![El número de nacimientos crece en Valladolid por primera vez desde 2010](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2023/11/22/1473652888-kNrH-U210805644595VWB-1200x840@El%20Norte.jpg)
![El número de nacimientos crece en Valladolid por primera vez desde 2010](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2023/11/22/1473652888-kNrH-U210805644595VWB-1200x840@El%20Norte.jpg)
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Valladolid ha teñido por fin de negro los números rojos que desde el año 2010 registraba en sus cifras de natalidad. Entonces, los registros se hincharon con la inscripción de 5.099 bebés. Era la cifra más alta desde 1985, motivada por el importante crecimiento de población extranjera que se registró en aquellos años y porque llegó la edad en la que empezaban a tener hijos las numerosas generaciones del 'baby boom' nacidas en la segunda mitad de los años 70.
En 2010 se fijó el techo de alumbramientos en este siglo XXI. Y desde entonces, la natalidad había registrado una caída sin frenos aparentes que llegó a un mínimo en 2021 (año posterior a la pandemia), con tan solo 3.020 nuevos bebés en la provincia (37 partos dobles, uno de trillizos). En 2022, por primera vez desde 2010, en Valladolid nacieron más niños que el año anterior. En concreto, 132 más, hasta llegar a los 3.152, según los datos definitivos publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este dato puede ser el primero de un cambio de tendencia o convertirse tal vez solo un espejismo.
Y todo apunta a que se trata tal vez de la segunda opción. Porque junto a estos archivos de datos definitivos, el INE desveló las cifras (provisionales aún) de nacimientos y defunciones durante los primeros meses de este 2023. Y no parece que se despejen los nubarrones. Entre enero y septiembre de 2022 nacieron 665 bebés. En el mismo periodo de este 2023 han sido 536. Muy por debajo. Mucho tiene que remontar la situación para repetir estas buenas noticias de 2022.
Así que el repunte ese año puede deberse a que la comparación se hace con un 2021 especialmente funesto, ya que la natalidad estuvo en mínimo porque nacieron entonces los (pocos) niños que fueron concebidos durante el confinamiento, con muchas familias que decidieron esperar ante la incertidumbre de la pandemia. El caso es que en 2022, por primera vez desde 2010, hubo un repunte de la natalidad. Nacieron 1.609 niños y 1.543 niñas.
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El problema es que este aumento de la natalidad no sirve (ni de lejos) para taponar la impresionante fuga de población que vive la provincia en su saldo natural. Mueren más personas de las que nacen. Pero muchas más. El año pasado, por ejemplo, nacieron 3.152 vallisoletanos y murieron 5.450. Una brecha de 2.298 personas.
Un agujero insostenible para el crecimiento demográfico si no se compensa con otros aportes de población, por ejemplo, de los vecinos llegados desde otras provincias o países. Valladolid vive instalada en un saldo natural negativo desde 2012. Desde entonces, la diferencia entre nacimientos y defunciones, a favor de esta última, ha sido de 14.668.
Y este fenómeno se extiende por casi toda la provincia, incluida la capital. Durante el año pasado, solo 22 de los 225 municipios vallisoletanos tuvieron más biberones que ataúdes. En cabeza, Arroyo (con un saldo natural positivo de 178 vecinos), seguido de La Cistérniga (34) y Aldeamayor (33).
¿Qué fenómenos influyen en estos fenómenos, la baja natalidad y las elevadas cifras de mortalidad? La tasa de natalidad en Valladolid (6,06 nacimientos por cada mil habitantes) está por debajo de la media nacional (con 6,88).
Y además, es la segunda más baja desde que existen registros (en 1941). Solo 2021 (con ese efecto de la pandemia) fue peor. Ni siquiera en los años 90, donde las cifras de nacimientos también estuvieron por los suelos, hubo peores tasas de nacimientos. A esto se une que la edad media a la maternidad marca récord (32,15 años al primer hijo). Valladolid es la novena provincia donde más tarde, de media, se pasa por el paritorio. La media nacional está en 31,57 años. En cabeza, Vizcaya, con 32,7 años. Las más jóvenes, las almerienses, con 29,78. En 2002, el mayor número de niños que llegaron al mundo en Valladolid tenían una madre con 32 años. En 2022 fue con 36 años.
Otra curiosidad respecto a la natalidad, publicada también este miércoles por el INE, es que el 47,37% de las mujeres que fueron madres en 2022 no estaban casadas. A principios de este siglo, en 2001, este porcentaje era del 12,82%. En 1975, apenas del 1,37%.
Y frente a las cunas, las esquelas. Valladolid registró 5.450 muertes en 2022. Fueron 2.765 hombres y 2.685 mujeres. Y la tendencia de este 2023 es a un retroceso de la mortalidad. Entre enero y octubre de 2022 murieron 4.646 personas. En el mismo periodo de este año han sido 4.399 (247 menos).
La buena noticia es que cada vez nos morimos más tarde. En 2002, el mayor número de defunciones en Valladolid se dio entre personas de 80 años. En 2022, ha sido entre los de 88 años.
La esperanza media de vida entre los vallisoletanos es de 84,09 años. Son 81,48 años entre los varones y 86,63 entre las mujeres. Valladolid se sitúa como la quinta provincia con más longevidad, por detrás de Madrid, Segovia, Álava y Salamanca.
Y además, ha empezado a recuperar un horizonte que se resintió durante la pandemia. La elevada mortalidad que se vivió durante la covid hizo que la esperanza de vida cayera en 2020 y 2021. Ahora remonta, aunque aún no se ha llegado a los 84,62 años de media que hubo antes de que se desatara el coronavirus. Eso sí, las cifras actuales son mucho mejores de las que Valladolid tenía generaciones atrás. En 1991, la esperanza media de vida estaba en 78,42 años. En 1999 por primera vez se rebasaron los 80 años.
Los datos publicados este miércoles por el INE se refieren exclusivamente a los fenómenos naturales, vinculados con nacimientos y muertes. Para completar la fotografía demográfica hay que atender también a las dinámicas migratorias. Sin embargo, todavía no hay estadísticas oficiales para estos registros y habrá que esperar hasta el 20 de diciembre para conocer esos flujos entre provincias y países. Eso sí, los primeros avances ya anuncian un incremento de la llegada de población foránea, lo que ha permitido mejorar las cifras globales de población. El dato oficial a 1 de enero de 2023, el que certifica el Consejo de Ministros, se hará oficial a finales de este año.
De momento, podemos contar con cifras provisionales de población. La provincia alcanzó el pasado 1 de octubre 523.828 habitantes, el padrón más alto desde 2016, con un incremento de 2.494 personas durante los tres primeros trimestres del año.
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