Las defensas se aferran a la cardiopatía de María para intentar una rebaja de condenas
juicio con jurado ·
Los letrados inciden en que los asaltantes «no se llevaron nada» ni pudieron plantearse «el resultado fatal» de la muerte de la propietaria del piso
M. J. Pascual
Valladolid
Viernes, 12 de noviembre 2021, 13:35
«Tenemos claro que si María hubiera tenido un corazón sano no habría fallecido y no estaríamos celebrando un juicio con jurado por asesinato, se habría seguido por robo, porque cuando hay un asalto violento a nadie se le juzga después por intento de ... homicidio. María falleció por el problema del corazón y no hay más prueba que la forense», ha concluido este viernes el letrado de la tercera defensa durante su exposición de conclusiones finales, en una tesis coincidente con el del resto de las defensas, que rechazan que pueda condenarse a los seis acusados por el asesinato de María Aguña. «Su corazón pesaba 826 gramos y el de una mujer sana de su edad pesa unos 200», argumentan.
Todas inciden en que la «alevosía» solo puede aplicarse a los delitos contra las personas y no en las infracciones contra el patrimonio «y esto, como mucho, fue un intento de robo que salió mal con un resultado que no pudieron imaginar, porque nadie sabía que la víctima estaba enferma. Ellos huyeron al oir los timbrazos y pensaban que alguien iba a subir y sorprenderles, pero también que quien llamó socorrería a la señora», resumió la letrada María José Sánchez, en su alegato para pedir la libre absolución de su representado por el turno de oficio, Anton Atanasov Iliev. Este acusado, uno de los tres que entró en el piso de la Circular, fue el único que reconoció su implicación «en caliente» ante la Policía cuando fue detenido y que, en su derecho a la última palabra antes de concluir el juicio, ha dicho al jurado que «le empujaron» a ejecutar el robo. La abogada pide para él, si es considerado culpable, que se aplique la atenuante de confesión.
Emil contra Rubén
El abogado Jaime del Pozo, que representa al transportista que reclutó e hizo de chófer para los tres sicarios al piso de la Circular para robar la caja fuerte de María Aguña, ha subrayado que el papel de su defendido, Emil Artinov Minayan, fue, como mucho, de cómplice, y su participación no fue decisiva para cometer el delito, «porque Rubén, quien tenía la información, planificó y dio las instrucciones podría haberlo cometido sin necesidad del resto», ha señalado a propósito del 'dentista' Rubén Alonso Rocher, considerado 'cerebro' del plan para asaltar el piso de la septuagenaria que resultó muerta y fue encontrada el 18 de octubre de 2018, tirada en el pasillo de su propia casa. Había sido amordazada, maniatada y golpeada el día anterior por los tres sicarios búlgaros que huyeron sin prestarle auxilio, según sostienen la fiscal del caso y las dos acusaciones particulares.
«Sé que soy culpable y espero la condena», últimas palabras de Kamenov
El magistrado presidente dio la última palabra a los acusados antes de concluir la vista y todos ellos menos Rubén Alonso pidieron disculpas a la familia de María Aguña. Además, uno de los dos que ya reconocieron en sus declaraciones días atrás haber asaltado la vivienda de la Circular, Gabriel Kamenov, ha manifestado que hasta que no le detuvieron en la República Checa «no sabía que la señora María había fallecido». Y ha añadido: «Sé que las palabras no pesan tanto, pero no puedo decir nada más. Sé que soy culpable, por lo que he hecho y voy a esperar la condena». Emil Artinov, casi llorando, le dijo al jurado que no tenía nada que ver, que lleva 18 años en España y que «Rubén lo sabe todo».
Las defensas reiteraron no hubo asesinato porque no hubo intención de matar, sino que fue un homicidio no intencionado y un robo intentado y solo por estos delitos se les podría condenar a sus patrocinados. Tampoco consideran que se trate de un grupo criminal, sino de «co-delincuencia» para cometer un solo delito en un momento determinado. Descartan, asimismo, que se les pueda condenar por detención ilegal porque la retención de María, aseguran, fue para que no les impidiera cometer el robo. La letrada Laura Esgueva, que defiende también el turno de oficio a Gabriel Emilov Kamenov, quien ha reconocido en el juicio y también a la hora de su última palabra la autoría (como intento de robo y homicidio no intencionado), ha incidido en que no solo no robaron la caja fuerte, sino tampoco los dos anillos que, supuestamente, mostró Kamenov a Anton cuando se dirigían en el coche de Emil al polígono de San Cristóbal, cuando estos se enzarzaron en una fuerte discusión con Rubén Alonso y Arso Atanasov porque creyeron que les habían tendido una trampa y estos, que aquéllos habían conseguido la caja fuerte y querían engañarlos, según han reconocido los dos primeros en sus declaraciones.
El corazón de la víctima pesaba 826 gramos, cuando el de una mujer sana de su edad pesa unos 250, argumentan
Mientras, el letrado de Arso Atanasov, Carlos Muñiz, ha intentado desmontar la acusación de que fue el intermediario entre Rubén y Emil para que contratar a sus compatriotas para el asalto y sostuvo que era un simple contratado por el protésico dental para hacer chapuzas en su clínica y que lo único que les vinculaba en este caso eran dos tarjetas de teléfono. Francisco J. Mateos Coca, el letrado de Gabriel Mladenov Krasimirov, que mantiene, no solo que su cliente no fue el tercer asaltante sino que ni siquiera estuvo en Valladolid el día de autos –aunque sus huellas dactilares en la caja de cartón que se encontró en el aseo del piso le sitúan en la escena del crimen– no dudó en tirar de xenofobia. «Mi representado está aquí porque es búlgaro y cuñado de Kamenov, si no, no estaría». Y ha apelado a la «compasión» del jurado. «Es un hombre joven para el que se piden 25 años, pido no tirar su vida por un precipicio solo por conjeturas, es un hombre con arraigo en España y sin antecedentes», ha concluido.
El jurado se retirará el próximo martes a deliberar.
Los antecedentes «no computables» del «español»
José Rodríguez-Monsalve, que representa al «español» identificado por Anton como el supuesto inductor del crimen de la Circular, Rubén Alonso, ha tratado de limpiar la imagen de su cliente, que tiene antecedentes penales «no computables» con estos hechos, y ha mencionado una multa por una denuncia falsa relacionada con la financiación que conseguía para los tratamientos en su clínica. Lo que ha obviado es que fue condenado por el Juzgado de lo Penal 1 en diciembre de 2020 a casi once años de cárcel por liderar una banda dedicada al robo de coches a punta de pistola a las puertas de supermercados (dos atracos en 2015) para luego revenderlos una vez modificados números de bastidores y matrículas.
Límite de sesiones alcanzadas
El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a las vez.
Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Sesión cerrada
Al iniciar sesión desde un dispositivo distinto, por seguridad, se cerró la última sesión en este.
Para continuar disfrutando de su suscripción digital, inicie sesión en este dispositivo.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.