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La batalla electoral por la Diputación de Valladolid se dirimirá en dos claves: el diputado número 8 en Medina del Campo y lo que ocurra en la capital y los municipios más poblados del alfoz, Arroyo y Laguna. El PP, que tradicionalmente presenta candidaturas en todas las localidades ... , cuenta con una ventaja inicial en los dos partidos judiciales más pequeños, el de Medina de Rioseco (que dirime 3 diputados) y el de Medina del Campo ( que adjudica 8 sillones en el Salón de Plenos). Y el PSOE, si quiere darle la vuelta, necesita un triunfo contundente en la capital y rearmarse en el alfoz para tener opciones, además de esperar que el voto de derechas se fragmente lo suficiente entre los restos de Ciudadanos, Vox y el PP.
Los 27 diputados provinciales se adjudican en función de los votos emitidos en los tres partidos judiciales en los que se divide la provincia. En Medina de Rioseco, con poco más de 17.000 habitantes en 64 municipios, se otorgan tres puestos y tradicionalmente se resuelven con 2 para el PP y 1 para el PSOE. «Es casi imposible que el PP consiga un 3-0», cuentan fuentes populares conocedoras de este peculiar ecosistema electoral. En 2019, el PP sumó 7.117 votos y el PSOE, 3.538. Son cifras bastante estables. Para que el PSOE se quedara sin representación, el PP tendría que triplicar los votos conseguidos por los socialistas. Así que la carrera por la Diputación comienza con un 2-1 para el PP.
La primera clave diferencial, entonces, está en Medina del Campo (47 localidades, 46.000 habitantes). Allí se reparten ocho puestos y de nuevo con escasa variación. El PP obtuvo 5 por los 3 del PSOE en 2019, pero en los comicios anteriores, los de 2015, el resultado fue un empate a 4. La socialista Teresa López se hizo con la Alcaldía medinense y eso bastó para equilibrar la balanza. En un partido judicial con 46.900 habitantes el peso de la cabecera, Medina del Campo, es decisivo. Tanto, que Medina Primero, formación encabezada por Olga Mohíno, ex del PP, estuvo a punto de obtener un diputado provincial con sus 1.931 votos. Con 400 más, lo habría tenido y habría dejado las cosas en un inédito 4-3-1. Y es que quienes llevan las cuentas manejan algunas claves estadísticas que no suelen fallar. «Para conseguir un diputado provincial allí tienes que ganar 2.500 votos», explican.
Así que, más allá de Medina del Campo, tienen más posibilidades quienes también presentan candidatura en Rueda, Olmedo, Mojados, Nava del Rey, Alaejos, Valdestillas… De ahí la dificultad de que entren otros actores como en su día Podemos o Ciudadanos, muy anclados en los municipios más grandes pero sin apenas estructura básica en la provincia. Lo mismo le ocurrió a Medina Primero, obviamente. El caso de Vox habrá que verlo. Una de las prioridades del partido de Santiago Abascal era extenderse por la provincia durante estos cuatro años. Muchos de sus candidatos y concejales proceden del PP y saben de la importancia de tejer esa red para poder consolidar el poder institucional a nivel provincial. Y de ahí, claro, al autonómico. PP y PSOE, incluso en sus peores momentos, mantienen una base sólida que procede de su capilaridad municipal. Es el modo de resistir los embates cíclicos de la política.
Lo que ocurra en Medina del Campo puede resultar sustancial. Si el PSOE consigue el 4-4, algo que intentará rascando votos con un candidato nuevo en Medina del Campo, se jugará todo a la remontada en la capital y el alfoz. Si no, partirá con una desventaja de dos escaños en este partido judicial y otro en Rioseco. Tres diputados que son muy difíciles de contrarrestar en la capital, donde entran, además, otros actores.
En Valladolid se reparten 16 puestos de diputado provincial. El mayor peso, como es lógico, descansa en el Ayuntamiento de la capital. Hay alguna clave infalible. Por ejemplo: con tres concejales, una formación se garantiza entre 1 y 2 escaños en la Diputación. Así ha sucedido con Ciudadanos en este mandato, lo que le ha dado a la formación naranja la llave de la institución provincial. A Toma la Palabra no le llegó para tanto porque se quedó en 19.000 votos frente a los 30.000 de Ciudadanos. Consiguió 1 diputado, igual que Vox. Los dos mayoritarios se repartieron un 6-6. El PP logró 13 de 27 en total. En 2011 sumó 17.
Parece claro que Ciudadanos bajará, se espera una subida de Vox, aunque resulta complicado vaticinar sin saber aún en cuántos municipios presentará candidatura, y habrá que ver qué ocurre en la capital. El PSOE necesitaría absorber la mayor parte de los votos que obtuvo Ciudadanos en el partido judicial, y eso implica a la capital, Valladolid, pero especialmente a Laguna de Duero y a Arroyo de la Encomienda, los dos municipios de más de veinte mil habitantes en esta demarcación. Además, Vox tendría que arrebatar al PP los suficientes votos como para hacerle daño pero sin llegar a convertirlos en escaños, porque lo cierto es que, si logra imitar el comportamiento de Ciudadanos en 2019, Vox podría relevar a los naranjas como partido clave para la Diputación.
El PSOE, para llegar con opciones, tiene que asegurarse los 4 diputados de Medina del Campo y el de Rioseco. A partir de ahí, solo barriendo al PP en las grandes ciudades puede conseguir alcanzar los 8 diputados en este partido judicial y esperar que Toma la Palabra mantenga el suyo para poder gobernar. Tordesillas, Santovenia, Peñafiel, Zaratán, Íscar, Pedrajas, La Cistérniga, Cabezón de Pisuerga, Cigales, Renedo, Simancas, Aldeamayor, Tudela y Boecillo suman 80.689 habitantes. En 2019, el PSOE consiguió en ellos 12.116 votos. El PP logró 11.617.
En el PSOE, Óscar Puente se marcó como objetivo cuando accedió al cargo de secretario provincial pelear la Diputación. «Va a depender del tirón de Óscar en la capital», confían fuentes socialistas. «Hay que recuperar en Medina el 4-4, mejorar en Laguna, Arroyo y Tordesillas y así podrían darse las cuentas: 13 diputados más uno de Toma la Palabra». Tienen un argumento para la confianza. «En 2019 nos quedamos a 250 votos de ganar la provincia», aseguran. Fueron, en realidad, 541 gracias al empuje de la capital.
En el PP, mientras tanto, confían en captar el voto que se les fugó a Ciudadanos. «La clave es Valladolid y el alfoz. La vez anterior el PSOE ganó el partido judicial de Valladolid, pero Ciudadanos tiene dos diputados provinciales -en esa demarcación- y quizá esta vez no consiga nada. Y nosotros partimos de un 6-6 y creo que Vox puede conseguir uno más, depende de la ciudad. Y lo normal es que los dos de Ciudadanos caigan uno para cada uno de los mayoritarios, PP y PSOE».
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