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El ingeniero de la UVA, Alberto Mansilla Gallo y el director del IOBA, Miguel Maldonado, en el simulador del interior de un coche. Carlos Espeso

Valladolid

Una innovadora iluminación interior del coche inhibe los deslumbramientos nocturnos

El IOBA, la UVA y el grupo Antolin desarrollan un proyecto para corregir la tendencia a dilatar en exceso la pupila en la oscuridad

Ana Santiago

Valladolid

Miércoles, 6 de diciembre 2023, 00:01

Destellos, halos... los deslumbramientos en general que las señales luminosas producen en la inmensa mayoría de las personas, en unos más y en otros menos, cuando llega la oscuridad de la noche provocan una conducción menos segura, más confusa y molesta. Tanto al llevar un ... vehículo por ciudad como en carretera, las farolas, faros de vehículos, señales de coches de emergencias, semáforos... distorsionan una visión nítida de los elementos externos al provocar deslumbramientos, iluminaciones desviadas para el conductor.

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«Muchos pacientes relatan a su oftalmólogo que cuando conducen en situaciones de baja iluminación tienen problemas visuales. Y no solamente personas que han sido operadas de cataratas o con láser, sino también ocurre con las que están sanas, las que no interpretan tener un problema concreto de vista. En todas ellas hay un denominador común: la tendencia a dilatar la pupila en exceso en la oscuridad. Con el aumento luminario, por el contrario, se contrae. Dentro de este proceso natural, hay rangos. Y si es excesivo, si se es demasiado proclive a dilatar, ves mal en la oscuridad», explica el doctor Miguel Maldonado López, director del IOBA y especialista en cirugía refractiva con láser y lentes intraoculares. Y una mala visión nocturna «supone un hecho muy relevante en la conducción», apunta.

Isabel de Paz Alcolado, optometrista, analiza los resultados tras una simulación en la cabina (a la derecha). Carlos Espeso

Y de «esta inquietud nace una investigación que busca soluciones para estos casos, que son muy generales, y las busca con la iluminación interior del vehículo, al margen de la posibilidad de gafas que faciliten una mejor conducción, las de cristales amarillos pueden ayudar; pero serían complementarias. Aquí la respuesta está dentro del coche», añade este especialista también catedrático de Oftalmología de la Universidad de Valladolid (UVA).

El sistema de asistencia permite contrarrestar los destellos y halos y mejorar la conducción y la seguridad al volante

Así, un innovador proyecto 'Night Sight Assist' (asistente de visión nocturna) diseña una iluminación interior y muy específica de los vehículos que compensa los deslumbramientos exteriores, los inhibe logrando menos molestias para quien está al volante, mejor visibilidad de peatones y obstáculos, mejor visión de toda la carretera y el entorno y, por lo tanto, más seguridad. Permite detectar mejor a un peatón o cualquier obstáculo. Así el grupo Antolin, empresa burgalesa especializada en la fabricación de componentes para el interior del automóvil, el Instituto de OftalmoBiología Aplicada (IOBA) y la UVA investigan los efectos de estos destellos, estallidos estelares y halos en los conductores, sanos y con patología ocular u operados, para diseñar después un sistema de iluminación interior que palíe tales efectos.

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Así, «a partir de esta realidad ideamos un sistema para mejorar la visión percibida por el conductor en situaciones de baja luminosidad. Contamos para ello con Alberto Mansilla Gallo, ingeniero de la UVA, para crear un simulador donde trabajamos con los voluntarios en este estudio y hemos podido comprobar su eficacia real a la hora de corregir estas distorsiones. Estudiamos sensibilidad a puntos luminosos en la oscuridad, al contraste y la eficacia resulta significativa. Hacemos varias pruebas al respecto y estamos orgullosos de poder llevar a cabo esta mejora de calidad», añade este especialista en Oftalmología.

El IOBA acoge así en una sala un habitáculo con telones negros que logran la oscuridad más absoluta, con el interior de la cabina de un vehículo dotado con la iluminación de contraste para estos test que «permiten medir la función visual con determinados parámetros de conducción nocturna».

