La jueza resolverá después de Navidad sobre el futuro de Óscar Sanz

Con un proceso que encamina a Óscar al banquillo de los acusados ante un jurado popular, la Fiscalía incide en que se impute un delito de homicidio, mientras que las acusaciones particulares ejercidas por los familiares de la víctima elevaban esa solicitud hasta el asesinato. Por último, la defensa insiste en el sobreseimiento de la causa.

Con esos ingredientes se presentaba este 20 de diciembre, fecha clave en el caso, y con esos mismo ingredientes seguirá hasta pasada la Navidad. A partir del 8 de enero la jueza instructora, que en octubre dio un empujón al caso al ver por primera vez intencionalidad en la muerte de la mujer de Traspinedo, dictará un nuevo auto. Archivo (como pide la defensa) o imputación definitiva (Fiscalía y acusaciones particulares) con, tal vez, prisión preventiva.

En esta sesión ha sido la defensa la que ha solicitado nueva prueba, además de abordar ese vídeo que recientemente ha remitido al juzgado en el que un particular, antes del hallazgo del cadáver de Esther, filmó la cuneta sin que apareciese rastro del cuerpo. Esa línea de defensa que esgrimen las letradas de Óscar Sanz es la que han potenciado recientemente, por ese motivo han solicitado a la instructora que testifiquen los guardias civiles que participaron en las batidas de búsqueda durante los días de la desaparición.

Con esas supuestas declaraciones, apoyadas con las imágenes de los drones de la Guardia Civil, la defensa busca desmentir la tesis principal de la UCO, que refleja en su informe que el sospechoso dejó desde el primer día el cuerpo en esa cuneta. A eso se sumaría la testifical, si es admitida, de personas, como el alcalde del municipio, que se sorprendieron de que el cuerpo de Esther permaneciera en ese punto más de 20 días a la intemperie.

De hecho, durante esta vista ha sido la defensa la única parte que ha solicitado nueva prueba, hecho que ha criticado el letrado de la familia de la víctima. «La estrategia de la defensa es pedir mucho para que me den algo, pero ninguna de las pruebas tiene relación con el hecho más relevante que es el asesinato. La estrategia es dilatar», ha afirmado ante los medios de comunicación el representante de la familia, Guillermo Ruiz, que ha desacreditado el nuevo vídeo al no poder apreciarse la cuneta al contar con «un desnivel de casi cuatro metros».

Asimismo, esta parte ha considerado que no era el momento oportuno para solicitar nuevamente la entrada en prisión provisional de Óscar Sanz, si bien ha avanzado que harán lo propio una vez que se pronuncie la jueza después de estas fechas navideñas. «Hoy era un trámite formal y no procedía. Por tanto lo hemos obviado hasta que se tome una resolución el día 8 de enero», ha proseguido el letrado de la familia.

A este trámite judicial ha llegado Óscar Sanz en un Audi. En esta ocasión, a diferencia de hace un año cuando entró a pie en la que fue su última declaración ante la jueza, le han facilitado el acceso a la sede judicial para que el coche pudiera entrar hasta los garajes y evitar, de esta forma, estar expuesto ante los familiares y allegados de Esther, así como a la prensa que únicamente ha inmortalizado un vehículo.

En el interior ha permanecido cerca de media hora en la que ha escuchado las propuestas de todas las partes para abandonar, de la misma forma, los juzgados de la calle Angustias. Eso sí, tendrá que presentarse ante la Guardia Civil semanalmente y seguirá sin pasaporte, cargos impuestos desde que figura en calidad de sospechoso de matar a Esther López.

La jornada de este miércoles ha estado marcada nuevamente por la protesta de los familiares, que han vuelto a pedir justicia a gritos de asesino. Los manifestantes se han tenido que dividir entre las dos puertas, aunque las entradas a los juzgados han estado blindadas en todo momento por agentes de la Policía Nacional. Incluso la calle Torrecilla ha estado cortada al tráfico rodado, y por momentos a los transeúntes, para evitar aglomeraciones de personas en la entrada. Aun así los gritos no han cesado en ningún momento. De hecho se han intensificado cuando ha salido una de las letradas de Óscar Sanz, que ha tenido que detener su comparecencia ante los medios cuando los manifestantes la han señalado a voces como «abogada de asesinos».

En sus explicaciones, Ana María Pérez, ha insistido en los interrogantes que a su juicio aún siguen presentes en la causa como las partículas de color azul localizadas en el pantalón de la víctima o las piedras localizadas en el abrigo de Esther. Entre las dudas que aborda la defensa del sospechoso se encuentra el informe pericial que concluye «que el vehículo de Óscar no presenta daños compatibles con un atropello a 45 kilómetros por hora, que afirma también sin ningún género de dudas, que ese vehículo no ha atropellado a nadie», a lo que ha sumado, entre otros aspectos, que «se dice que Óscar y Esther están juntos por el posicionamiento de sus móviles, pero no se explica cómo estando juntos, las antenas que dan cobertura a sus móviles son diferentes».

Explicaciones todas ellas cortadas al elevarse el volumen del grito de «abogada de asesinos».

Una vez que la jueza resuelva sobre estas nuevas pruebas se cumplirán tres años de la desaparición de Esther López. Tiempo en el que Óscar Sanz, prácticamente, ha estado en el radar de la Guardia Civil y bajo sospecha de un crimen que aún sigue sin respuesta. Su doble declaración ante la anterior jueza no ha servido para despejar las acusaciones que la UCO vierte sobre él de un atropello intencionado, con ocultación de cadáver y fuga.