Una mujer mete varios alimentos en su nevera. Alberto Mingueza

La inflación cambia los hábitos y obliga a sacrificar la compra de algunos alimentos en Valladolid

Los vallisoletanos mantienen el gasto en comida, en torno a los 1.650 euros por persona al año, a costa de adquirir menos cantidad de pescado, frutas y hortalizas

Víctor Vela

Valladolid

Domingo, 13 de agosto 2023, 00:28

¿Cómo afrontar el disparatado incremento de precios de la cesta de la compra? ¿Que hacer para sortear la subida de las sandías, del aceite o de los pimientos cuando se visita el supermercado?

Publicidad

Ante la papeleta que alienta estas dudas caben dos grandes soluciones. ... La primera es gastar más, destinar más dinero a alimentación porque todo está más caro. La segunda, comprar menos cantidades para así poder ahorrar.

Pues bien, los vallisoletanos han apostado por esta segunda opción. Así lo certifican los datos recién publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que analiza el gasto medio por persona efectuado en comida a lo largo de 2022.

1.644 euros

es la cantidad media gastada por cada habitante de Castilla y León en comida

El año pasado, cada vallisoletano desembolsó una media de 1.644,89 euros en víveres. Es una cantidad muy similar a la del año anterior, 1.652,94 euros. Los hogares de la provincia intentaron durante el año pasado mantener su gasto en alimentación (pese a que también subieron la gasolina, la luz, el gas...) y lo hicieron a costa de llevarse menos comida a la boca. O de ajustar lo adquirido para evitar luego el despilfarro.

Publicidad

El caso es que con ese mismo dinero, en torno a los 1.650 euros por persona y año, cada consumidor se llevó luego a casa 40,45 kilos menos de comida. En total, 610,59, frente a los 651,04 del año anterior. Así se hizo frente, según la estadística, a la subida de los precios. No gastando más, sino comprando menos.

Por ejemplo, la fruta. Según los datos del IPC que ofrece el Instituto Nacional de Estadística (INE), los precios de manzanas, naranjas o melones subieron en su conjunto el 7,3% a lo largo de 2022. El gasto medio pasó de 165,95 a 167,47. Apenas 1,52 euros más de gasto.

Publicidad

Pero, a cambio, los consumidores se llevaron en el carrito de la compra 10,10 kilos menos de fruta. Se notó especialmente con los plátanos (2,82 kilos menos por persona y año)o el melón (1,76 kilos menos). Y es llamativo el caso del kiwi, con una subida de gasto de 2,11 euros (hasta los 11,64) para llevarse 2,8 kilos (casi 770 gramos menos que el año anterior).

También llegaron menos hortalizas a las despensas vallisoletanas. Aquí el gasto se mantuvo más o menos estable, en torno a los 102 euros al año, pero bajó en 5,65 kilos la cantidad comprada con ese dinero (de 55,10 a 49,45 kilos). Con 22 euros, en 2021 se podían comprar 12,23 kilos de tomates. Un año después, 10,98. Casi la misma cantidad (8,50 euros) se tradujo en 600 gramos menos de cebolla. Y aumentó el dinero destinado a ajos y pepinos para llevarse menos unidades a casa. Aquí destacan los pimientos, con una espectacular subida de precios que se tradujo en una caída de las ventas: menos kilos comprados y menos dinero destinado a ellos.

Publicidad

Los vallisoletanos también sacrificaron carne y pescado. La carne supone el mayor gasto en alimentación, con 352,77 euros de media por persona y año. Durante 2022 fueron 22,17 euros menos. Y en este caso también cayó la cantidad adquirida (10,86 kilos por debajo de lo comprado en 2021). Se redujo la venta de ternera en mayor proporción que la de pollo, que se sitúa ligeramente por encima que la de cerdo (la más habitual en las mesas del comedor). Y subió un poco la venta de salchichas.

En términos porcentuales, el producto que más salió de los menús cotidianos fue el pescado. El gasto se quedó en 210,27 euros por persona al año. Son 28,54 euros menos que el año anterior, que se tradujeron en 22,61 kilos menos de producto (4,34 por debajo de lo anotado en 2021). Lo más despachado en este sector son las merluzas y pescadillas, seguido de salmón, bacalao y sardinas y boquerones.

Publicidad

Pero hay casos en los que se ha preferido mantener la cantidad de consumo aunque eso suponga gastar más. El más evidente es la leche, un producto cuyo precio creció el 37,3% durante 2022. Cada vallisoletano echó en el carrito de la compra una media de 91 litros (cantidad muy similar a la de 2021), pero esto fue a costa de tener que desembolsar 10,74 euros más en caja. O la pasta (macarrones, espaguetis), que se mantiene en 3,5 kilos pero con 1,51 euros más de gasto. O las legumbres, que se sitúan en torno a los tres kilos por persona y año de consumo, con un alza de 32 céntimos.

La compra ha caído en casi todos los grupos de alimentos (el azúcar y el aceite dispararon sus precios) con dos grandes excepciones (que no dicen mucho sobre la alimentación sana y la dieta mediterránea). Sube el consumo de platos preparados y el de refrescos. Y además, también durante el año pasado se recuperó el gasto alimentario fuera del hogar, con más visitas a bares y restaurantes (o por desplazamientos turísticos) después de un 2021 marcado todavía por los coletazos de la pandemia de la covid.

Noticia Patrocinada

Los responsables del informe del Ministerio de Agricultura introducen además otra variable: un regreso a la normalidad y los hábitos precovid. «Durante el año 2021, la compra de alimentación y bebidas estuvo por encima de lo habitual. A pesar de ello, la reducción del consumo durante 2022 (motivado por ese incremento de precios) hace que nos situemos en niveles inferiores a lo habitual antes de la pandemia». Hay una reducción del 5,9% en el volumen de alimentos y bebidas adquiridos respecto a 2019, cuando el gasto es el 6,3% superior. Es decir, pagamos más y compramos menos.

«El año pasado se vivió una inflación sin precedentes en las últimas décadas», evidencia Javier Pastor, director gerente de Mercaolid, en la memoria de actividad de 2022 de la mayor despensa de Castilla y León. El valor de la cesta de la compra se incrementó el 9,1%.

Publicidad

«Pese a la inflación, la demanda permaneció casi estable, con una disminución del volumen total del 0,7%», explican desde Mercaolid, pero a continuación matizan que «los productos pesqueros (-9,1%) y las frutas (-5,5%) y las verduras y hortalizas (-3%) fueron los que concentraron mayores descensos en la demanda». Eso, en el ámbito general, ya que Mercaolid pudo capear el temporal inflacionista.

Allí, en el centro logístico (que cumple 25 años)se registró un descenso de productos cárnicos del 6,15%, pero aumentó la entrada de género hortofrutícola (3,01%) y pesquero (10,75%), después de que este último registrar descensos acumulados en los últimos años.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad