Valladolid

Una larga cola en el centro para comerse una hamburguesa por la cara

Al inicio de la cola estaban Rober y Roldén, que desde las cuatro de la tarde (la entrega comenzaba a las siete) se apostaron a la puerta del local para lograr hacerse con una Kevin Bacon, una de las recetas con más tirón de esta marca. «Lo vimos por Instagram como hace diez días y nos animamos a venir, nunca hemos comido aquí, pero nos han dicho que están muy bien, esperemos que haya merecido la pena», confiaban. Desde esa hora, esta arteria del casco histórico comenzó a registrar más tráfico de personas que el habitual. Todas con una misión: hacerse con una de esas bolsas rojas con el tiqué dentro que garantizaba el chorreante bocadillo -así lo venden en Goiko- con su carne picada, bacon, cebolla crunchy y queso americano. «Es imposible no babear», según promociona la propia compañía.

Con esas expectativas y el gratis total, ¿cómo no aguantar estoico tres horas a pie de acera? Allí estaban también Ainhoa y sus amigas, que ya se han sentado en otras ocasiones en este restaurante y que subrayan que «se nota la diferencia a mejor» respecto a los bocadillos de ofrecen las franquicias más conocidas en esto de la ternera picada entre pan y pan.

Este grupo, todos con su bolsa en ristre, tenía asegurado ya el premio, pero tras esos primeros cien afortunados guardaban la fila disciplinados otros tantos aspirantes a los que la oferta no les había llegado. Allí las cosas estaban más tensas. Era una cuestión de fe ciega, como reconocía Sandra, una risueña universitaria pacense. «Nosotras hemos venido a ver si son caritativos y sacan más de cien; vivimos en un piso de estudiantes y ya nos vale de cena», comentaba simpática entre las carcacajadas de las amigas.

Se acercaban las siete y Duque de la Victoria bullía. Ya no solo en la larga cola. Varios grupos de chavales se acercaban también al 'por si acaso'. A la hora acordada, los empleados de Goiko salían con una bandejas y comenzaban el reparto a los de la bolsa con tiqué y servilleta incluida para los berretes.

¿Y qué va a pasar con el resto?, preguntaba El Norte a Ana Potti e Iván Luongo, responsables de la cadena. «La verdad es que estamos muy sorprendidos y encantados por la acogida y para los que no hayan conseguido la oferta habrá un detalle», avanzaba ella. Dicho y hecho. Cuando se completó la entrega de las hamburguesas, se inició el reparto de unos cartoncitos con una oferta de entrante o postre gratis hasta el próximo 5 de diciembre. Oye, menos da una piedra.

Treinta minutos después, Duque de Victoria quedaba despejada, mientras los grupos de afortunados se desplegaban por diferentes zonas para degustar su merienda-cena. Era el caso, de Rodri, Celia, Alba y Gabriela, que, a los pies del Conde Ansúrez, en plena Plaza Mayor, daban buena cuenta de sus Kevin Bacon. «Pues muy rica la verdad», coincidían al unísono.