Carolina Amo
Valladolid
Sábado, 29 de julio 2023, 19:33
Perder de vista por unos segundos a un niño, a veces por distracciones con el teléfono móvil, o confiar en exceso en las dotes de natación en detrimento de las medidas de seguridad se vuelve un auténtico peligro dentro de los espacios acuáticos. «Diez o quince segundos de distracción son suficientes» ... para que en cualquier playa, piscina o embalse se produzca un ahogamiento.
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Alberto Retuerto, secretario de la Federación de Salvamento y Socorrismo de Castilla y León, lleva más de veinte años formando a futuros socorristas para «concienciar» de que el verdadero problema no está en los profesionales, sino en «la despreocupación, el despiste y la falta de atención a las medidas de seguridad establecidas». Retuerto recalca que la posibilidad de ahogamiento «siempre está presente», y más aún cuando no se está atento.
-¿Cuántas víctimas por ahogamiento se producen en piscinas al año?
-En piscinas no estoy muy seguro, pero sí es cierto que es un porcentaje un poco más bajo que el de otros espacios acuáticos naturales. Al cabo del año, unas 400 personas, aproximadamente, pueden llegar a fallecer en estos lugares. De esa cifra, algo más de un centenar es en piscinas.
-¿Cuáles son los grupos más vulnerables?
-Los más afectados son las personas mayores de 45 años. En lo que va de 2023, según el INA (Informe Nacional de Ahogamientos) ya se registran más de 100 muertes por ahogamiento en estas franjas de edad. Principalmente se producen por imprudencia, son personas que piensan que a ellos no les va a pasar y eso es un peligro muy grande, esa despreocupación aumenta el riesgo.
-¿Qué cree que está fallando para que se produzca esta tendencia al alza de las muertes por ahogamiento en España?
-Creo que está fallando la concienciación sobre el peligro que conlleva estar en un medio que no es natural para nosotros. Tenemos que aprender a nadar y a manejar ese medio. Además, gran parte del problema viene a raíz de que no se siguen gran parte de las normas de seguridad de las piscinas. Son básicas. Si no sé nadar, no me meto donde no sé. Si hay mucha gente bañándose, no me tiro a bomba. Si hay un espacio donde mi hijo no sabe nadar, no le dejo solo. Tenemos que cubrir y vigilar en todo momento. Otro de los grandes peligros es el móvil. Si te llega una notificación o te llaman por teléfono, en esos diez o quince segundos puedo no ver dónde está mi hijo. La posibilidad de que se haya ahogado en ese tiempo puede suceder.
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-¿Qué medidas se deben adoptar para rebajar estas cifras negras que se están registrando?
-Sobre todo el tema de concienciación, el tema de educación y prevención en el medio acuático es muy importante. Dentro de la Federación, intentamos llevar a todos los colegios programas y actividades para inculcar la prevención. En Valladolid, dentro de la promoción deportiva nosotros aprovechamos para introducir la campaña de prevención en el medio acuático. En ella, les explicamos las normas, algo de primeros auxilios, para que tengan una conciencia del peligro que conlleva el no respetar las normas dentro de la piscina.
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-¿Qué perfil de socorrista busca la federación?
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-Tiene que ser una persona responsable, que sea coherente con sus principios. Que sepa la responsabilidad que conlleva su trabajo. Tenemos algo claro, todas las personas que entren en la piscina tienen que salir por lo menos en las mismas condiciones que han entrado. Tenemos que hacer cumplir unas normas que son básicas, son cuatro o cinco cosas muy sencillas. La gente tiene que tener claro que somos puntos de ayuda, nos pueden preguntar lo que sea.
-¿Qué dimensiones tiene que tener una piscina para contar con un socorrista?
Las piscinas se dividen por láminas de agua, que básicamente es como contar en metros cuadrados. Si ponemos el caso de una piscina olímpica de 50 por 25, solo sería necesario tenerla vigilada por un socorrista. Para hacernos una idea, una piscina de 1.500 láminas de agua sin ningún obstáculo de por medio podría ser vigilada por un socorrista. Sin embargo, imaginemos que esa piscina tiene una palmera en el centro, al tapar parte de la visión harían falta dos socorristas.
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-¿Cuántos socorristas salen formados de la federación?
