Valladolid

Modesta cumple 107 años: «No tengo ninguna gana de morirme»

Con 18 nietos y 19 bisnietos —dos más que el año pasado «porque la familia sigue creciendo— la centenaria asegura: «No tengo ninguna gana de morirme, quiero seguir viviendo». Con una sonrisa tímida pero risueña, Modesta Duque explica cuál es su mayor temor: «Si me llevan a una residencia me matan. No quiero. Quiero estar en mi casa tranquila y feliz». Trinidad, una de las ocho hijas, asegura que a veces es complicado gestionar el día a día de su madre: «Ahora gracias a Nancy, la interna que comparte el día a día con mi madre, estoy muy tranquila. Me entiendo muy bien con ella y lo más importante es que mi madre y ella se entienden».

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«En esta casa no existen los pañales ni las pastillas de ninguna clase. Ella se levanta al baño por la noche sola y no quiere ninguna pastilla. Le hemos comprado unas para dormir porque decía que dormía mal y a veces nos lo encontramos debajo de la cama porque no se lo toma», puntualiza Trinidad. «Dios me ha dado mucha salud, igual demasiada para tener tantos años», confiesa risueña la centenaria. Modesta Duque comenzó a trabajar a los 16 años limpiando los portales cercanos al Palacio Real de la villa del Tratado. El resto de su vida se ha dedicado a vender amapolas, flor de malva y leña de los pinares por las casas para poder dar de comer a sus hijos. «Nunca les ha faltado de nada porque siempre he sido una mujer muy trabajadora que ha luchado por sacar a ochos hijos adelante», señala Modesta.

«En esta vida todo se acaba pero muy poca gente puede decir que ha llegado a los 107 años como yo he llegado», presume orgullosa a la vez que confiesa que entre sus pasatiempos favoritos se encuentra «ver la televisión y leer revistas». Natural, dicharachera y con una vitalidad envidiable, unida a una salud de roble, son los secretos que se esconde tras un rostro cargado de ilusión por seguir viviendo. Modesta Duque no se conforma con 107 años «quiero más», asegura mientras le pide a la vida seguir disfrutando «día a día hasta que Dios quiera».