Las medianas acústicas florecen en el paseo del Hospital Militar ante las críticas de los vecinos

La intervención en sí de las barreras comenzó el 2 de noviembre y ha contado con un presupuesto de 238.962 euros, financiado en el marco del proyecto europeo Urban GreenUP. Se trata de unos paneles acústicos de tres metros de altura revestidos de madera con un jardín vertical (las primeras plantas asoman ya en ellos) destinados a «absorber el sonido» de la circulación en un tramo más que transitado del paseo del Hospital Militar. Los trabajos concluyeron el pasado viernes y el resultado no acaba de convencer a la mayoría de los vecinos consultados de los tres bloques del lado de los números impares. Al otro lado se encuentran las oficinas de la Junta del antiguo Hospital Militar.

«Nos han plantado un muro y nos han dejado encajonados cuando estaba más bonito antes», apunta, visiblemente enfadada, una vecina del número 27. Su sentir lo muestran casi punto por punto la mayoría de los residentes. «Antes salías a una avenida abierta y, en mi opinión, esta barrera no aporta nada en una mediana en la que a un lado solo hay oficinas -por el Hospital Militar-», señala un trabajador de las oficinas del edificio del número 31, quien afirma que «el ruido de los coches se escucha prácticamente igual que antes».

Muchos de los residentes recuerdan la presencia de adelfas y otros matorrales y el arbolado existente en la mediana del paseo hasta su eliminación hace tres años. «Las quitaron y sinceramente creo que eran más bonitas», apunta otra residente.

La instalación de la barrera acústica y vegetal en este punto se decidió a raíz de una medición que arrojó un volumen de ruido de la circulación superior a los 75 decibelios en este punto (se considera especialmente molesto a partir de los 65). Pero la barrera se limita a ochenta metros lineales de una mediana que alcanzar los 266 entre los paseos de Zorrilla y Arco de Ladrillo. El tramo en el que se ha instalado apenas cuenta con negocios abiertos al público salvo el lateral del concesionario de Renault, con un escaparate que mira a ese lateral. Sí los hay en el tramo siguiente hacia Arco de Ladrillo.

Las obras estuvieron financiadas al 85% por el citado proyecto europeo como una «solución que reduce la contaminación acústica debida al tráfico de este área residencial», según recoge el escueto cartel sobre la intervención colocado al inicio de la mediana, que concreta que «este tipo de barreras acústicas vegetales consiguen su objetivo a través de la reflexión y absorción del sonido». Los paneles muestran una superficie vegetal de 272 metros cuadrados sobre un tramo lineal de ochenta metros por tres de altura.

Las obras, cuya finalización se retrasó un mes sobre el plazo inicial de dos, obligaron a suprimir la fila de aparcamientos del lado del Hospital Militar, ahora recuperadas desde que el paseo volvió a la normalidad el viernes de la semana pasada. La colocación de las barreras permitió respetar el arbolado existentes en ese tramo, que fue plantado hace tres años, cuando se retiraron los matorrales y el anterior arbolado y se habilitó un parterre corrido con césped.