-En Valladolid hacemos unos doce cursos, de entre quince y veinte alumnos cada uno. Aproximadamente, más de 200 o 300 personas pueden salir formadas cada año desde la Federación.
-¿Cuánto suele cobrar de media un socorrista?
-El precio depende mucho de las necesidades del socorrista. De normal suelen cobrar en torno a 1.200 euros, sin tener en cuenta las pagas extras que en algunos casos reciben. En ocasiones, el precio depende más de las instalaciones como tal. Unas ofrecen más dinero de acuerdo a sus necesidades y otras proporcionan al socorrista vivienda y comida si el sitio les queda lejos de su casa.
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-¿Considera que la preparación que reciben es suficiente o sería necesario ampliarla?
-Creo que es suficiente, sobre todo la que nosotros damos. Tienen que superar unas pruebas físicas y de habilidad, además de las pruebas teóricas correspondientes. Creo que salen bastante preparados de cara a ser socorristas. Hay que concienciar de la responsabilidad que tienen. Queremos quitar la imagen que se tiene del socorrista sentado debajo de una sombrilla tomando el sol. Somos más que eso, tenemos muchas más connotaciones. Al final, trabajamos con personas, no con máquinas. Una máquina se puede reiniciar, pero una persona no.
-Todos los veranos surge el debate sobre la falta de socorristas en zonas de baño autorizadas. ¿Cómo se gestiona desde la federación este problema?
-Nosotros informamos a los socorristas de que hay puestos de trabajo a través de la página web y correo electrónico, es la forma más fácil, lo solemos hacer a raíz de las zonas donde haga falta. En Castilla y León, hay 35 espacios acuáticos habilitados con socorristas. En el caso de Valladolid, el único espacio abierto que cuenta con socorristas es la Playa de las Moreras.
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-Dado que es un trabajo temporal y con mucha rotación, ¿detectan que hay escasez de trabajadores?
-Llevamos una inercia desde la pandemia de que está habiendo escasez de socorristas porque hay más demanda de estos. Hay piscinas que ahora se están volviendo a abrir y centros deportivos que tienen piscina que están solicitando socorristas.
-¿Se ha hecho algún tipo de reivindicación desde la federación a raíz de los ahogamientos?
-Sí, dentro de Castilla y León nosotros estamos asociados a la Federación Española, que a su vez está adjunta a la INA (Instituto Nacional de Ahogamientos). La campaña de Stop Ahogados conciencia durante todo el año de los peligros que hay en las piscinas, playas y espacios acuáticos como embalses y ríos.
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-¿En qué tipos de espacios se producen más casos?
-Normalmente, el mayor número de casos de ahogamientos se produce en espacios no vigilados, es decir, en piscinas privadas. Son lugares en los que, en principio, pensamos que no va a pasar nada y son los que más peligro tienen. En un descuido, mi hijo se puede meter en la piscina, y si yo no lo veo en dos o tres minutos puede estar ahogado.
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-¿Qué otro tipo de factores, aparte de los despistes, influyen en que se produzcan ahogamientos?
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-Claro, hay que respetar los tiempos. Por ejemplo, si acabo de comer o he estado pasando horas de mucho calor no me debo meter al agua de golpe. También está bien respetar las famosas dos horas de digestión que todo el mundo nos ha enseñado. Dependen muchos factores por lo general, el tipo de comida que yo haga, la sensibilidad de cada uno... Para que todo esto se evite, es muy importante ducharse antes y después de salir del agua para que el cambio de temperatura no sea tan brusco. Ahora mismo nosotros podemos estar a 30 grados, nuestro cuerpo a 37 y el agua a 20 grados. Al final, es un mecanismo que tiene el cuerpo para defenderse y que no suceda nada.
-¿Qué protocolo se sigue en caso de ahogamiento?
-En primer lugar, el socorrista es quien se tiene que hacer cargo. Sacará a esa persona del agua y avisará al 112. Una vez que se ha dado el aviso a urgencias, se tiene que comprobar si la persona tiene constantes vitales, si respira o no respira. Si la persona no respira, se pasa a realizar la reanimación cardiopulmonar (RCP) y se le pondrá en posición lateral de seguridad hasta que llegue el 112. Cuando el servicio de urgencias esté en la zona, el socorrista servirá de apoyo para que cuente lo sucedido y ayude en lo que sea necesario.
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