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La ruta de la trata de mujeres con 'destino' Valladolid comienza, fundamentalmente, en Rumanía y Sudamérica. Allí las captan, las prometen una nueva vida. Pasaporte, contrato laboral, un techo bajo el que alojarse. En ocasiones incluso les dicen cómo van a ganarse la ... vida: ejerciendo la prostitución. Pero no de la forma en la que lo harán. Ahí está la trampa. Cuando se dan cuenta, están sumidas en una espiral perversa de explotación sexual y –en ocasiones– drogas. A merced de los proxenetas, sometidas las 24 horas hasta que salden las deudas contraídas por haberlas 'salvado'. Algo que nunca llega.
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E. Esteban
Este sofisticado método prolifera tanto en Valladolid como en el resto de la comunidad como uno de los 'modus operandi' en auge en la trata de personas con fines sexuales. Estos procedimientos están orquestados por mafias tanto nacionales como internacionales que están perfectamente organizadas, y tan solo un mínimo porcentaje de mujeres lo ejerce por voluntad propia, según confirma la Policía Nacional.
La Unidad Contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF) de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de la Comisaría ubicada en Las Delicias detecta que, en la actualidad, en la ciudad están presentes varias «ramificaciones» de estas redes criminales. «Son partes de organizaciones que operan en otros sitios, tanto en España como fuera del país», asegura el jefe de la Brigada Provincial, el comisario José Nieto, quien precisa que llegan a la ciudad por carretera. «Hasta Madrid las traen en avión, pero luego a Castilla y León llegan en coche, por carretera».
802 víctimas de la explotación sexual se acogieron en 2020 al programa de Aclad.
358 mujeres atendió Aclad en Valladolid, 137 en Palencia y 307, en León.
Por lo general, estos colectivos son amplios y tienen una estructura jerarquizada y definida. El cabecilla nunca se mancha las manos ni deja pistas sobre su paradero. Su círculo más cercano es un reducido grupo de absoluta confianza. Su mano derecha es quien busca a las víctimas, las 'seduce' y las 'vende' una vida mejor. Suele ser un conocido de la familia, alguien que les genere confianza y les transmita la sensación de que «como es conocido, no nos va a intentar engañar», como considera el comisario. También está el denominado 'sponsor', que es quien sufraga todos los gastos derivados de la captación. Por último, cabe destacar la figura de los 'transportistas'. De ellos depende que la operación culmine con éxito. Que las mujeres lleguen al club de alterne, piso o pub en cuestión y nada se tuerza. Las acompaña durante el viaje y se encarga de que tomen los vuelos correspondientes.
Otra tendencia que ha percibido la UCRIF es que la pandemia y la necesidad de sortear la presencia policial está trasladando este oscuro negocio, que se mueve con dinero negro y cuya regla de oro es la discreción, a viviendas privadas. Cada vez son más los burdeles que apagan sus luces, pero la explotación sexual continúa. Ya se venía detectando hace un año, pero las restricciones por la covid han acelerado –y acrecentado– el proceso. Mientras los clubes de alterne van en declive, la prostitución en pisos está en pleno auge. «Antes de la pandemia ya estaban buscando la desaparición de los macroclubes y toda la crisis sanitaria lo ha acentuado».
Ahí, en la intimidad de los pisos, es todo más difícil de controlar. Se las invisibiliza –más si cabe–. Al ser un espacio privado, los agentes solo pueden acceder con una orden judicial. Lo máximo que pueden hacer es acudir hasta el lugar en cuestión, inspeccionarlo –desde la puerta, sin entrar– y preguntar a las mujeres si están siendo víctimas de la trata de personas. La respuesta es casi siempre la misma: no. Lo niegan por miedo. Estas redes se decantan por las denominadas 'casas de citas' precisamente por esa mayor facilidad para sortear las 'visitas' policiales –como las que realizan de forma periódica en los prostíbulos–, además de porque les sale «más rentable».
Son viviendas privadas que las mafias alquilan para que las víctimas desarrollen allí la actividad y no en los clubes. Lugares donde malviven, que rebosan porquería y en los que tienen que estar disponibles las 24 horas. Tampoco tienen llaves de la casa, por lo que dependen de la 'madame' que regenta cada piso, que las controla día y noche. Las organizaciones lo tienen todo pensado. Optan por los barrios de rentas más baja porque allí los alquileres son más baratos. «Cuanto más barata sea la renta, más ganan los proxenetas», sentencia Nieto.
