Valladolid solo crece en habitantes gracias a la llegada de población extranjera

Las cifras más recientes (con carácter provisional a la espera de su certificación oficial) dicen que Valladolid tiene 523.828 habitantes. Son 3.164 más que hace un año (el 1 de octubre de 2022) y suponen un incremento de 2.494 personas con respecto al 1 de enero. Durante el último trimestre, los registros vallisoletanos han sumado 818 vecinos más, a un ritmo de 8,89 habitantes más al día, en una tendencia positiva que comenzó en el tercer trimestre de 2021, una vez superada la crisis de la covid.

Pero, ¿qué dice la letra pequeña? ¿Qué fenómenos se dan por debajo de ese incremento general de la población?

Podemos fijarnos, por ejemplo, en las cifras de nacimientos y defunciones. Aquí, la provincia presenta un saldo negativo. Entre enero y agosto, nacieron en Valladolid 2.023 bebés. Son justo cien menos que en el mismo periodo del año pasado y, en el último lustro, solo 2021 presenta peores registros (con 1.981 alumbramientos).

Eso sí, hay que tener en cuenta que en ese año nacieron los niños concebidos mayoritariamente durante 2020 (el año de la pandemia y el confinamiento). Entre las buenas noticias, está el hecho de que cayó el número de defunciones hasta las 3.705, una cifra muy por debajo de las 4.567 registradas en ese 2020 de la covid.

Así, la diferencia entre nacimientos y defunciones, aunque es ligeramente más optimista que la de los tres años anteriores, todavía arroja una cifra negativa. Valladolid, en este capítulo, ha perdido 1.671 habitantes en los ocho primeros meses del año.

¿Cómo se puede compensar este agujero demográfico? Habría que fijarse en los movimientos de población, tanto los movimientos entre provincias (de los que el INE no ofrecerá datos hasta finales de año) como las migraciones entre países. En este último caso, sí que hay ya datos provisionales, aunque tan solo referidos a los tres países que presentan mayores flujos.

Hasta el 30 de septiembre, llegaron a Valladolid 1.210 ciudadanos procedentes de Colombia, 600 llegados de Venezuela y 580 con origen en Marruecos. Mientras que en los dos primeros casos la cifra se ha contenido en los últimos meses (llegaron 450 colombianos en el primer trimestre y bajaron a 370 en el tercero), la tendencia es la contraria en el caso de Marruecos, con 160 llegadas entre enero y marzo y 240 desde julio a septiembre. En sentido contrario, hubo 190 colombianos que salieron de Valladolid y 180 marroquíes que, en los últimos seis meses, abandonaron la provincia.

¿Qué ocurre si se unen ambos fenómenos, las migraciones y la diferencia entre nacidos y fallecidos? Entre enero y octubre, el padrón de Valladolid creció en 2.494 personas. Si nos fijamos en la nacionalidad de los residentes en la provincia, hay 47 menos con nacionalidad española y 2.541 más con nacionalidad extranjera. Si la mirada se dirige hacia el lugar de nacimiento, son 743 vecinos menos nacidos en España y 3.237 más que nacieron en algún otro país. Esta cifra es superior por los procesos de concesión de nacionalidad española. Así, es la población foránea la que consigue que el padrón vallisoletano avance.

La cifra más reciente, 523.828, es la más alta desde el segundo semestre de 2016.

En una mirada de larga distancia, los mayores crecimientos absolutos se registraron en la provincia en la década de los años 70 del siglo pasado, con el 'baby boom' que marcó récord de nacimientos. El mayor incremento del padrón tuvo lugar en el segundo semestre de 1976, con un avance de 3.730 personas. Entre 1971 y 1981, todos los semestres había crecimientos por encima de los 3.000 vecinos. Este ritmo se ralentizó durante los primeros años 80 y llevó a números rojos entre 1990 y 1991, con la natalidad en mínimos.

El padrón recuperó pujanza entre 2002 y 2009, con una ligera recuperación de los nacimientos, un descenso de la mortalidad y, especialmente, un incremento de la población extranjera, espoleado por la bonanza económica de aquellos años. El estallido de la burbuja del ladrillo, la crisis y las altas cifras de paro redujeron los movimientos migratorios y Valladolid presentó entre 2012 y 2018 una sangría demográfica que provocó la pérdida de 12.198 vecinos. Una nueva puntilla llegó con la covid. La provincia registró el 1 de julio de 2021 un valle de 517.946 habitantes, del que se ha recuperado, por ese tirón de la población foránea, hasta estos 523.828 con los que, de forma provisional, se ha llegado al 1 de octubre de 2023.

Si nos fijamos en las edades, el mayor retroceso durante el último año (desde octubre de 2022) se da en el segmento de residentes entre 35 y 44 años (-2.576 habitantes) y entre los menores de 14 años (-1.134). Crece, sin embargo, la horquilla entre 15 y 19 años (con 1.043 habitantes más) y, especialmente, entre 75 y 84 años (con 2.096 más).

Este martes, por primera vez, el INE ofrece además datos sobre el número de personas que componen los 222.894 hogares que hay en la provincia de Valladolid. La mayor parte son personas que viven solas (69.627). Son 1.832 más que el año pasado. También crecen los hogares compuestos por dos personas (de 66.085 a 67.448). Bajan en cambio los de tres miembros (de 44.386 a 44.129) y los de cuatro o más integrantes (de 42.058 a 41.690).

En Castilla y León, la cifra total de población creció en 2.205 personas durante el tercer trimestre del año, que se cerró con 2.385.907 habitantes. Ávila, León y Zamora perdieron habitantes y esta es la tercera comunidad donde el avance es más bajo (solo por delante de Andalucía y Extremadura). En España, el padrón aumentó en 118.667 personas en el tercer trimestre y se situó en 48.446.594 habitantes. Es el valor máximo de la serie histórica, explica el INE. En términos anuales, el crecimiento poblacional estimado es de 525.075 personas en el conjunto nacional.