Plaga de procesionaria en Valladolid

Ladrones de piñas pillados 'in fraganti' por la urticaria

La 'thaumetopoea pityocampa' , popularmente conocida como procesionaria del pino, que este año llega más agresiva por la sequía y el calor, ha hecho estragos a escondidas, sin ser vista en la piel y ojos de estos aventureros inexpertos y nada protegidos y les han lanzado sus defensas, toda una batería de arpones venenosis minúsculos pero potentes, cargados de veneno.

Los servicios médicos, explican desde el de Alergología de Valladolid, tampoco profundizan más, pero no se les oculta que los 'pobres' han estado rapiñando piñas por su sabroso, y de alto valor económico, fruto. Sacan unos kilos de piñones y suman una renta variable normalmente a sus escasos medios de vida. Y las prisas y el desconocimiento hacen que no tengan precauciones. Algunos solo recogen las piñas ya vacías para la calefacción; pero este pequeño rateo queda al descubierto, desnudo ante las pruebas irrefutables y muy picantes. Todo ello es un negocio muy medido, regulado, incluso la piña cerrada lo está. Y estos buscadores de piñas, con alevosía y premeditación y sin licencia, se ven pescados de la última forma que esperaban.