La N-122, una carretera con casi 600 fallecidos y más de 7.500 heridos en 32 años

La estadística surge de una respuesta en el Senado sobre la siniestralidad en la carretera desde 1990 hasta 2019. Los datos oficiales recogen 1.099 accidentes con víctimas (heridos leves, graves o fallecidos), tanto en vías urbanas como interurbanas. Esto es relevante porque la travesía de Peñafiel es uno de los puntos negros de este tramo de N-122, especialmente en cuanto a atropellos. En ellos se han registrado 119 fallecidos, 522 heridos graves y 1.552 heridos leves.

A estas cifras hay que sumar las que se hayan registrado en los años 2020, 2021 y lo que va de 2022. El año de la pandemia, el último del que hay datos oficiales, supuso un descenso de la siniestralidad por la reducción de la movilidad general, pero al menos se han registrado tres víctimas mortales más en este periodo en el tramo vallisoletano de la N-122, a falta de contar con los datos oficiales consolidados.

El modo en que se reduce la siniestralidad a medida que se ponen en marcha tramos de autovía se aprecia con un simple vistazo a las estadísticas generales. En los 90 se contabilizaban de media 62 accidentes entre el punto kilométrico 296,7 y el 412,2. De 2000 a 2009, 29. Desde entonces hasta 2019, 16. La puesta en marcha de las variantes de Burgo de Osma o de Aranda de Duero tuvo un reflejo inmediato en las cifras de siniestros ocurridos en las travesías de estos núcleos urbanos.

En esos primeros 29 años a los que se refiere la estadística ofrecida en el Senado, la N-122 se cobró 566 vidas. Resultaron heridas graves 2.084 personas. Y se tuvo que atender a 5.566 heridos leves.

En el documento remitido por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana se detallaba entonces, en 2020, que la N-122 es «una carretera convencional con un volumen de tráfico bajo, con una intensidad media diaria de entre algo menos de 3.000 y 5.000 vehículos diarios». Y explicaba que con esos datos, y en la situación actual de la infraestructura, con varios tramos de autovía ya en marcha y otros en obras, especialmente en la provincia de Soria, «el riesgo de sufrir un accidente en esta carretera estatal N-122 en Zamora, Valladolid, Burgos y Soria es inferior al del conjunto de carreteras convencionales de la red estatal de carreteras de características similares, al presentar dicha carretera en cada provincia unos índices de peligrosidad medios entre un -30% y un -50% menores». Define, en este caso, la siniestralidad según un parámetro que relacciona el número de accidentes con víctimas por cada 100 millones de vehículos-km recorridos.