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«Mi madre me animaba a estudiar sin cerrar la puerta a que trabajara porque no llegábamos»«Es una oportunidad para avanzar que voy a aprovechar». «Dejar la carrera en el último año para trabajar a tiempo completo porque mi madre lo necesitaba, hubiera sido muy duro». «Gracias a esta beca todavía puedo soñar con ser enfermera« esto representa para Sara ... Thajjit, Paola Ronquillo y Doménica las becas que la fundación Red Íncola reparte entre aquellas familias vulnerables en un intento por luchar por su futuro y paliar el abandono escolar.
«Mi madre es soltera y somos familia numerosa. Yo mientras estudiaba tenía un trabajo a media jornada». Así explica Paola Ronquillo su etapa universitaria cargada de complicaciones. Hoy hace tres meses que pudo acabar la carrera de Trabajo Social y no tiene dudas de que fue gracias a Red Íncola y su labor para que los estudiantes cumplan sus sueños de futuro.
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Cuando Paola llegó a España desde El Salvador se propuso «el reto» de estudiar una carrera universitaria. Tenía claro que su vocación era Trabajo Social y poder ayudar a los más desfavorecidos. Ser esa fuente de luz que ella también necesitó cuando aterrizó en Valladolid.
«La beca supuso un punto de luz en el largo y oscuro túnel después de cuatro años». La institución, explica Paola, fue algo superimportante en su vida. Ella combinaba los estudios con otro trabajo a media jornada, pero fue en tercero de carrera donde esta situación se volvió insostenible, «en tercero Red Íncola me becó, si no no podría haber seguido estudiando».
Paola forma parte de una familia numerosa monomarental y confiesa que durante la etapa universitaria vivió momentos muy difíciles «era muy duro ver cómo mi madre me animaba a seguir estudiando, pero a la vez dejaba la puerta abierta a que trabajara porque no llegábamos en casa». Ella entiende que a veces las circunstancias de la vida «te obliga a abandonar los sueños», pero asegura que no se imagina lo duro que habría sido tener que dejar la carrera después a punto de terminar después de tanto esfuerzo. Una etapa universitaria que se vio obligada a costearse por su cuenta, ya que su situación en el país -no tenía permiso de residencia, sino de estancia- la impedía acceder a otros tipos de ayuda como la Beca Mec.
Una situación que terminó con un final feliz y que completa como trabajadora en el albergue municipal. Desempeñando las labores para las que se ha formado y ayudando a los demás, que es lo que ella siempre había querido.
Sara es una joven de 17 años de origen marroquí y que gracias a Red Íncola, la semana pasada inició sus estudios en bachillerato. Una oportunidad que le permite continuar con su educación. Un dinero que alivia a su familia y por el que ella se muestra muy agradecida «si no fuera por estos 600 euros no podría seguir formándome, tendría que haber empezado a trabajar».
Es su primera beca, y se muestra muy agradecida a la fundación a la cual llegó gracias a las diferentes actividades que esta realiza. «Estudiar sin otras distracciones es lo más importante» explica Sara, que además este año se ha quedado fuera de la ayuda en los libros de texto y lo ha tenido que sufragar desde su bolsillo. Un dinero al que no podría haber hecho frente sin esta ayuda.
Otra de las jóvenes a las que Red Íncola ha becado con la intención de dotarle de un futuro más prometedor es Doménica, una joven que estudia tercero de la ESO en un instituto de Laguna de Duero. «Se trata de una oportunidad de seguir adelante», confiesa que sin beca su sueño de ser enfermera o médico habría acabado porque su madre no puede hacer frente a todos los estudios de sus hijos -ella, su hermano con el que comparte curso y un hermano menor que está en quinto de primaria-. «Si no fuera por la ayuda yo ya estaría trabajando, es una opción que estuve mirando y estaba decidida porque tenía que ayudar a mi madre». Doménica también destaca la importancia de este dinero extra a la hora de poder participar en las actividades fuera del aula al igual que el resto de compañeros «en un año que llevo estudiando aquí no me he podido permitir acudir a ninguna excursión, así que también es algo muy bueno».
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