no se debe «meter a todos en el mismo saco».
Creen muchos de los que allí viven que el problema «gordo», lo que despierta sus dolores de cabeza, radica en esa maraña de rehabilitados bloques blancos y grises con enormes números rojos que 'marcan' cada portal. En las actividades ilícitas que –alertan– presuntamente allí se realizan. Se refieren al menudeo de drogas, algo que, advierten, «se ha incrementado» en los últimos meses. «La situación que tenemos ahora es cada vez peor, incluso se esta poniendo peor, cada vez hay más familias que se dedican a ello, se hacen con los pisos y bloques enteros, se hacen más fuertes y la convivencia cada vez es peor», critica la presidenta de la Coordinadora contra el Narcotráfico, Aurelia Fernández.
Todo ello también lo ha detectado la Plataforma Pajarillos Educa. Su coordinador, Javier Alonso, reconoce que la crisis sanitaria ha traído consigo «un aumento en la problemática del narcotráfico y el absentismo». Un retroceso del que espera poder coger impulso para remontar muy pronto el vuelo. Porque el trabajo es su pan de cada día. Nada de estancarse y compararlo con tiempos pasados. «Es un barrio que se merece mirar para adelante, que las problemáticas que allí pasan también ocurren en otras zonas de la ciudad. No solo ocurren cosas en Pajarillos», incide Alonso, al tiempo que destaca en el «trabajo intenso» que realizan para «cambiar las cosas».
Dice la propietaria de la Tahona del Valle, Belén Montenegro, que allí, en el barrio donde ha pasado la gran parte de su vida, no se vive «nada mal». Pero también reconoce que ha cambiado «bastante». «A peor», en su opinión. Los culpables –explica– son «algunos» de la barriada del 29 de Octubre. «Con todo esto de la pandemia ha habido gente que se ha saltado todo a la torera, los horarios, las normas... Hay mucha incidencia de drogas y últimamente hasta tiroteos, cada poco tiempo hay alguna movida», sostiene esta mujer, que regenta desde hace más de treinta años una panadería en la calle Águila.
Sin embargo, opta por ver el vaso medio lleno. Porque Pajarillos, dice, es «mucho más». «En la otra parte la gente es bastante buena y se comporta, se vive bien y se está a gusto, pero el conflicto está en el otro lado», insiste Montenegro, al tiempo que lamenta «lo poco respetuosos» que son algunos de los que allí residen «y lo sucio que tienen todo». «Llevamos unos años así, la droga hace mucho daño y mucha gente de ese lado –en referencia al 29 de Octubre– vive de ello. Cada vez parece que hay más armas, como que se percibe que hay un poquito más de violencia», relata. «Miedo no tengo porque aquí vengo pronto a trabajar y por las tardes no vengo. Si pasa algo me entero por mis clientes», concluye.
La mejor radiografía de lo que allí sucede la aportan los datos. En el último año y medio, desde enero de 2020, los edificios del 29 de Octubre han sido testigos de al menos cuatro operaciones policiales de diferente índole, fundamentalmente por tráfico de armas, drogas y robos. Asimismo, en lo que va de año se han registrado dos tiroteos con sendos heridos (uno en febrero y el otro el día 2, ambos en Zorzal). También se han producido varias detenciones –como a mediados de febrero de este año, cuando se arrestó a un matrimonio por traficar con cocaína en Cigüeña– o altercados como, por ejemplo, un herido por arma blanca por una pelea en Faisán en agosto de 2020.
Sin embargo, el teniente de alcalde y concejal de Planeamiento Urbanístico y Vivienda, Manuel Saravia, insiste en que lo que allí «se mueve» son «pequeñas cantidades que se persiguen e investigan». Nada que ver con lo que ocurría a principios de siglo. Porque –reflexiona– aquello «no es el Bronx». «La situación del narcotráfico en esta zona no es la misma, ni de lejos, que la que había hace quince años. Ahora es mucho menor, aunque tampoco se debe subestimar», concreta Saravia, quien también resalta la apuesta «decidida y comprometida» del Consistorio vallisoletano en lo que a labores de integración y rehabilitación se refiere. «Aquello no es el Bronx, por mucho que se pinte así. La política que llevamos a cabo es difícil, con múltiples problemas y las cosas no suelen cambiar de un día para otro», argumenta. No obstante, garantiza la presencia policial en el entorno, con «visitas constantes» de varias patrullas tanto de las Policías Municipal como Nacional». La vigilancia es continúa, como sucede en otros puntos 'calientes' como Las Viudas o lugares concretas de Barrio España.
Para unos y otros, la receta para curar heridas pasa por la educación. Fomentar la convivencia y la multiculturalidad en una zona donde el 9% de los residentes son extranjeros. No quieren dar un paso atrás, lapidar esfuerzos e inversiones para revitalizar un entorno en el que ya se han invertido más de cinco millones de euros –de los que la mitad, aproximadamente, les ha aportado el Ayuntamiento–, además de reconvertir, por ejemplo, el antiguo colegio Santiago López en un centro social puesto en marcha en julio de este año y que tuvo un coste de 979.000 euros para las arcas municipales.
Abrió las puertas de su negocio hostelero, situado en la calle Pavo Real, hace apenas año y medio. Justo cuando la covid puso todo patas arriba. Pero ahora, reconoce Nikola Nedel, está «muy contenta» tanto por la zona como por la respuesta de la clientela. «No lo conocía de antes y la verdad es que me parece un sitio bastante tranquilo. Del tiroteo del otro día ni me enteré, y eso que tenía el bar abierto», sostiene la dueña de la taberna Marcelino Pan y Vino.
Asimismo, destaca que «no hay inseguridad», y aunque algunos parroquianos sí le han advertido de que «de vez en cuando» se sucede algún altercado en el entorno del 29 de Octubre no le da demasiada importancia. «No me molesta, de esta parte para aquí no hay inseguridad, al menos lo que yo he vivido hasta el momento. Igual la gente que lleva toda la vida aquí viviendo tiene otra opinión, pero yo no puedo tener queja porque no he tenido ningún problema con nadie ni me ha afectado de ninguna manera, ni a mí personalmente ni a mi negocio», argumenta.
Cuenta, del mismo modo, que no conocía el entorno, pero que «no lo cambiaría». «La gente se porta muy bien conmigo, estoy a gusto y feliz. ¿Por qué iba a irme si todo funciona bien», se cuestiona la joven.
Hasta la fecha en la barriada se han renovado 138 viviendas (de 23 bloques) y se está ejecutando la segunda parte del proyecto, que engloba 32 bloques que afectan a 192 viviendas. La tercera y última parte aún está pendiente de financiación.
Pero para ello, además, tienen que luchar contra otro fenómeno que en general azota la ciudad pero que en el caso de Pajarillos es más intenso: la pérdida de población. Desde 2015, el número de empadronados ha caído en 772 personas. 214 entre enero y julio de este año. La segunda cifra más alta de toda la capital, únicamente superado por Las Delicias (25.588 vecinos, con una bajada en su padrón de 253 en lo que va de año), aunque cabe destacar que en términos absolutos la 'pérdida' es mayor en el primero. Algo que Saravia atribuye fundamentalmente al envejecimiento de su población y a la demanda de mejora de viviendas. Es, además, el segundo barrio con la renta media anual más baja (26.024 euros), solo por detrás de Barrio España y Rondilla (25.133 euros) y muy lejos tanto de la media de la ciudad (32.381 euros) como de la zona centro (que duplica la cuantía de Pajarillos).
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