La Fiscalía de Menores detecta una eclosión de bandas latinas en Valladolid
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Aumentan las peleas de grupos rivales armados en el entorno de institutos, plazas y discotecas 'after hour'La última pelea conocida entre dos bandas latinas fue abortada por la Policía el pasado 2 de noviembre. Los menores se retaron y se habían citado en la Plaza de San Juan pero, al ser localizados por las patrullas de la Policía Local y la ... Policía Nacional, huyeron para esconderse en un portal de la calle Huelgas. Allí fueron rodeados e identificados y se les ocuparon armas: varias navajas y una barra de hierro. En marzo pasado, una plazoleta peatonal de la calle Porvenir, en el barrio de Vadillos, fue el escenario de otra reyerta multitudinaria que también fue abortada por la Policía. Al menos una docena de jóvenes de entre 15 y 18 años y de una evidente estética vinculada a bandas latinas de origen dominicano, se enzarzaron en una trifulca que vecinos y comerciantes del entorno no dudan en situar en motivos territoriales para «disputarse el control de esta zona del barrio». Algunos de los jóvenes portaban bates de béisbol. Esta plazoleta es punto de encuentro habitual de «estos grupos», que ya «habían protagonizado otras peleas similares, también con armas blancas, hace apenas unos meses», señalaron los vecinos, que no disimulan su «hartazgo» por la situación de inseguridad que les provoca quienes se han apropiado de este espacio público, donde se juntan este tipo de grupos para «fumarse sus porros y trapichear». La trifulca se saldó sin heridos de consideración.
Por lo general, cuando se les detiene «no sueltan prenda y mucho menos se identifican abiertamente con bandas latinas». Por el momento, indican fuentes policiales, en Valladolid no ha llegado la sangre al río porque se ha intensificado la labor preventiva y la vigilancia sobre estos grupos en el último año y en los incidentes que se registran, prácticamente todas las semanas, las agresiones físicas no han resultado de pronóstico grave. Los últimos casos que han llegado a la Fiscalía de Menores de Valladolid estarían relacionados con la pertenencia o la identificación de estos chicos con la banda de los Trinitarios y las investigaciones suelen culminar en delitos leves de lesiones. Se han detectado ramificaciones y contactos con otros grupos en Madrid y Soria.
Aunque se muestran muy agresivos entre ellos por la rivalidad entre bandas, en ningún caso se les han ocupado últimamente armas de grandes dimensiones, como los machetes, ni tampoco pistolas como las incautadas en la Operación Bacano, que fue completada el pasado febrero por la Guardia Civil en un trabajo conjunto de dos años de los servicios de información de tres comandancias que concluyó con registros en varias localidades de Toledo, Madrid y Valladolid y se saldó con varios detenidos de los Dominican Don´t Play supuestamente implicados en el asesinato de un joven de 25 años en el barrio madrileño de Usera.
La inseguridad ciudadana que generan estos encuentros violentos de bandas «en una suerte de ritos de iniciación» está empezando a preocupar en centros docentes y en comunidades de vecinos de Valladolid que conviven directamente con esta «nueva realidad» en torno a institutos, locales 'after hour' y algunas plazas e instalaciones deportivas de la capital en las que marcan territorio, principalmente, en los barrios que concentran mayor población inmigrante como Delicias y Pajarillos.