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El proyecto arrastra ya su tiempo de investigación, tiene un largo plazo pero ya está en marcha también la patente. «La primera aproximación I+D+i fue con Javier Villacampo, director corporativo de Innovación de Antolin, en enero de 2016. Después, el sistema ha ido teniendo sus diferentes versiones y se ha ido perfeccionado. El equipo ha trabajado en todo este tiempo con más de trescientos pacientes, captados en las propias consultas del IOBA y entre el profesorado, alumnado y otros trabajadores de la UVA para la población 'sana' en busca de analizar el perfil futuro de usuario más adecuado para contar en su vehículo con estas luces especiales de interior. Una iluminación que, no obstante, podrá desconectarse si no se precisa para que sólo entre en funcionamiento cuando quien lleva el volante cumpla con los requisitos establecidos en cuanto a necesidad de visión para contar con las distintas variaciones de estímulos luminosos dentro de la cabina del automóvil.

Simulación del paso de un peatón con un semáforo en verde. Carlos Espeso

Por el simulador han pasado personas de todas las edades, que usan gafas y sin necesidad de ellas.

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El objetivo es, en definitiva, destaca el doctor Maldonado «optimizar, por estímulos luminosos del interior del coche, el diámetro de la pupila en la oscuridad. Ahora en el simulador y el paso final será pasar a pruebas reales, con coches de verdad en carretera y calles. Ahora estamos en fase de la última versión, cerrar prototipo y probarlo con un amplio grupo poblacional para definir la población diana que puede beneficiarse de ello», añade este también profesor de la UVA.

Apunta asimismo Alberto Mansilla Gallo, responsable de la creación y construcción del simulador, que «este es un trabajo multidisciplinar e interdisciplinar. Nuestra labor ha sido la de crear un simulador específico para estas pruebas que no tiene que ver con otros que ya existen para mejorar la conducción u otras funciones».

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Explica, por su parte, Isabel de Paz, óptica optometrista, encargada de realizar las pruebas a los participantes que «realizamos tres pruebas a cada voluntario, tres veces cada una. En la primera, la luz de un galibo deslumbra al conductor dificultándole ver unos puntos blancos. El voluntario pulsa un botón cada vez que los ve. La segunda es de sensibilidad al contraste. Unos círculos con rayas de distinto grosor, unas grises y otras blancas pero con una diferencia muy tenue, están inclinadas en distinga dirección o rectas y el conductor debe indicarlo. En la tercera se valora el campo visual útil. En las pruebas aparecen peatones o luces blancas que el usuario debe detectar y ver correctamente.

Deslumbramientos

Las luces de semáforos, vehículos o señales pueden provocar de noche en los conductores una visión con estallidos estelares, halo o destellos que impiden ver con claridad a un peatón o un obstáculo. Corregirlo no sólo aporta comodidad sino mayor seguridad.

Ninguna de las pruebas que se realizan a los voluntarios son invasivas, ni, por supuesto, las pruebas en el interior del vehículo ni tan siquiera la exploración oftalmológica sobre agudeza visual, topografía corneal, medida de la presión intraocular o la sensibilidad al contraste, entre otras muchas.

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Una hora de pruebas

La prueba en el simulador dura una hora y la optometrista dedica otra media más a analizar los datos tras cada participación. En cada jornada se suele ver a unos seis usuarios. Cada participantes, además de realizar la simulación, se someterá a las pruebas de control, de ojos que pueden llevarse en la misma visita o en una segunda. Incluye pacientes sanos, y otros que aunque lo estén tengan dificultades en la conduccción nocturna, operados de cirugía refractiva, adultos con presbicia con dificultades al volante por la noche, con cataratas incipientes e intervenidos de esta misma dolencia de diferentes edades con más de 18 años. Todos ellos con consentimiento informado.

Esta investigación ha recibido ya dos galardones. El premio Innowinner Award by GMC, que identifica y reconoce a las soluciones tecnológicas e innovadoras de cualquier parte del mundo que contribuyan a mejorar el ecosistema de la movilidad sostenible y que estén funcionando, al menos como piloto, con un máximo de tres años. El premio recayó en Antolin por su proyecto 'Night Sight Assist', este «innovador sistema de iluminación capaz de optimizar el diámetro de la pupila del conductor inhibiendo los efectos adversos causados por las condiciones de baja iluminación», recoge el galardón. Y valora que este proyecto «contribuye de manera significativa a la reducción del riesgo de accidentes de tráfico y a la mejora del confort de los usuarios al volante en escenarios nocturnos».

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Asimismo ha sido reconocido por FACYL–Cluster de Automoción y Movilidad de Castilla y León en los I Premios de la Automoción y Movilidad de Castilla y León, en el marco de la iniciativa Polo de la Automoción como finalista en la Mejor proyecto Innovador en el área de Movilidad.

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