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Relevo al frente de la Sociedad de Criminología y Ciencias Forenses. Aitor Curiel (Valladolid, 1975) es el nuevo presidente desde hace unos días. Un ... reto que afronta con ilusión y con el objetivo de promover a la «hermana pobre» de las ciencias forenses: la criminología. Ensalza su labor y cometidos y apunta que la ciudadanía precisa de más profesionales de este tipo. Sus 25 años de experiencia le avalan.
-¿Qué es la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses?
-Es una sociedad científica que está formada por múltiples profesionales de distintos sectores relacionados con la investigación criminal. Somos todos los criminólogos, pero también se incluyen las ciencias forenses. Estas son todos los actores que pueden participar en una resolución de un caso. Pueden ser investigadores privados, directores de seguridad, psicólogos forenses, médicos forenses, policías de la Judicial, de Científica, Homicidios... La ventaja de esta sociedad es que es multidisciplinar y que, por tanto, todos los actos académicos, científicos, divulgadores e investigadores que realizamos tienen una múltiple visión y se complementan mucho más. Todos aprendemos de todos. Todos evolucionamos en conjunto. Es una sociedad que ya tiene 22 años. La sede principal, a día de hoy, está en Valladolid, pero a lo largo de su historia ha tenido distintas sedes (Barcelona, Madrid y Granada) y ha tenido incluso varias sedes distribuidas. Ahora queremos recuperarlas. Estamos en un histórico de unos 700 socios aproximadamente.
-Habla de ciencias forenses. ¿Éstas, en una sola disciplina, se quedan cojas?
-Entre todas hacen la posible resolución o el posible estudio. Y esto es lo que busca la sociedad. Criminólogos con forenses, policías, investigadores privados, directores de seguridad, peritos calígrafos, expertos en acústica forense... Todos tienen cabida en esta sociedad. Y es una sociedad además que siempre hemos luchado no solo por la docencia, por la investigación, por la práctica profesional, sino también por la divulgación. No solo nos dedicamos a hacer congresos y publicaciones científicas, que tenemos nuestra revista 'Quadernos de Criminología', sino que además tenemos actividades divulgativas. Estamos trabajando en un sistema de invención y de apadrinamiento de los alumnos de Criminología que salen y orientarles profesionalmente. Luchamos por la criminología, pero no solo por la criminología, sino por todas las ciencias forenses. Y en ocasiones nos tenemos que volcar un poco más en la criminología.
-¿Por qué?
-Quizás porque a día de hoy es la hermana pobre de todas ellas. La criminología a día de hoy no es ni tan siquiera un área de reconocimiento para poderse acreditar para ser profesor de criminología. No existe. O sea, te puedes acreditar, te diría, ejemplos, en filosofía moral, en filosofía del derecho, en historia e instituciones económicas, y no te puedes acreditar en criminología. Para acreditarte a dar clases como profesor en criminología, lo tienes que hacer o por derecho penal, o por medicina legal o forense, o por psicología, con lo cual los profesores de criminología al final son psicólogos, médicos y abogados, pero ninguno es criminólogo. Eso no puede ser porque los criminólogos tienen una excelente formación y cuesta mucho dinero formarles y pueden realizar un gran servicio a la sociedad. Un criminólogo puede ayudar a prevenir los delitos y a que disminuya su incidencia en una ciudad. Defendemos y peleamos por los profesionales que pueden ayudar a que esta sociedad sea más justa, más segura y mejor.
-Esto, precisamente, no lo sabe la sociedad…
-Diría que en los medios de comunicación es donde más se nos ve. Es llamativo, porque cualquier caso que surge, que sale en los medios de comunicación, de Tailandia, por ejemplo, siempre hay un criminólogo en la mesa explicándose. Es el único sitio en el que estamos. Luego en el procedimiento no hay ningún criminólogo, ni por la acusación particular, ni por la defensa, ni en la investigación, ni en el desarrollo. Solo están divulgando o respondiendo a la sociedad. Quizás la sociedad tiene esa conciencia de que el criminólogo no es importante porque lo ve en los medios de comunicación. Pero insisto, es el único sitio en el que hay criminólogos. ¿Oposiciones a prisiones? No hay criminólogos. ¿Oposiciones al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses? No se admiten a los criminólogos. ¿Equipos de reinserción, rehabilitación, de tratamiento? No hay criminólogos. ¿En los juzgados? No hay criminólogos. En ningún sitio hay criminólogos. Es más, en muchos sitios ni se valora como mérito. Cuatro años de formación en criminología, en la ciencia que estudia el crimen, ¿no es un mérito para una plaza en el servicio público? Alguien que tenga una carrera de criminología y un máster en criminalística, ¿no debería tener ventajas sobre otro compañero de policía para entrar en la brigada de Policía Científica? No es razonable.