En zonas céntricas de ocio nocturno juvenil como la calle Doctor Cazalla y los aledaños de la Plaza de San Miguel, donde se ubican varios locales de copas de última hora, clientes de los establecimientos comerciales, hosteleros y de servicios de la zona y las comunidades de vecinos expresan su hastío e impotencia por lo que se ha convertido en un sobresaltado despertar habitual de los sábados y domingos: las algaradas y peleas de jóvenes «que se increpan de calle a calle y se enganchan sin preocuparles golpear a quien pase por su lado, no se puede ni ir a comprar el pan», señala un vecino de la plaza. Este tipo de incidentes en los entornos tradicionales de ocio se están solapando ahora con los protagonizados por chicos muy jóvenes, muchos de ellos menores de edad, que forman parte de estas bandas latinas, principalmente, Dominican Don't Play y Trinitarios. Sus integrantes son de segunda generación, muchos nacidos en España y no siempre procedentes de países hispanoamericanos, pues también militan en estos grupos menores de origen africano o de etnia gitana. «Es una seña de indentidad, de grupo y también cultural, se sienten desarraigados y no terminan de encontrar su sitio. Aunque ellos, de entrada, niegan pertenecer a ninguna banda, lo que ocurre que son muy activos en redes sociales y los símbolos, mensajes y música que intercambian les delatan», explican fuentes jurídicas.
En la jurisdicción de Menores se advierte de esta «nueva realidad» emergente detectada en el campo de la criminalidad adolescente, aunque por el momento no se contabilizan delitos graves. «Prácticamente en todos los casos son reyertas entre ellos que se saldan con lesiones, pero es gente cada vez más joven, tanto que a veces ni podemos actuar porque son inimputables», confirman desde la Fiscalía especial.
En la estadística nacional (no se discriminan los datos por provincias ni por comunidades autónomas) elaborada por el Ministerio del Interior de los últimos cuatro años, se cuentan 641 grupos delictivos juveniles «monitorizados», en los que incluye a las bandas latinas junto a organizaciones de extrema derecha, extrema izquierda y violencia en el deporte. En los últimos cuatro años se ha producido un resurgimiento. En el primer semestre de 2022 se cuentan ocho «grupos de referencia» (uno más que en los tres años anteriores, aunque los principales son seis: Latin King, Trinitarios, Dominincan Don´t Play, Ñetas, Blood y Forty Two) de los que dependen 79 'capítulos' o 'coros' (cuatro más que en 2021) y además se ha identificado a otras 18 bandas independientes (dos más que en 2021). Así que en este censo policial se identifica a más de un centenar de bandas latinas diseminadas por todo el territorio español, que los cabecillas controlan desde las grandes capitales o zonas costeras y, cuando no, desde las cárceles.
Respecto de la actividad policial relacionada con la incorporación de menores de edad a estos grupos, en los últimos tres años, de 2019 a 2021, se ha detectado un incremento significativo en el número de detenidos, 254 y se abrieron 438 diligencias relacionadas con delitos de odio, tenencia ilícita de armas, lesiones, vandalismo y otros ilícitos penales asociados a la violencia como robos con intimidación y al tráfico de estupefacientes. El aumento no es comparable con los datos de 2020 por el confinamiento decretado a raíz de la pandemia (79 menores detenidos y 283 diligencias) pero sí con 2019, cuando se abrieron 390 investigaciones y se detuvo a 171 menores de edad, de manera que el año pasado hubo 83 detenciones más que antes de la crisis sanitaria, lo que indica que la actividad de los pandilleros se ha reactivado con la incorporación de chicos de 13, 14 y 15 años y que Interior le ha declarado la guerra a las bandas juveniles.
Este renacimiento de las bandas latinas en Valladolid se produce tres años después de que se descabezara a la cúpula de los Latin King en Castilla y León, cuyos miembros van a sentarse en el banquillo el próximo 28 de noviembre, un juicio que tiene programada la Audiencia de Burgos hasta el 2 de diciembre. Doce integrantes de esta banda, entre ellos, dos cabecillas a nivel nacional en Madrid, están acusados de delitos de pertenencia a organización criminal para la comisión de delitos menos graves con la agravante de discriminación ideológica. La Fiscalía solicita para ellos penas de prisión que suman más de 15 años de prisión y multas que superan los 10.800 euros.
