Los dos años de pandemia también han hecho estragos en la salud mental de la población y entre los numerosos asuntos que llegan a los juzgados, «el suicido y los intentos autolíticos, también de gente bastante joven» están dejando de ser casos aislados y el goteo empieza a ser una moneda frecuente todas las semanas en el juzgado de guardia.
El suicidio está a punto de convertirse en la primera causa de muerte violenta, y de hecho ya ha superado a las muertes por accidente de tráfico, que pasan a ser la tercera causa de fallecimiento no natural. La última estadística oficial de muertes autoinducidas la publica el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Palencia, Salamanca y Valladolid en su memoria de 2021, un periodo todavía en plena pandemia de coronavirus. Según este informe, que no ofrece datos provincializados, de las 122 muertes violentas investigadas en estos partidos judiciales y que conllevan la realización de autopsias por parte de los médicos forenses para esclarecer las causas de estos fallecimientos, 43 (32 hombres y 11 mujeres) han sido de etiología suicida, lo que supone el 35,2% de los casos.
Los suicidios ocupan el segundo lugar en el conjunto de las muertes violentas registradas por el Instituto de Medicina Legal en la memoria de 2021, solo por detrás de los accidentes «casuales»
Estas muertes voluntarias ocupan el segundo lugar del conjunto de las muertes violentas, por detrás de las ocasionadas por accidente «casual» (45, el 36,8%), los accidentes de tráfico (27 casos, el 22,1%), los accidentes de trabajo (4 casos, el 3,27%) y los homicidios (3 casos, el 2,45%). Al término del informe, los forenses tenían 9 muertes pendiente de estudio y habían dictaminado 99 muertes naturales.
El procedimiento más utilizado por los suicidas es el ahorcamiento (20) y la mayoría son hombres: 18 varones frente a dos mujeres. Estas prefieren la precipitación al vacío (en 6 de los 10 casos). Le siguen los casos de intoxicación por medicamentos (4), por arma de fuego (3, hombres en todos los casos), seguidos del arma blanca y la sumersión (2 casos, respectivamente). Como métodos excepcionales se contabiliza un caso de muerte como consecuencia de ponerse en las vías del tren y otro de envenenamiento por ingestión de caústico.
Según la estadística, los hombres prefieren el ahorcamiento y las mujeres, el salto al vacío
Respecto de la época del año donde se han registrado más muertes autolíticas en Palencia, Salamanca y Valladolid, la mayoría de estos 43 suicidios se han producido en los meses de mayo (7) y junio (6). En este mes, todos los que se quitaron la vida fueron varones. Le siguen los meses de enero, agosto, septiembre y noviembre que contabilizan, cada uno de ellos, 5 suicidios. Según estos datos, el peor mes para las mujeres es enero, mientras que junio es el peor mes para los hombres.
La edad media de la mayoría de los suicidas está en el arco de 41 a 50 años (11 personas, 7 varones y 4 mujeres) y en la franja de 61 a 70 años (8 hombres y 1 mujer). En las franjas de 51 a 60 años hay 7 casos (7 hombres y 4 mujeres), al igual que otros 7 casos en las edades de 71 a 80 años (5 hombres y 2 mujeres). Sobre edades más tempranas, se ha registrado el caso de un varón en la franja de edad de 11 a 20 años y ningún caso hasta los 10 años. En la parte más ancha de la pirámide de edad, se han producido 5 casos en edades de 81 a 90 años, 4 hombres y 1 mujer. Así, puede establecerse que el perfil tipo del suicida en estas tres provincias de Castilla y León es un hombre de mediana edad, de entre 41 y 50 años, que decidió acabar con su vida mediante el sistema más tradicional en el medio rural, el ahorcamiento.
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