Vía libre a la obra de El Penicilino tras documentar restos de un puente del siglo XVI sobre el Esgueva

Los vestigios pertenecen a dos bóvedas inferiores realizadas con sillería, que se preservarán antes de comenzar la cimentación interior de este inmueble con fachada protegida. La estructura de los pilotes respetará así este ámbito arqueológico por completo como se recoge en la normativa urbanística.

Es un tramo de unos diez metros en buen estado de conservación, que no será visitable para el público, aunque sí accesible para futuros estudios o iniciativas de recuperación de la memoria histórica de la ciudad, según explicó el arqueólogo.

Este puente de estilo renacentista se construyó sobre 1540 y fue el más grande sobre el Esgueva dentro del casco urbano. Sobre esta construcción, que actuaba como calle y que tenía unos 70 metros de longitud, entre la actual plaza de Portugalete y la Bajada de la Libertad, se levantaba el edificio de las Carnicerías, el principal mercado de la ciudad en el que se despachaban también frutas, verduras y otros alimentos. El inmueble sufrió un gran incendio en 1587 y fue sustituido por otra plaza de abastos que se edificó en la misma finca. Antes discurría por este entorno otro paso: el del Corral del Abad, construido en madera allá por el siglo XIII, según recuerda Jesús Misiego.

El que era un hallazgo más que previsible ya ha sido revisado por los técnicos de Patrimonio del Ejecutivo regional, que han dado el visto bueno a la obra, con las correspondientes indicaciones para proteger estos restos y que no se vean afectados por un tajo que a partir de ahora cogerá velocidad. Tiene un plazo de ejecución de entre 18 y veinte meses, según las previsiones de la constructora. La empresa comunicará ahora al Ayuntamiento la autorización de Patrimonio para que el Consistorio apruebe de forma definitiva el proyecto de ejecución de esta rehabilitación.

Los trabajos en este enclave comenzaron el pasado mes de septiembre con el vallado del edificio, muy conocido por albergar el bar El Penicilino. Hasta el momento se han realizado las demoliciones interiores, así como los apeos de las fachadas catalogadas para que no les afecten los trabajos de recomposición de esta manzana.

El futuro bloque residencial, que no contará con sótanos para garaje, albergará de 18 pisos de dos y tres dormitorios, con superficies que oscilan entre los 80 y los 120 metros cuadrados. El precio medio de estas viviendas ronda los 400.000 euros. Además, la obra permitirá habilitar seis locales comerciales en la planta de calle. Fuentes de la promotora indicaron que el 50% de las casas ya están vendidas.