Javier León de la Riva: el gran cambio del patito feo
El popular comenzó su periplo de veinte años de Alcaldía en 1995 y lo primero que hizo fue cambiar la cara a la Plaza Mayor, el gran símbolo de su gestión
En sus dos primeros años de mandato, León de la Riva quería demostrar que sus críticas a la «parálisis» de la ciudad en el ... último periodo del mandato de Bolaños eran acertadas. Así que empezó por lo más llamativo: darle un barniz a la ciudad que mostrara la llegada de un nuevo tiempo. Las obras de ampliación del aparcamiento de la Plaza Mayor y su peatonalización se iniciaron justo a finales de mayo de 1997. De hecho, se demoraron un mes por una visita del Príncipe Felipe. Las rampas de acceso, eso sí, se dejaron dentro de la Plaza Mayor.
Esa operación de restauración a gran escala de la Plaza Mayor fue de la mano con el llamado Plan Renace. La limpieza y pintado de fachadas en 85 edificios de la Plaza Mayor y calles adyacentes dieron un nuevo aspecto al centro de Valladolid. «Además de la pintura de fachadas y elementos ornamentales y de la carpintería exterior, la intervención urbanística incluye arreglos en canalizaciones de agua y otros elementos, así como la desaparición de banderines externos de publicidad», decía el periódico.
Alberto Gutiérrez Alberca, que ya era concejal entonces y al que León de la Riva anunció que sería «un gran portavoz», explicaba en diciembre de 1996 las peatonalizaciones que iban a venir, después de que se inauguraran en septiembre Montero Calvo y Alcalleres. «El entorno de la Plaza Mayor, con el cierre al tráfico rodado de la calle de Lencería y del primer tramo de Ferrari, hasta Duque de la Victoria, es el gran proyecto de peatonalización previsto para el próximo año», decía.
El proyecto Renace también incluía la recuperación de las riberas de los ríos Pisuerga y Esgueva, algo que se fue acometiendo paulatinamente, pero cuyas bases se sentaron en estos dos primeros años de mandato. Y el mismo plan esbozaba otros proyectos ambiciosos, como la remodelación del Teatro Calderón, la construcción del Museo de la Ciencia y los centros integrados de equipamiento en la zona sur y Pajarillos.
León de la Riva inició también lo que hoy es ya una cuestión habitual: el envío de una carta a los contribuyentes para recordarles el calendario de pagos de tasas e impuestos municipales. La primera misiva les llegó a 70.000 vecinos.
En su inicio de mandato comenzó el proceso de privatización del servicio de agua, que fue remunicipalizado con los gobiernos de PSOE y Toma la Palabra a partir de 2015.
En enero de 1996 se puso la primera piedra de Mercaolid, «cien mil metros cuadrados de superficie que albergan el nuevo Mercado Central y otros servicios y para el que se destinará una inversión total de 3.000 millones de pesetas». El 5 de junio de 1997, justo poco después de cumplirse los dos primeros años de León de la Riva, se inauguró.
En su puesta de largo como alcalde, León de la Riva dejó dos frases que leídas hoy tienen su punto paradójico. «El soterramiento [de las vías del tren], la opción que se ha barajado hasta ahora,
representa un coste elevadísimo y supone un peligro para las corrientes freáticas», decía. Se calculaba el coste del soterramiento en 49.000 millones de pesetas. Y criticó que el candidato a la Alcaldía por el PSOE, de nuevo Tomás Rodríguez Bolaños, fuera diputado del Congreso simultáneamente. «Un alcalde debe estar permanentemente dedicado a los asuntos municipales», dijo.
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