En la capital vallisoletana no existe un punto 'caliente' de la trata de personas con fines sexuales. Las 'casas de citas' están «muy diseminadas» por todo el callejero, si bien atendiendo al criterio del Cuerpo Nacional de Policía de esa predilección por las zonas de menor renta, en el caso de la ciudad se localizarían principalmente en Rondilla, Barrio España, Pajarillos y Delicias, pues son los lugares donde los ingresos medios son más reducidos, según los datos aportados por la Agencia Tributaria a partir de las declaraciones del IRPF. Reconoce el comisario Nieto que resulta «complicadísimo» cifrar los pisos existentes en Valladolid en los que se ejerce la prostitución. Porque son «muy volátiles y cambiantes». «Las mafias las tratan como mercancía. No ven personas, ven objetos. Como si fuera un escaparate, lo cambian para que los clientes no se cansen», lamenta.
Las chicas captadas y llevadas hasta Valladolid proceden, por lo general, de Sudamérica y Rumanía, aunque la Policía Nacional no descarta localizar espacios donde estén sometidas chinas, ya que la demanda de asiáticas en el mundo de la prostitución está en pleno crecimiento. Todas ellas responden, además, a un mismo patrón: jóvenes, con enormes cargas familiares, un nivel de estudios básico y que han sido víctimas de violencia intrafamiliar.
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Apagados los reclamos en forma de luces de neón y con las noches vacías por los toques de queda, las ofertas de sexo a cambio de dinero encuentran su mejor aliado a golpe de 'clic'. Internet es, en tiempos de pandemia, el mejor escaparate para quienes ofrecen servicios eróticos. En estas web se suceden miles de contactos, acompañados de mensajes llamativos e imágenes en las que las mujeres posan semidesnudas para captar la atención del cliente. Portales como Pasión.com mostraban hace unos días 2.771 anuncios relacionados con Valladolid. En otras como Valladolidcitas.com, «página 100% de Valladolid», como reza su carta de presentación, 47. Asimismo, algunos de estos espacios publican las 'reseñas' de clientes sobre las prostitutas, donde evalúan la experiencia, el físico o el trato recibido.
Spalumi es la comunidad más conocida en este sentido. Es un foro que clasifica por comunidades autónomas y el servicio que se ofrece –'reforzado' con estrellas, hasta cinco, que pretenden dar muestra de la calidad de lo vivido–. Mensajes de este tipo pueden encontrarse en este portal: «La casa es muy limpia, discreta y con varios pibones sudamericanas y una polaca. En general buen nivel, puntuación 7. En su publicidad dicen de todo, como quieras y por donde quieras, pero a la hora de la verdad nada de nada. Podéis pasar un ratito agradable, pero si buscáis sensaciones fuertes no es el lugar adecuado».
Ante ello, ¿qué pueden hacer las autoridades? «Nada». Trabajan mano a mano con asociaciones como Aclad para intentar sacar a las víctimas de esta depravada rueda. Ganarse su confianza y ofrecerles una alternativa y apoyo laboral, sanitario y psicológico. El año pasado, esta agrupación atendió a 802 mujeres víctimas de la explotación sexual, de las que 358 ejercían en Valladolid, 137 en Palencia y el resto, en León. «Lo más difícil es ganarse su confianza, tienen mucho miedo porque no saben qué podemos hacer con esa información que nos dan», sostiene Rebeca Collantes, psicóloga sanitaria de Aclad, quien también añade que ese cambio a los pisos complica su labor. «La forma de acceder a ellas es visitando los clubes y mantener una primera entrevista con ellas, pero en los pisos se las invisibiliza», apostilla. Cada vez son más los prostíbulos que cierran sus puertas, pero la explotación sexual continúa.
En su despacho se mezclan los recortes de los periódicos que recogen la desarticulación de mafias con carteles enmarcados de las campañas que el Cuerpo Nacional de Policía ha puesto en marcha para luchar contra la trata de personas con fines sexuales. El comisario José Nieto es uno de los principales responsables policiales en la lucha contra la explotación sexual a nivel nacional, pues fue uno de los grandes 'culpables' de la detención de Ioan Clamparu, alias 'Cabeza de Cerdo', considerado uno de los mayores proxenetas de Europa. Hace poco más de tres meses llegó a Valladolid como jefe de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras para liderar la batalla contra el tráfico ilegal de mujeres. «Luchamos cada día para salvar a las mujeres y poner a cada uno en su lugar», admite el comisario, quien insiste una y otra vez en la importancia de «concienciar» a la ciudadanía de que «no es ocio, sino que detrás hay un negocio y cualquier persona puede ser víctima y captada en cualquier momento, no es solo cosa de extranjeras». «Hay que seguir explicando que las chicas están ahí de reclamo, obligadas a estar sonriendo; la gente no ve lo que hay detrás de las cortinas ni que están ahí por obligación», continúa Nieto. Los proxenetas son su mayor enemigo. Les considera «buitres, constantemente pendientes de las necesidades que tienen, de decirlas lo que quieren escuchar».
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