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«Trataba con toda mis fuerzas de sacarle del agua, fue una auténtica lucha de más de media hora entre los dos y cuando conseguí llevármelo a la orilla fue una sensación de total satisfacción», asegura el vallisoletano Sergio Rodríguez, un apasionado de la pesca deportiva desde hace más de 24 años que ha logrado sacar de las profundidades del Ebro -cerca del pueblo zaragozano de Escratón- al siluro más grande detectado hasta la fecha en España empleando la técnica de lance con señuelo artificial. El imponente ejemplar medía 2,67 metros y por su envergadura calculan que pesaba más de 120 kilos.
«Me gustaría registrarlo para demostrar este récord porque sé que hay otro ejemplar de 2,72 metros, pero no fue pescado durante el día y no se hizo empleando señuelo artificial, sino con otro tipo de cebo, por lo tanto son dos cosas diferentes». Era el cuarto año que este trabajador de la fábrica DS Smith, situada en Dueñas, lo intentaba y tal y como relata fue «una sensación increíble». Aunque antes de lograr semejante captura picó el anzuelo otro siluro. «Noté que también era muy grande por la resistencia que mostró, pero consiguió escaparse», afirma Rodríguez. Eso sí, sacándole todo el carrete de la caña 'Black cat' que utiliza en este tipo de pesca.
Este primer encontronazo solo hizo que alimentar sus ganas de seguir intentándolo. «Comencé la jornada junto a mi compañero y guía pescador de la zona, Alberto Millán, llevábamos desde las ocho de la mañana preparando todo y fue sobre la una del mediodía cuando noté de nuevo un fuerte tirón en uno de los numerosos lances que hice ese día», recuerda entusiasmado el vallisoletano de 40 años.
Y ahí comenzó «una lucha descomunal» entre ambos de más de media hora en la que el siluro mostró una resistencia y una fuerza increíbles. «Tanto que nos arrastró 200 metros río abajo y era capaz de subir y bajar la barca de una forma considerable. Lo que iba a ser un día normal de pesca se convirtió en algo que no olvidaré porque sé que muchos lo han intentado en esa zona y no lo han conseguido. No es tarea fácil», explica.
«Aunque se pueden pescar todo el año, la fecha idónea para poder encontrar los mejores ejemplares es durante los meses de marzo y abril que es el momento que aprovechan para alimentarse antes de que comience la época reproductiva», asegura Rodríguez. Según este apasionado de la pesca se pueden encontrar este tipo de peces «además de en el Ebro , en el río Júcar, en el cauce del Tajo y en la zona de Aragón. Son originarios del Danubio pero se introdujeron en España en los 70 en el embalse de Mequinenza y con el paso del tiempo se han extendido por muchas zonas».
En Valladolid su presencia «aún es anecdótica, aunque se están sacando ejemplares por la zona de San Miguel del Pino de unos 80 centímetros, nada que ver con el tamaño monstruoso que pueden llegar a alcanzar estos peces que pueden llegar a vivir 60 años», asegura Rodríguez quien bromea con el revuelo que ocasionó el supuesto 'cocodrilo del Pisuerga'. «Estoy seguro de que se trataba de un siluro de tamaño considerable como el que he logrado pescar en Zaragoza»
Tras agotar al siluro lo arrastraron con una eslinga hasta la orilla, donde tendieron una lona húmeda para que el animal sufriera lo mínimo. Fue una vez en tierra firme cuando Sergio y su compañero se dieron cuenta del majestuoso tamaño del pez. «Fue algo increíble, cuando empezamos a medirle con el metro no podíamos dar crédito de su longitud. Obviamente no podíamos cargar con él, pero calculamos que pesa en torno a 120 kilos y que tendrá unos 40 años. Hicimos muchas fotos y también vídeos para que quede el recuerdo para siempre», argumenta.
Cumplió con creces su objetivo, «no quería quedarme la sensación de pescar un siluro de al menos dos metros», aunque de vuelta a Valladolid, donde pesca cada fin de semana en las aguas el Pisuerga, se conforma con lucios «también de buen tamaño», asegura este aficionado a la pesca que con 16 años cogió por primera vez la caña para seguir los pasos de sus tíos y que viaja con frecuencia hasta el embalse de Ricobayo o a la zona del río Esla para seguir alimentando su pasión.
Ha puesto el listón muy alto, pero el año que viene volverá a la zona del Ebro para lograr pescar un siluro aún más grande.
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