Valladolid

Los 16 municipios del alfoz duplican su población y ya tienen tantos vecinos como los otros 208 pueblos

Ahora, todos juntos, superan con creces los 400.000, en un fenómeno que ha transformado no solo el urbanismo, sino también la movilidad y los desplazamientos por la ciudad. En estos años, se han construido las rondas, se han ampliado los servicios de Auvasa o de Biki a municipois del entorno y hay acuerdos para compartir servicios con la capital.

El crecimiento en este denso corazón de la provincia no ha corrido de forma pareja entre la capital y los municipios de su entorno. La ciudad ha perdido vecinos desde el año 2000, cuando el padrón estaba compuesto por 319.129 residentes. En este 2024 son 300.618 habitantes (un retroceso de 18.511, amortiguado por el crecimiento registrado después de la pandemia, sobre todo con la llegada de población extranjera). Por el contrario, las 16 localidades del alfoz han más que duplicado su población.

En 2000 sumaban 50.977 habitantes. En el año 2014 rebasaban las barrera de los 100.000. Hoy son 112.219, en un dato empujado por los espectaculares crecimientos de municipios como Arroyo (salta de los 3.635 a los 22.268 residentes) o La Cistérniga (que ha pasado de 3.780 a 9.281).

El gran tirón demográfico del alfoz se registró sobre todo a partir del año 2006, justo en los meses finales de la burbuja inmobiliaria, con el precio de los pisos disparados en la capital y la necesidad de buscar lugares donde el metro cuadrado estuviera más barato. Ahí fue cuando Arroyo empezó a despegar. Y a continuación, también La Cistérniga o Aldeamayor. En el año 2000, las cinco localidades más pobladas del cinturón de la capital eran Laguna de Duero (16.977), Tudela (6.353), La Cistérniga (3.635), Arroyo (3.635) y Cigales (2.802). Hoy son, por este orden, Laguna (22.907), Arroyo (22.268), La Cistérniga (9.281), Tudela (8.786) y Zaratán (6.383).

La evolución de estos 25 años permite ver cómo Simancas, Santovenia o Cigales han perdido posiciones, en beneficio de localidades como Zaratán o Aldeamayor, que han crecido a un ritmo superior.

La fotografía demográfica de la provincia ha vivido así una importante transformación en este siglo XXI, en un movimiento centrifugador que complementa el fenómeno aspirador vivido en la segunda mitad del siglo XX. A mediados de la década de 1960, el número de personas que vivían en la capital superó por primera vez a los residentes en el resto de localidades de la provincia. Valladolid, un territorio eminentemente rural, se transformaba en espacio urbano con la implantación de industrias como Renault y el éxodo rural que conllevó la mecanización agraria y los nuevos puestos de trabajo vinculados con el automóvil y otras industrias.

La capital inició un crecimiento espectacular, con cien mil nuevos vecinos en apenas diez años. La ciudad tenía 233.974 habitantes en 1970. Una década después eran 330.176, espoleado por la llegada de población desde los pueblos, por las cifras de natalidad más altas en años (el 'baby boom') y por un crecimiento urbanístico acelerado que llevó a levantar, en muy pocos años, barrios como La Rondilla, Pajarillos y más tarde Huerta del Rey o Parquesol.

Este acelerón de la capital comenzó a frenarse a finales del siglo pasado y desde el año 2000 se aprecia esta tendencia en la que estamos inmersos: auge del área metropolitana, con el crecimiento de los municipios más cercanos a la capital, a costa de los vecinos de la ciudad.

Hay un dato muy significativo vinculado con este último fenómeno. Los 16 municipios del alfoz suman en este 2024 casi tantos vecinos (112.219) como los otros 208 pueblos de la provincia (112.561). Y en este último apartado se incluyen importantes cabeceras de comarca como Medina del Campo, Peñafiel o Medina de Rioseco. De seguir con la tendencia actual, la próxima cifra oficial del padrón (a 1 de enero de 2025) certificará que ya vive más gente en los pueblos del alfoz que en el medio rural.

En el año 2000, el 64% de los habitantes de la provincia estaba empadronado en la capital. El 25,3% pertenecía a los registros de los municipios alejados de la ciudad y solo uno de cada diez habitantes residía en alguna de estas 16 localidades del cinturón capitalino. Hoy, en 2024, el alfoz reúne al 21,4% de los inscritos en la provincia, el mismo porcentaje que en el resto de pueblos de Valladolid. En la capital viven el 57,2% (siete puntos menos que a principios de siglo).

Pero, junto a los números absolutos, hay otros datos que ayudan a comprender la naturaleza de este trasvase de vecinos. Las cifras las ha publicado este jueves el INE, con una explotación estadística del censo que permite ver el perfil de los residentes en cada una de estas zonas.

Así, el crecimiento del alfoz viene motivado, sobre todo, por personas jóvenes. La burbuja inmobiliaria registrada a principios del siglo XXI obligó a muchos vallisoletanos a escapar de la capital y hallar refugio en municipios del entorno, donde el precio de la vivienda estaba mucho más barato. En 2007, el metro cuadrado en la capital costaba 900 euros más que en Arroyo y 1.191 más que en La Cistérniga, de acuerdo a un informe del Foro Consultores Inmobiliarios publicado entonces.

En su mayoría, era población joven, parejas que con el tiempo han tenido hijos en esa localidad en la que se marcharon a vivir. Por eso, si nos fijamos en las pirámides de población, la zona más rejuvenecida de la provincia está en estas localidades, con Arroyo y Aldeamayor en cabeza.

En estos 16 municipios del alfoz, el 16,54% de sus vecinos tiene menos de 14 años (el porcentaje baja al 11,2% en la capital y al 9,86% en el resto de las localidades). Este desfase se aprecia también en otros tramos de edad. Por ejemplo, entre los 30 y 49 años, es muy superior el porcentaje de vecinos en el alfoz (31,76%) que en la capital (23,76%) o el resto de localidades del medio rural (25,1%). Esta tendencia empieza a cambiar en las siguientes horquillas.

Entre los 50 y 64 años, ya toma cabeza el medio rural y a partir de 65, el porcentaje en las localidades del alfoz se reduce de forma significativa. En la capital, casi el 28% de su población ya ha superado la edad de jubilación. En las localidades más cercanas, no llegan al 14%. Son, además, los pueblos más rejuvenecidos de la provincia.

El INE también ha servido este jueves los datos sobre la media de edad en cada una de las localidades de la provincia. En 35 localidades, la media está por encima de los 60 años, con Castrobol y Villavicencio de los Caballeros en cabeza. Allí, la media de sus vecinos se sitúa en 67 años. En el lado opuesto de la tabla se sitúa Arroyo de la Encomienda, con una media de 37 años. Le siguen Aldeamayor (38) y Zaratán y Renedo (con 39 años). Los trece pueblos más jóvenes están en el alfoz. Los siguientes son Mojados y San Miguel del Pino, con 44 años de media, los mismos que Laguna o Viana de Cega.

Vinculado con este, se puede obtener un dato más. Hay 25 pueblos de la provincia que no tienen ni un solo niño por debajo de los nueve años y quince localidades donde no hay ni un solo empadronado con menos de 14 (son Adalia, Aguasal, Almenara de Adaja, Berceruelo, Canilla de Esgueva, Castrobol, Fuente el Sol, Llano de Olmedo, Moraleja de las Panaderas, Muriel, Salvador de Zapardiel, San Cebrián de Mazote, San Salvador, Torrecilla de la Torre y Villalbarba).