«Me enteré por sorpresa de que mi fármaco había dejado de producirse»

El pasado febrero, Javier acudió a la farmacia para adquirir su medicación habitual y se encontró con la sorpresa de que la empresa biofarmaceútica AstraZeneca había dejado de comercializarla. No le quedó más remedio que recurrir a su médica de cabecera para buscar alguna alternativa terapéutica de entre las propuestas por las autoridades sanitarias. En su caso, le recetaron Rybelsus (semaglutida), que se administra por vía oral de forma diaria.

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«Mi médica me confirmó lo que ya me habían dicho en la farmacia, que el medicamento que yo solía tomar había dejado de producirse. Para mí era muy cómodo el Bydureon ya que venía en inyecciones precargadas y su administración era subcutánea. Me lo ponía todos los lunes. Me presentó cuatro posibles opciones de medicamentos. Entre los dos estuvimos sopesando las alternativas para ver cuál era la más conveniente para mí. Barajamos continuar con una pluma de administración diaria o unas pastillas. Finalmente nos decantamos por las pastillas, que me tomo una vez al día. Tengo que estar muy pendiente, ya que las debo tomar 7 horas después de la última comida y media hora antes del desayuno, pero no es mayor inconveniente», explica Javier.

«En mi caso, al principio parecía que el cambio de medicación me había sentado un poco regular. Ahora ya mi cuerpo se ha acostumbrado, lo tolero bien y la eficacia parece que también está siendo muy buena, según los controles que me hace mi médica», añade.