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Sabían los vecinos del barrio vallisoletano de Pajarillos que este día llegaría. Que tendrían que salir de nuevo a la calle para reivindicar sus derechos, para pedir «poder vivir tranquilos» y poner fin a la «escoria del narcotráfico». Porque, coincidían, en los últimos años la ... zona ha ido a peor. Ha caído en picado. Todo, explicaba la presidenta de la Coordinadora contra el Narcotráfico de Pajarillos, Aurelia Fernández, «por el 29 de octubre». «Esta misma mañana ha tenido que venir la Policía porque estaban dos consumiendo estupefacientes en plena calle. ¿Tú te crees que así se puede vivir? Es imposible», criticaba. Por ello, este martes por la tarde, a última hora, medio centenar de personas -según estimaron fuentes policiales- se concentraron en Pavo Real para reclamar, otra vez, a las autoridades «que hagan algo de una vez» para frenar su «deterioro».
También para trasladar su apoyo a la familia de Luis Eduardo Izquierdo, el agente de la Policía Local que falleció tras sufrir un accidente de tráfico mientras acudía a un aviso de un tiroteo, precisamente en los núcleos del 29 de octubre. «Que dejen de mirar para otro lado. Los vecinos estamos cansados de todo esto, la situación empeora cada poco tiempo por la droga; Pajarillos es un barrio muy bonito y en el que se vive muy bien, pero así no se puede», lamentaba Fernández.
Querían, del mismo modo, «hacer ruido», que se les escuchara para que los vallisoletanos que residen en otros barrios sepan con lo que allí lidian cada día. Que no es algo puntual, sino el pan nuestro de cada día. «Queremos llamar la atención, que toda la ciudad sepa que aquí todos los días estamos con problemas. En lo que va de año ha habido dos tiroteos con sendos heridos por armas de fuego. Otros muchos que no tuvieron apenas repercusión, pero que ocurren con frecuencia. El último se saldó con la trágica muerte de Luis Eduardo cuando acudía a intervenir en esa situación. ¿Qué más tiene que pasar para que el equipo de Gobierno del Ayuntamiento haga algo y se tome en serio esta gravísima situación?», cuestionaba Aurelia Fernández, encargada de leer el manifiesto reivindicativo, ante la atenta mirada de sus vecinos.
Confiaban, no obstante, que esta vez sí. Que fuera la buena. Que hayan «llamado la atención» lo suficiente como para que muchos de sus vecinos que ahora se plantean su marcha, finalmente se queden. «Si todo esto ocurriera en el Paseo Zorrilla las repercusiones serían muy distintas. Como ya ocurrió cuando estaba León de la Riva, los actuales responsables le quitan importancia a lo que está ocurriendo y de nuevo cuentan el cuento de que las cosas van bien, que desde la Coordinadora exageramos. Desgraciadamente la historia se repite», sentenciaba la portavoz del colectivo.
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