Médicos del Clínico investigan la exposición al plomo de los habitantes de Valladolid

El enfoque de partida del trabajo de investigación cuenta con el «plus» de la abundancia de muestras analíticas que llegan al laboratorio del Hospital Clínico, unas 1.500 diarias. Se van a aprovechar muestras de esa «rutina asistencial» para hacer un «mapeo de exposición a estos tóxicos» en todo lo que es el área este de Valladolid, tanto barrios como poblaciones rurales y Medina del Campo, el ámbito territorial que tiene como hospital de referencia al Clínico. «Es un cribado preliminar de forma anonimizada que permite hacer un mapeo muy grande de la población», explica Guillermo Velasco de Cos, médico adjunto de Análisis Clínicos del hospital. Si el trabajo arroja resultados de exposición al plomo, habría un paso posterior de un análisis más minucioso que implicaría el abordaje de medidas correctoras por parte de especialistas en Salud Pública.

Hay hábitos y productos que han llevado a la exposición al plomo a través del tiempo. Es un metal que ha estado presente en la gasolina, cañerías antiguas, pinturas y esmaltado de menaje de cocina de hace muchos años o que está ligado a trabajos de fundición y reciclaje... Este tipo de cosas en las que no se repara o es muy difícil llegar porque requeriría una comprobación edificio a edificio y que en las personas que expuestas a ese metal va generando un acumulado (los metales pesados como el plomo no se eliminan, se acumulan en el cuerpo) que en concentraciones bajas puede generar algo de pérdida de capacidad intelectual, más esterilidad, problemas en el sistema nervioso, anemia... «Son cosas muy sutiles, patologías muy progresivas, lentas y sin dar una clínica muy florida. Es acumulativo. No es lo mismo que hayas tenido una exposición de un año, en concentraciones bajas, a que lleves toda una vida teniendo ingesta de estos metales», apunta el médico que participará en la investigación.

Es un proyecto para estudiar un metal pesado tóxico como es el plomo que desarrollas jóvenes investigados, en este caso un grupo de médicos adjuntos del Servicio de Análisis Clínico del hospital vallisoletano. Una iniciativa europea ha impulsado en los últimos años iniciativas para evaluar la exposición de la población a este tóxico, pero también al mercurio, cromo o acrilamida, «tóxicos que sabemos que están, pero que por sus características son analíticamente muy complejos de medir», precisa Guillermo Velasco de Cos.

El cribado tendrá en cuenta las áreas de salud, en colaboración con los responsables de Atención Primaria y Hematología. Se identificaran las muestras por centro de salud y edad, lo que permitirá juntar varios pacientes por zonas y elaborar esos mapas de exposición al plomo en Valladolid.

La beca que han logrado es de la fundación de la Sociedad de Medicina de Laboratorio, en un programa para jóvenes investigadores. Empezarán en enero con la recogida de muestras y tendrán un año para desarrollar su labor. Recibirán 6.000 euros y están buscando más financiación para ampliar el trabajo. Este tipo de iniciativas fomentan la actualización profesional y el contacto con especialistas de otros centros.