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La tradicional campaña veraniega de asfaltado ha alcanzado este jueves a uno de los puntos más conflictivo en lo que a la circulación se refiere, como es el cruce de la glorieta de San Agustín, entre las avenidas de Madrid y Zamora de la capital vallisoletana. Esta intersección celebra precisamente este año su veinte aniversario desde su más que accidentada inauguración en 2002, cuando entró en servicio el tramo completo de la ronda interior sur (actual avenida de Zamora), que incluía cruces hoy tan transitados como el de San Agustín y Vallsur.
La inminente efeméride de la glorieta de San Agustín, que espera el anunciado proyecto de construcción de un túnel para desahogar el cruce, ha coincidido precisamente con atascos más que monumentales por los cortes alternativos de distintos carriles para facilitar el trabajo de fresado de la calzada a uno y otro lado de las medianas con policías locales apostados en cada carril para intentar minimizar las enormes colas que se han generado a media mañana en el acceso a la ciudad desde la carretera de Madrid y, en menor medida, también en la salida y en la avenida de Zamora. La previsión es de que las labores de fresado se lleven a cabo de nuevo el viernes y el lunes próximo para llevar a cabo el asfalto, ya en horario, nocturno entre los días 8 y 10 de agosto.
Los atascos en horas punta, y la circulación densa casi a cualquier hora, han sido precisamente la tónica general de una intersección que nació gafada y que tuvo que ser modificada a las pocas horas de su puesta en servicio, el 13 de septiembre de 2002, cuando se abrió el tramo de la ronda interior sur entre el polígono de Argales y el cruce de Vallsur (allí también se tuvo que cortar la rotonda inicial en torno al monumento del diapasón para habilitar la actual glorieta).
Las raquetas de San Agustín fueron el escenario de decenas de accidentes en sus primeras horas de vida, sobre todo, en los carriles de entrada a la ciudad desde la carretera de Madrid. Allí la falta inicial de señalización llevaba a los conductores a hacer literalmente rectos casi a diario para acabar sobre el césped. Tanto es así que en pocas semanas se superaron los treinta siniestros en el mismo punto e, incluso, llegó a impulsarse una plataforma de afectados de la 'rotonda' de San Agustín.
La situación, que evidenciaba que algo no se había hecho bien, llegó a las administraciones a modificar la glorieta con una batería de mejoras en su señalización (bandas sonoras de reducción de la velocidad, postes reflectantes, señales de giro...), en su trazado (rebajes de los bordillos) y la reducción progresiva de la velocidad (de 80, 60 y 40 kilómetros por hora). Aquella modificación, que se realizó en noviembre (poco más de un mes después de su apertura), costó 60.000 euros y fue consensuada con las tres administraciones implicadas en la intersección (Gobierno, Junta y Ayuntamiento).
El blindaje de la glorieta redujo, al menos, la siniestralidad. Años después, el 6 de mayo de 2015, se añadió a la entrada desde la carretera de Madrid un radar multicarril, en un tramo en el que la velocidad pasa de 60 a 40 kilómetros por hora, que mira solo a los dos carriles que discurren hacia la ciudad.
Lo que no pudieron evitar las medidas de mejora de la seguridad fueron las colas de vehículos que a diario se suceden en este punto tanto en la carretera y la avenida de Madrid como en la perpendicular avenida de Zamora. Allí está prevista la construcción de un túnel destinado a aliviar la circulación, al menos, de entrada a la ciudad desde la carretera de Madrid. El proyecto, cuyo coste se estima en 4,3 millones de euros, está ya en manos del Ayuntamiento y está pendiente de algunas modificaciones para su aprobación definitiva.
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El futuro túnel, que sigue la línea del abierto en su día a la salida del viaducto de la calle Daniel del Olmo (polígono de Argales) para incorporar al Paseo de Zorrilla (en sentido a La Rubia y Vallsur), contará con un solo carril y una rampa de entrada en el carril izquierdo de la carretera de Madrid (se mantendrían los dos carriles existentes hacia el centro) y de salida en la avenida de Zamora (hacia el polígono de Argales. Su longitud será 130 metros y solo aliviará la circulación de entrada en el giro a la izquierda hacia la avenida de Zamora.
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