Secciones
Servicios
Destacamos
La Policía Municipal de Valladolid ha tramitado 309 denuncias administrativas por conducir bajo los efectos de las drogas por las calles de la capital desde agosto de 2016. Fue en esta fecha, «justo antes de las Ferias», cuando los agentes locales comenzaron a llevar a ... los controles de tráfico el detector de estupefacientes. Y los positivos no han parado de aumentar.
Noticia Relacionada
Si en esos últimos cinco meses de 2016 se tramitaron una veintena de denuncias y al año siguiente 69, en 2018 y 2019 las cifras casi se multiplicaron, hasta llegar a los 117 y 98 expedientes, respectivamente. Uno cada tres días, en su mayoría por consumo de cannabis (el 55%) y cocaína (28%). El 17% restante se había metido al cuerpo anfetaminas, metanfetaminas o algún opiáceo como la heroína, una droga que «desgraciadamente ha vuelto y ahora se consume fumada», explica el subinspector José Luis Tascón en su despacho, mientras guarda cuidadosamente en una funda rígida uno de los dos 'narcotest' que tienen los agentes municipales de Valladolid. «El otro –asegura– está siempre en la furgoneta-oficina».
Noticia Relacionada
«Es una máquina muy sencilla de utilizar, capaz de analizar la saliva del conductor en tan solo cinco minutos», demuestra Tascón encendiendo el aparato. «Nosotros trabajamos con el modelo Alere DDS2 que suministra Tradesegur, una empresa española. Son unos detectores muy ligeros –incluye una impresora– que podemos llevar incluso en la moto». El único pero es el coste económico del kit necesario para realizar la prueba.
«Solo el colector de saliva de algodón y el cartucho que se introducen en la máquina, la torunda donde se meterá la segunda muestra y el sobre para enviarlo al laboratorio cuesta 25 euros», reconoce. «Y, luego, hay que sumar lo que nos cobran por los análisis confirmatorios en Madrid».
Ese es el motivo, el económico, por el que el control de drogas en carretera únicamente se realiza «cuando estamos seguros de que han consumido», se lamenta Tascón. «Si fuera más barato –asegura– las cifras de positivos nos sorprenderían. En Valladolid se consume mucho».
Y prueba de ello, es que de las cerca de 325 veces que se ha encendido el 'narcotest' en la ciudad del Pisuerga, el aparato ha imprimido 309 resultados positivos, el 95%.
Es un proceso sencillo y rápido. «Solo hay que recoger la saliva del conductor o conductora. Para ello, es necesario frotar bien el algodón del colector por las encías, las mejillas y la lengua. Hay veces –el subinspector hace un inciso en la explicación– que lo muerden o lo intentan romper con los dientes, pero es un intento inútil de dañar la prueba porque la saliva queda impregnada».
José Luis Tascón | subinspector
El segundo paso es introducir el colector de saliva en un cartucho de un solo uso que contiene los reactivos y que, a su vez, se mete en la máquina. Y a esperar los resultados. «En los aparatos antiguos se tardaba más de media hora. Ahora, en cinco minutos exactos tenemos los datos».
Cuando este primer análisis es positivo –«la mayoría de las veces»– se toma una nueva muestra en una torunda que se envía directamente a un laboratorio de Madrid.
En este punto hay que extremar la seguridad. La segunda prueba no solo se precinta con unas etiquetas y se coloca en un sobre «que una vez cerrado es inviolable», sino que va acompañada de una cadena de custodia «firmada por todas las personas que han tenido contacto con la muestra, desde los agentes municipales hasta la empresa de transporte que se encargará de llevar el contenido al laboratorio».
«Que el sobre esté intacto –destaca Tascón– es lo primero que va a comprobar el técnico del laboratorio antes de comenzar el análisis». Los resultados, que tardan de siete a diez días, se pueden consultar a través de Internet.
El 'narcotest' que llevan los agentes simplemente ofrece una información cualitativa: si se ha dado positivo o no y en qué sustancias. Es el laboratorio el que suministra el resultado cuantitativo –la cantidad de droga consumida– de la prueba y que confirma el positivo inicial del detector. «Nosotros, muchas veces, después de ver los resultados nos sorprendemos, porque las cantidades consumidas son muy elevadas».
Es, por tanto, la prueba evidencial o confirmatoria de la presencia de drogas. Según aseguran en la Dirección General de Tráfico se trata de un análisis tan fiable «como las pruebas médicas que se hacen para determinar marcadores tumorales o identificar enfermedades genéticas».
Además, el margen de error del aparato «es muy pequeño». Solo 15 de las 309 denuncias administrativas tramitadas desde 2016 en Valladolid no han sido confirmadas por el laboratorio. «En este caso, el 5%, directamente se sobresee la multa».
El resto, deberá abonar 1.000 euros –500 pronto pago– y perderá seis puntos del carné, independientemente de la cantidad y de los tipos de drogas que se haya tomado porque la tolerancia, a diferencia del alcohol, es cero.
Además de la administrativa «siempre se abre la vía penal, aunque es mucho más difícil de demostrar», reconoce Tascón. «Si un conductor da positivo y tiene la sintomatología suficiente para convencer al juez de que va conduciendo bajo influencia de esa sustancia, se le podría condenar en vía penal» con penas de tres a seis meses de cárcel, multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad y privación del derecho a conducir de uno a cuatro años.
«Los conductores suelen reconocer que han tomado unas copas, pero la cosa cambia a la hora de admitir que se han metido una raya», cuenta el policía.
Les hay, incluso, que después de dar positivo piden un contraanálisis de sangre. En estos casos –el último en Valladolid ha sido en enero– «salvo que se trate de un accidente y el médico diga lo contrario, llevamos al conductor al Hospital Río Hortega, a Urgencias».
«Algunos, cuando ven las batas blancas, se arrepienten, pero otros siguen hasta el final. Si el resultado se confirma, aquí sí, tienen la obligación de pagar el análisis, que se manda a Barcelona, y estará en unos 300 euros», recuerda el subinspector.
El 'narcotest' no falla si se han consumido estupefacientes en las últimas seis horas. «El consumo en días anteriores a la prueba no produce un resultado positivo», insisten desde la DGT. También destacan un dato: el 40% de las víctimas mortales en las carreteras españolas había consumido algún tipo de droga. Dramático.
«Hasta la droga nos clasifica», sentencia el subinspector José Luis Tascón. El perfil de los conductores que circula bajo los efectos de sustancias estupefacientes por las vías de la Valladolid se repite si tenemos en cuenta lo que consumen. «Los que dan positivo en marihuana –192 multados desde agosto de 2016– son gente más joven y suelen llevar el olor a cannabis impregnado en la ropa».
«En cambio, los positivos en cocaína –93 en estos tres años y medio– vienen de conductores de más edad y con un nivel adquisitivo mayor. Sorprende que son gente normal de entre 40 y 50 años», continúa el agente.
Son muchos los síntomas que evidencian que una persona está drogada, pero José Luis Tascón, después de 37 años de experiencia patrullando la ciudad, asegura que en lo primero que se fija es en la mirada.
«Suelen tener los ojos rojos o vidriosos, ser incoherentes a la hora de expresarse y tener un comportamiento extraño». Y, aunque parezca que los hombres consumen más, en Valladolid «multamos a hombres y a mujeres por igual». La marca y el tipo de vehículos que conducen, en cambio, «no suele ser un indicativo» de que vayan 'colocados'.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.