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La Junta tiene listo el proyecto para demoler el cuartel de Vadillos 17 años después de su desalojoPermanece de pie, con las ventanas cerradas y con rejillas para que las palomas no lo conviertan en su hogar permanente. Aún luce alguna pancarta que reclama desde hace años 'la casa cuartel, para el barrio'. Hace 17 años que las familias de guardias civiles ... que habitaban las treinta viviendas que incluía este edificio en la plaza Vadillos abandonaron el que había sido su hogar. Desde entonces, se buscaba la manera de convertir ese tremendo espacio en otra cosa, en algo útil para el barrio Se reclamó un centro de mayores, un centro cívico, un aparcamiento, viviendas sociales, un parque… Un poco de todo. Finalmente, su destino parece que será similar al de su primo, el cuartel de Puente Colgante, pero con matices. Aquel se rehabilitó. Este se demolerá. Aquel se ha destinado a viviendas de alquiler a bajo precio. Este, además de viviendas, servirá para que su solar permita la ampliación del centro de salud de Pilarcia-Circular.
«Tenemos el proyecto de demolición preparado y estamos pendientes de que el Ayuntamiento nos apruebe el estudio de detalle que hemos presentado para concretar sobre la parcela nuestra edificabilidad y la del Sacyl, por el centro de salud». Esta fue la respuesta de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio respecto al cuartel de Vadillos. El consejero, Juan Carlos Suárez-Quiñones, y el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, acababan de entregar días antes las llaves de los pisos de Puente Colgante. El PP, en minoría en las Cortes y al frente de la Junta sin socios, ha decidido convertir la vivienda en su eje principal. Y concluido al fin el larguísimo periplo del cuartel de Puente Colgante, parece que le llega el turno al de Vadillos.
Ignacio Zarandona, concejal de Urbanismo del Ayuntamiento, admitía que lo que falta es que el Auyuntamiento termine de tramitar «el estudio de detalle que reparte la parcela en dos, una para ampliar el centro sanitario y la otra para uso residencial, en forma de L».
Eso sí, no se derribará el edificio hasta que no esté listo un proyecto para sustituirlo por otra edificación. No se quiere dejar un solar abandonado y vacío, de esas dimensiones, en el corazón de la ciudad. Son 1.104 metros cuadrados lo que ocupa el edificio, y a ellos hay que sumarles los 977 metros cuadrados de superficie del solar que queda encuadrado entre las tapias del cuartel y el centro de salud. Más de 2.000 metros cuadrados en total.
Para hacerse una idea de lo que puede dar de sí un rectángulo de esas dimensiones, basta con comprobar el catastro. Las cuatro plantas del cuartel contenían, cada una, 752 metros cuadrados construidos destinados a viviendas. Treinta pisos. «Está elaborado el proyecto de derribo, pero lo vinculamos al proyecto de sustitución por una nueva edificación», explica Ignacio Zarandona, que considera que la Junta «será diligente para poder hacer realidad ambas pretensiones del barrio». No ve necesidad de acelerar el derribo hasta que no se esté dispuesto a proceder,inmediatamente, a la construcción del nuevo edificio. «Deberíamos esperar al proyecto de edificación, salvo justificación de ruina o peligro efectivo de cara a los ciudadanos», aclara, circunstancia que no parece que se dé, en este caso.
«Lo importante es que ya está iniciado el camino», afirma el concejal. Eso sí, no hay plazos. Ni del Ayuntamiento, que no promoverá la obra, ni de la Junta, que será quien diseñe y ejecute. Y con doble encabezado, además, porque la parte de vivienda recae en la Consejería de Medio Ambiente y Vivienda y la del centro de salud, en la Consejería de Sanidad.
Las pretensiones de rehabilitar este espacio no son nuevas. Desde que se desalojaron los pisos, en el año 2007, se empezaron a plantear diferentes posibilidades que chocaban con un barullo burocrático paralizante. El suelo era de la Junta pero estaba cedido al Ministerio de Defensa mientras se mantuviera en uso. Como las dos administraciones eran incapaces de llegar a un acuerdo, porque también se quería incluir en el canje el cuartel de Puente Colgante, quedó en punto muerto. Afectado, además, porque la crisis económica de 2008 y siguientes se llevó por delante el primer proyecto de trasladar los cuarteles al alfoz. El Ministerio dejó abierta en los bajos del edificio una oficina con una decena de agentes de la Guardia Civil en turnos rotatorios. Pertenecían al servicio de fiscalidad del aeropuerto. De ese modo, el Estado conservaba la titularidad del edificio.
Hasta febrero de 2018, es decir, más de una década después de su desalojo, no pudo hacerse la Junta con él. Y eso desencadenó, de nuevo, la catarata de peticiones para su utilización. Incluso en el Ayuntamiento de Valladolid, con Gobierno de PSOE y Toma la Palabra, se acordó pedir a la Junta, por unanimidad de todos los grupos, que se cediera el solar y el edificio al Consistorio. Que no era fácil conseguir la unanimidad entonces, por cierto. Había 8 ediles del PSOE, 12 del PP, 4 de Toma la Palabra, 3 de Sí Se Puede, uno de Ciudadanos y uno no adscrito (Jesús Presencio, ex de Ciudadanos). Era el 7 de noviembre, y el Ayuntamiento, en el Pleno, reclamaba que se le cediera este espacio abandonado «para construir viviendas protegidas» y, de paso, para ampliar el centro de salud de Pilarica-Circular. Lo justificaban en que 35.000 usuarios, con una población muy envejecida, habían dejado pequeño un centro sanitario que precisaba más espacio para «servicios de enfermería o administrativos».
Si se envió esa petición a la Junta, no hubo respuesta. O al menos, no una respuesta positiva. Pasados cinco años, en agosto de 2023, la Junta envió a los medios de comunicación una nota de prensa en la que hablaba de promover, en los próximos años, 596 viviendas públicas en la provincia de Valladolid. Incluía las 63 de Puente Colgante que se han destinado a alquiler. Y hablaba, en una línea, de que se estaba «estudiando la construcción de 40 viviendas en el antiguo cuartel de Vadillos con una previsión de coste de 4,5 millones de euros».
La misma frase se repetía en una nota similar enviada en julio de este año, once meses después de aquella, sobre la inversión de un millón de euros en una obra de mejora de la eficiencia energética en Simancas.
Y el propio consejero, Juan Carlos Suárez-Quiñones, incidió en el plan para Vadillos en la visita a los pisos de Puente Colgante en el mes de abril, sin dar más detalles al respecto ni avanzar ninguna novedad sobre plazos o previsiones.
Todos esos anuncios no se han traducido hasta la fecha en concreciones. Está pendiente, además, la negociación de los presupuestos de la Junta de Castilla y León para 2025, que también puede condicionar lo que ocurra con algunas partidas e inversiones. Máxime cuando en este caso son dos las consejerías que tienen que acometer obras en un mismo espacio, lo que exige una inversión conjunta y una coordinación de ambos departamentos.
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