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La cría de oso pardo rescatada el pasado sábado se encuentra en estado grave y su pronóstico es reservado. Desde que ingresara en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de Valladolid se le están realizando diferentes pruebas para determinar el alcance de su ... lesión porque no tiene movilidad en el tercio posterior de su cuerpo. A su llegada presentaba una herida externa a la altura del ojo y, por el momento, no se le han realizado intervenciones quirúrgicas porque los veterinarios continúan intentando estabilizarlo.
El osezno fue encontrado por un vecino en la localidad leonesa de Colinas del Campo de Martín Moro Toledano, perteneciente al municipio de Igüeña, en un estado muy débil, deshidratado y con un peso por debajo de lo que debería para su edad. Se trata de un macho que no alcanzaría los seis meses porque se trata de una cría del año, es decir, nacida en 2022. Su peso ronda los cuatro kilos, cuando el ideal para un ejemplar de su edad se situaría en torno a los seis. Según indican desde la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, derivado de los partes veterinarios trasladados por el equipo del CRAS, esta mañana ha sufrido una recaída y presentaba una alteración tanto de las constantes vitales como de los parámetros hematológicos y bioquímicos.
En cuanto a lo que le pudo ocurrir al osezno para llegar a la situación en la que fue encontrado, Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo, explica que «la casuística puede ser muy amplia, como un oso macho adulto infanticida, que el osezno se quedase al margen o perdido de su madre, por abandono o porque el resto de su familia haya tenido un accidente». Además, apunta que el periodo de abril a junio del primer año de vida es el más crítico para las crías por el peligro de infanticidio. En estudios realizados por la esta institución, de los 434 oseznos usados para calcular la tasa de supervivencia de los oseznos, se confirma la causa de la muerte en 21 casos, es decir, en un cinco por ciento. En ellos predominó el infanticidio, que afectó a 18 crías de nueve osas; en los otros tres casos, dos cachorros murieron debido a caídas en farallones de roca y uno fue abandonado por la madre.
Todavía es pronto para conocer cómo evolucionará el osezno, pero si recuperase la movilidad de tercio trasero y su estado mejorase se procedería a su devolución a la vida salvaje. En este sentido, el consejero de Medioambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha explicado esta mañana en rueda de prensa que «la idea es llevarlo a Cabárceno para una primera adaptación y luego al CRAS de León donde se produciría la aclimatación previa a ponerlo en libertad si todo sale bien, que se espera que sea así».
Guillermo Palomero, presidente Fundación Oso Pardo
Ahora, Palomero insiste en que «lo importante es que tenga el mínimo contacto con los humanos para que no se habitúen a nosotros y cuando se le suelte no vuelva a buscarnos. Se evita que se acostumbren a nuestra presencia para que puedan ser libres y no dependan de los humanos en el desarrollo de su vida salvaje». Además, el caso de este osezno le lleva a recordar la importancia de la colaboración ciudadana. «Es fundamental en estos casos porque sin ella se produciría la muerte de muchos oseznos, ya que la mayor parte de las veces son paseantes o vecinos los que encuentran a las crías heridas o en situaciones de peligro», explica a El Norte.
La población del oso pardo en España ha aumentado y en 2019 había un total de 350 censados. Ahora, según explica Palomero, esa cifra se prevé mayor aunque se está a la espera de un censo genético.
Actualmente, el Centro de Recuperación de Animales Silvestres de Valladolid se encuentra en plena campaña de primavera-verano 2022, con casi todas sus instalaciones llenas. Los únicos ingresos de ejemplares vivos que han recibido durante las últimas semanas son de aves. La semana pasada se inauguró la sección de pollos, ocupada principalmente por diferentes especies de paseriformes y córvidos que requieren atención continuada (esto es, cuervos, urracas, canarios, gorriones o pinzones, entre otras muchas especies).
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En la sala de hospitalización, que cuenta con 12 cubículos para albergar ejemplares de manera individualizada, hay varios ejemplares adultos de rapaces, tanto nocturnas como diurnas. Por estas fechas destacan las entradas de búho chico, lechuza común, cernícalo primilla y águila calzada. El ingreso de todas ellas es derivado de traumatismos de diferentes orígenes, lo que les ha provocado fracturas óseas que han requerido intervención quirúrgica para su correcta fijación.
En las instalaciones exteriores presentes en el centro, que cuenta con un total de 34 instalaciones de diferentes tamaños y con distintas ambientaciones, se encuentran pollos de búho real, búho chico y cárabo con un ejemplar adulto nodriza de su especie, para favorecer su correcto desarrollo, así como otras especies de rapaces a las que se les ha dado el alta clínica y se encuentran en su proceso previo a la liberación al medio natural, la musculación. Estas especies son principalmente ejemplares de ratonero, águila calzada, milano negro y cernícalo vulgar.
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