Los mercados de Valladolid en la encrucijada: taquillas refrigeradas y más oferta para revivir

Uno de los mercados más importantes de la ciudad es El Val, el más antiguo, que lleva con sus puertas abiertas desde 1878. La clave de su éxito podría estar en el modelo de negocio mixto con el que trabaja. Por las mañanas, este espacio hace las funciones de lonja, con venta de productos frescos; por la tarde, levantan la persiana los gastrobares que ocupan el resto de puestos del recinto.

Un modelo a seguir que desde el Ayuntamiento quieren implementar en el resto de mercados, donde se pretende licitar los locales vacíos para negocios no relacionados con la alimentación, como cosetodos o zapaterías. Una propuesta que cuenta ya con más de un año de trabajo previo. Según explica Víctor Martín, concejal de Comercio, Mercados y Consumo, para la modificación de estos establecimientos es necesario cambiar los reglamentos actuales, que suponen una gran limitación para los puestos ajenos a la alimentación, por lo que es necesario tener el visto bueno de la asesoría jurídica del Ayuntamiento. Con esta medida, se espera atraer el interés de nuevos emprendedores. Eso sí, Martín aclara que todos los negocios deberán ser compatibles con las actividades principales de estos espacios, por lo que quedarán excluidas las peluquerías o centros similares.

Tras la reciente inauguración del nuevo paso de Padre Claret, que permite la conexión directa con la plaza de la Circular en menos de tres minutos, el Mercado de Las Delicias confía en que esta nueva vía permita dar la vuelta a su realidad, que no es otra que tan solo ocho negocios abiertos -sin frutería- de los 37 puestos con los que cuenta. Para revertir esta situación, desde el Ayuntamiento explican que ya se ha realizado la obra para ocupar los nuevos puestos, con posibilidad de abrir otros tipos de negocio, pero que aún no se ha publicado la oferta porque están a la espera de que finalicen los trabajos, especialmente los del aparcamiento, con el que este espacio ganará atractivo. «El objetivo es que exista variedad, cuanta más mejor, queremos crear un espacio social donde se puedan organizar talleres o sesiones de divulgación gastronómica, así como dedicar los puestos más grandes a cafeterias u hosteleria, como el que ya existía anteriormente».

Una situación similar se vive en el Mercado de la Rondilla, recientemente reformado y con tan solo tres rótulos anunciando comercios. De los dieciséis espacios disponibles, dos están reservados para la hostelería, a los que hay que sumar los tres puestos para usos especiales. Los comerciantes esperan clientes, ya que estos centros guardan la inercia de quienes lo utilizaban antes, cuando había catorce puestos operativos. El mercado contará con mostradores y vitrinas refrigeradas, además de diferentes subvenciones para nuevas instalaciones. El canon de licitación de los locales ha quedado fijado en 12,90 euros el metro cuadrado al mes.

La apertura, programada para mediados de este año, se ha visto demorada hasta la campaña navideña. Según explicó Martín, la licitación de mobiliario donde se incluían mostradores quedó sin resolver por la documentación incompleta que presentaron la media docena de empresas que concursaron. Un fallo en el proceso que ha provocado su repetición, haciendo que sea imposible su reapertura para septiembre. La reforma del espacio, inaugurado en 1974, ha sido más complicada de lo que se esperaba en un principio, puesto que el edificio presentaba deficiencias importantes, como fugas de agua debido a problemas de saneamiento. 

En el horario es donde estos establecimientos cuentan con su mayor hándicap. Ya el anterior equipo de gobierno propuso abrir los espacios por la tarde, una idea que con el tiempo se fue diluyendo. Ahora Víctor Martín explica que la intención del Ayuntamiento para paliar este problema es incluir taquillas refrigeradas como las ya existentes en el mercado del Val y que, como señala el concejal de área, se instalarán próximamente en la Rondilla y las Delicias. Es un servicio que ofrece tres alternativas, taquillas a temperatura ambiente, con temperatura óptima para el producto fresco e incluso bajo cero. Un sistema que da flexibilidad a los clientes, que pueden realizar la compra por teléfono y recoger los productos en horario de 9:00 a 22:00. Todo ello con un sistema de seguridad a través de una pantalla en la cual se introduce la clave que te proporciona el comerciante que permite abrir la consigna. Tanto clientes como comerciantes consideran que este sistema es un acierto por lo práctico que resulta para todas las partes.

El Campillo es otro de los mercados que se ve inmerso en problemas, en este caso por las grietas que han aparecido en su fachada y los problemas originados por el tejado vegetal, en el que el Ayuntamiento aseguró estar trabajando «Aunque se han implementado medidas paliativas, en este momento se está trabajando en conjunto las tres concejalías implicadas -Urbanismo, Participación Ciudadana y Comercio y Mercados- para dotar al espacio de una solución».  

Unas ideas que ya están viendo luz verde en algunos mercados, como por ejemplo en el de La Marquesina o el de Plaza España. Martín explica que «en el mercado de plaza de España ya se han licitado tres puestos que pueden servir para otros negocios, como conservas o alimentos para mascotas. El objetivo es contagiar y trasladar este modelo al resto de mercados de la ciudad».