Según las conclusiones provisionales del ministerio fiscal, todos los acusados son integrantes de la organización Latin King en España (STAS)-Reino Inca y cada uno de ellos han ejecutado, «de manera individual o en conjunto y convivencia, actuaciones que revelan su integración en la organización, ocupando distintas posiciones de la jerarquía organizativa y participando en acciones y reuniones orgánicas» a todos los niveles y «participando en hechos delictivos contra miembros de otras bandas latinas». Además, disponen de material relativo a la organización Latin King como de la 'Sagrada Tribu América Spain'. Este material consiste en simbología de la banda, documentación orgánica y fotográfica, instrumentos peligrosos y documentación audiovisual de la organización.
Los doce encausados, que en este momento se encuentran en libertad provisional a la espera de juicio, han integrado la organización, según la fiscal, «con fines de perpetración delictiva, asociándose ilícitamente para promover y favorecer el odio, la hostilidad y la violencia contra grupos rivales latinos, tales como Ñetas, Trinitarios y Blood-901. Estos dos últimos tienen infraestructura en Burgos capital. Además, van contra grupos de personas que pretenden disfrutar de parques o zonas recreativas que ellos consideran como «espacios propios», con lo que «siembran sentimientos de pánico y terror entre los vecinos».
Destaca la fiscal que los procesados «han evidenciado un comportamiento violento y usado armas blancas y otros efectos para materializar actos de violencia física frente a miembros de otras bandas, así como acoso y amenazas». En los domicilios, durante los registros, se incautaron machetes, navajas, palos y pistolas simuladas. «Entre ellos mantenían conversaciones en las que los líderes de la organización incitan a la violencia y al odio contra todas las personas de origen latino que, perteneciendo a otra banda, no se integren en los Latin King, pasando a ser considerados 'Enemigos de la Nación'», relata el escrito de acusación.
La organización presenta una estructura «cuasi militar», con una jerarquía perfectamente definida y con el total control de los máximos responsables de 'la Nación'. La operación conjunta que permitió desmantelarla se desarrolló en 2019. Agentes de la Policía Nacional desarticularon tres grupos (los 'capítulos') de la banda latina 'Almighty Latin King and Queen Nation', la 'Todopoderosa Nación de Reyes y Reinas Latinos', denominada en España 'Sagrada Tribu América Spain'. Fueron detenidos estos doce integrantes, cinco en Burgos, tres en Valladolid, otros tres en Madrid y uno en Aranda de Duero, que compondrían el denominado 'Reino de Castilla y León'. Además se practicaron trece registros en los que se intervinieron diversos símbolos, emblemas, collares, banderas, ropa típica de esta banda, así como armas (machetes y pistolas simuladas) y bates de beisbol, entre otros efectos, junto a numerosa documentación y material informático para estudio y análisis.
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M. J. Pascual
Concluye la Fiscalía que los acusados y otros miembros que integran los tres 'capítulos' desmantelados del 'Reino de Castilla y León' han protagonizado una actividad criminal que ha dado lugar a, al menos, 30 atestados instruidos por las Comisarías de Valladolid, Burgos y Aranda de Duero entre 2017 y 2019, «perpetrando ilícitas actividades con las que lograr constituirse, asentarse y fortalecerse como grupo» en estas ciudades. Y para afianzar su objetivo «han hecho uso de violencia mediante el empleo de cuchillos, machetes y palos de grandes dimensiones, constituyendo una amenaza real, actual y grave contra el orden público y la libertad y la seguridad ciudadana».
Es una organización con estructura piramidal y férrea jerarquía, con normas y códigos de conducta establecidos, cuya transgresión conlleva medidas disciplinarias que van desde la expulsión de la banda a castigos físicos de los infractores. La finalidad de su implantación es marcar «su territorio» y defenderlo ante la intromisión de otras bandas latinas como Ñetas, Trinitarios o Blood 901, entre otras, a los que consideran como enemigos. Para ello, usan la violencia, muchas veces con machetes o cuchillos de grandes dimensiones. Algunos de estos jóvenes poseen numerosos antecedentes, principalmente por amenazas, agresiones y lesiones producidas en riñas tumultuarias o enfrentamientos armados con otras bandas latinas, así como delitos contra la propiedad.
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