-A usted, la experiencia le avala...
-Llevo 25 años ejerciendo en el campo de la medicina legal y forense. Vengo de la medicina, estudié Medicina, hice la especialidad de medicina legal y forense. De ahí di el salto a estudiar la segunda carrera y estudié Criminología. Y como tal actúo tanto como médico especialista en medicina legal y forense como criminólogo, dependiendo de la casuística y los casos. En 25 años tengo ya más de 3.500 casos en los que he participado. Pero la criminología está por construir.
-¿Hay más criminólogos a raíz del boom de series del 'true crime'?
-No sé si hay más criminólogos, sí hay más interesados en formarse. Es una titulación que atrae mucho. Pero una alumna en prácticas me contaba que la carrera la empezaron 67 y quedan 40. 27 lo han dejado porque les han explicado que no tiene salidas profesionales fáciles, salvo la de opositar a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. El que no se ve de policía, lo deja. Entonces sí necesitamos criminólogos en nuestra sociedad y necesitamos que nos ayuden. Y los estamos perdiendo y estamos perdiendo vocaciones. Es cierto que participamos más en 'true crimes', yo participé en 'El hombre sin corazón'. Estamos en más casos reales y cada vez nos llaman más de los medios de comunicación. Asesoramos en series, a escritores… Pero al final, en lo más importante que es conseguir que haya menos delitos y pillar a los culpables cuanto antes, no nos dejan ayudar. Es llamativo. En otros países existe más la cultura del 'freelance'. Quiere decir, la policía de Estados Unidos, incluso el FBI, está investigando un caso y de repente hay una técnica muy específica que en tal universidad hay un experto puntero y lo contrata. Eso no lo hace la policía española. Jamás. Y nuestros policías son muy buenos y están muy bien preparados, pero hay áreas específicas en las que expertos punteros les pueden ayudar.
-¿Faltan criminólogos en la policía, entonces?
-No quiero para nada menospreciar a la policía ni a sus profesionales. Son excelentes profesionales, tienen buena formación, tienen muchísima experiencia, pero es cierto que todavía no se ha conseguido casar de una manera lógica la formación reglada que existe con la práctica real. Por ejemplo, el tema de las especializaciones dentro de la policía. Están muy bien y son fundamentales, pero tienen una formación paralela extraacadémica, cuando se podría perfectamente buscar una conjunción entre las universidades y la Policía para que esas profesiones, esas formaciones, fueran mucho más regladas. No quiero que todo lo que estoy hablando parezca que tenemos una mala policía, en absoluto. Tenemos una policía buenísima, puntera, tanto en medios como en personal, en formación, en experiencia. Pero hay cosas que mejorar.
-¿Queda mucho trabajo por hacer entonces?
-Creo que sí. Y vamos poco a poco, insisto.
-¿La criminología está en pañales?
-No está en pañales en cuanto a la formación y desarrollo, y sí parece estar en pañales en cuanto a su utilización. Es cuestión de tiempo.
-¿Tiene la criminología que abrazar a la inteligencia artificial?
-Oí una frase hace poco que me gustó mucho, y era que la inteligencia artificial no te va a quitar el trabajo, el que te va a quitar el trabajo es el que sepa usar bien la inteligencia artificial. La inteligencia artificial es una herramienta muy útil, nueva, novedosa, de los últimos años, que cualquier profesional de cualquier profesión tiene que aprender a utilizar, si quiere ser lo mejor posible dentro de su profesión. Le puede ayudar a hacerlo mejor y a hacerlo más rápido. Pero no a cualquier precio y no de cualquier manera. Porque la inteligencia artificial es un arma tan potente que igual que te puede ayudar mucho, te puede destrozar. ¿Por qué? Porque te puede inducir el error, y si te induce el error, te está destrozando. Es muy importante que todos los profesionales, por supuesto los criminólogos, aprendamos a usarla bien y como en las propias investigaciones criminales decimos, di lo que estés seguro, porque si dices algo que está mal, induces al error al investigador y induces a una resolución errónea. Un buen criminólogo tiene que saber de inteligencia artificial.
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