Valladolid

Labradores y Nicolás Salmerón ganarán 19 plazas de aparcamiento

Los cambios en la movilidad planteados tras la apertura del túnel de Panaderos han convertido en inservible el tercer carril que hay en Nicolás Salmerón para facilitar el giro hacia Las Delicias en Labradores. Estas modificaciones han hecho a su vez que el carril de la calle Labradores hacia la avenida de Segovia deje de tener sentido, por lo que el Consistorio convertirá en aparcamientos esos dos carriles que pierden utilidad con la nueva ordenación del tráfico en la zona.

19 son las plazas de aparcamiento en zona azul que se ganarán con la intervención planteada, una noticia que a buen seguro será bien acogida por los conductores que suelen parar por esta zona, en la que encontrar un lugar en el que estacionar el vehículo es una labor complicada.

La obra que permitirá ganar estas plazas de aparcamiento es una de las actuaciones de la integración ferroviaria que quedan por completar en Valladolid, y llevará, además, a mejorar el túnel para vehículos que une la calle Labradores con la avenida de Segovia. El nuevo túnel para peatones y ciclistas entre Las Delicias y Panaderos se inauguró el 11 de agosto y falta por cerrar la otra parte de la obra, la del paso de vehículos y la adecuación de todo el espacio remodelado para dar un sentido de unidad a toda la actuación.

El proyecto inicial contemplaba que, como sucedió en la construcción del nuevo túnel peatonal, se iba a hincar un cajón bajo las vías para cambiar por completo el vetusto paso subterráneo de vehículos. No obstante, finalmente se optó por desechar esa idea, se modificó el proyecto y se pensó que la mejor opción posible era conservar el túnel existente, rebajar el firme para ganar altura y realizar un raspado de la estructura para mejorar su acabado interior.

El viejo paso es muy sólido, cuenta con unos muros de más de un metro de anchura, y las pruebas realizadas indican que el suelo se encuentra muy compactado. La actuación prevista pretende hacer un hueco de entre uno y dos metros por debajo del forjado y, sobre eso, hormigonar para incrementar la altura máxima de los vehículos que pueden pasar bajo las vías en este punto. Hasta ahora, el gálibo de los vehículos que se adentraban en el túnel no podía superar los 3,25 metros, una cifra muy baja y que ha llevado a esta infraestructura ha protagonizar infinidad de incidencias con camiones atrapados en el interior. Las obras permitirán que el túnel gane más de un metro de alto y puedan pasar por él camiones con un gálibo de hasta 4,5 metros, la misma cifra que en los pasos más modernos de la ciudad, como son el túnel de Andrómeda o el de Panaderos.

¿Cuándo comenzará la obra?Esa pregunta no tiene una respuesta sencilla, ya que en el momento en el que se modificó el proyecto inicial se planteó la paralización del plazo de la obra y esa suspensión tiene, a su vez, un plazo que concluye en enero. No obstante, Adif aún no ha dado de paso el modificado de la obra inicial y, aunque primero se anunció que la actuación podía comenzar después de ferias y más tarde se dijo que sería antes de Navidad, a día de hoy la fecha de inicio de la actuación está en el aire, a la espera de la resolución de Adif y de su aprobación definitiva por la Sociedad Valladolid Alta Velocidad.

Aparte de la obra que se hará en el túnel de tráfico rodado, se va actuar en todo el entorno para dotar a la zona de armonía. Entre otras cosas, el muro que delimita la calzada en la rampa de acceso bajo las vías se va a rebajar con el objetivo de que desde el nuevo parque de la zona de Las Delicias se pueda ver el espacio peatonal en el que están, entre otros, los bares Tunnel o Velero. Además, la rampa que quedará entre la calzada y la nueva plaza se ajardinará, dotando de más espacios verdes al entorno de la vía.

La obra proyectada tenía un coste 14,2 millones de euros, pero las modificaciones que se han llevado a cabo han incrementado el precio final un 19,61% hasta los 17.07 millones de euros. La inversión es importante, pero el equipo de gobierno actual trabaja en dirección opuesta a la integración ferroviaria, ya que su objetivo es el soterramiento de la vía. No obstante, el concejal de Urbanismo, Ignacio Zarandona, asegura que esta circunstancia no dilapida dinero público. «Óscar Puente dijo en la inauguración del túnel de Pajares que 'el precio ha sido alto, pero el valor es incalculable' sobre una obra que ha costado 4.000 millones y veinte años de trabajo'. Algo parecido se puede aplicar al soterramiento. Inviable técnicamente no hay nada con las tecnologías que tenemos a nuestro alcance. Terminar estas obras no es dilapidar el dinero, es acabar de gastar aquello que pone en valor algo en lo que has invertido ya mucho», indica Zarandona poco antes de explicar que paralizar las obras iniciadas no ha estado nunca en mente del equipo de gobierno. «Por ejemplo, la de Padre Claret ya estaba en marcha y hubiéramos tenido que indemnizar a las empresas y gastar un montón de dinero para nada. Los pasos no son incompatibles con el soterramiento futuro», concluye.