Valladolid

Ocho cámaras vigilan los viejos túneles para peatones de Pajarillos y San Isidro

Nada menos que ocho cámaras con visión de 360 grados, a razón de cuatro por paso subterráneos, acaban de ser colocadas en los pasos peatonales que unen el paseo de San Isidro y la Circular (Delicias y San Isidro con el centro) y las calles Salud y la Vía y Casasola (Pajarillos y Vadillos) en cumplimiento de un compromiso adquirido por el anterior alcalde, Óscar Puente, hace cinco años y que ya propuso años atrás su antecesor, Francisco Javier León de la Riva, en cuyo mandato llegaron a instalarse dos cámaras en las bocas del túnel peatonal de Labradores (hoy en pleno proceso de remodelación), que desaparecieron a los pocos días de su colocación en un lejano 2011.

La mejora de la seguridad, subjetiva, como mínima, que aportan las nuevas cámaras ha sido más que bien recibida por los vecinos de ambos lados del lecho ferroviario. Los dos pasos subterráneos lucen ahora carteles bien visibles tanto en sus entradas como en su interior que advierten de la presencia de las visibles cámaras con visores de 360 grados y que gestiona una empresa privada (Lock Seguridad), la misma que maneja los sistemas de videovigilancia instalados en febrero de 2023 en los más modernos pasos bajo las vías de Rafael Cano (Pilarica) y Andrómeda (Barrio Belén y Los Santos Pilarica).

Ahora le ha llegado el turno, por fin, a los más veteranos subterráneos peatonales de San Isidro y Pajarillos. En los dos se pueden ver cámaras instalados en el exterior sobre sus cuatro bocas y dos más en el techo de su interior. Así hasta sumar cuatro en casa paso.

Los sistemas de seguridad se antojan como medicina contra posibles asaltos y actos vandálicos en los viejos túneles peatonales. El último anuncio sobre su colocación, de hecho, se produjo en 2019 y el entonces alcalde, Óscar Puente, volvió a reiterarlo un año después, en junio, después de que los vándalos cubrieran de grafitis las paredes de los entonces recién remodelados pasos de Pajarillos, San Isidro, Labradores y Arco de Ladrillo. Estos dos últimos no cuentan, por ahora, con cámaras de videovigilancia. El primero, en este sentido, está a punto de ser remodelado en el marco de las obras en curso de ampliación del túnel para vehículos de Labradores. Y el segundo desaparecería si finalmente se pone en marcha el proyecto de construcción del paso subterráneo bajo el viaducto de Arco de Ladrillo.

De manera que a día de hoy son ya cuatro los pasos bajos las vías que cuentan con sistema de videovigilancia -todos ellos gestionados por la misma empresa de seguridad-, que vienen a sumarse a otros cuatro espacios públicos que cuentan también con cámaras destinadas, en su caso, a frenar el vandalismo, como son las plazas del Milenio, de las Ciudades Hermanas (La Rubia) y de Colón (sobre el reloj floral); además del puente de Santa Teresa.

La presencia de las cámaras en los primeros seis espacios públicos en los que se instalaron, aunque con alguna salvedad en el caso del reloj de floral de Colón, han venido cumpliendo con su objetivo en cuanto a frena el vandalismo. El paso peatonal de Andrómeda lo demuestra con creces. Allí, cuando se inauguró (sin videovigilancia) el túnel el 10 de marzo de 2022, enseguida surgieron los primeros grafitis en sus muros. Desde que se colocaron las cámaras -las mismas que las instaladas ahora en Pajarillos y San Isidro- en sus bocas e interior no han vuelto a aparecer garabatos en sus muros.

Los pasos de Pajarillos y San Isidro, no obstante, mantienen a día de hoy sus muros repletos de grafitis, que cubrieron sus paredes repintadas a los pocos días de su última remodelación de 2020. «Ojalá los pinten y los adecenten ahora un poco», desean sus usuarios. Las cámaras frenarían, a buen seguro, el surgimiento de nuevas pintadas.