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Los indigentes vuelven a dormir en el bar incendiado del parque de Las NoriasLas mantas 'al aire' colgando de los ventanucos del maltrecho, y peligroso, interior del bar acristalado (sin uso) del parque de Las Norias que fue pasto de las llamas hace más de un mes evidencian que los indigentes que dormían entonces en su interior han ... vuelto a ocupar este espacio destinado a la demolición. Y así es. Detrás de las mantas del cubo que se salvó del fuego, en un espacio destinado a la cocina, se oculta un colchón, un sillón y restos recientes de la presencia de inquilinos. Pero no solo eso. Justo al lado, en otro pequeño cuartucho junto a los aseos, se encuentra otra 'habitación' en uso con restos recientes de comida.
En los dos espacios, y así ocurría a primera hora de la mañana de este sábado -las imágenes se tomaron un día antes-, pernoctan de nuevo desde hace algunos días los mismos indigentes que habitaron el ahora destartalado cubo de cristal situado junto a los jardines y el lago de la azucarera Santa Victoria cuando se incendió en la madrugada del 5 de marzo. Entonces eran cuatro los inquilinos de este espacio de propiedad municipal, levantado en 2007 en paralelo a la apertura del parque de Las Norias, pero que nunca llegó a estar en uso. Las llamas destrozaron entonces la cristalera y el techo del cubo principal, de 80 metros cuadrados.
Nadie resultó herido, pero el mal estado del espacio, que cuenta con otro cubo adosado de 42 metros cuadrados (para cocina, almacén y aseos), obligó al Ayuntamiento a asegurar su peligroso interior el 13 de marzo, ocho días después del incendio, y a acordonar con un precinto policial su perímetro para evitar precisamente que nadie entrara. Pero a día de hoy, mes y medio después del siniestro, los indigentes vuelven a ocupar dos estancias del cubo adosado al espacio acristalado en el que dormían antes.
Y todo ello a la espera de que el Consistorio lleve a cabo la anunciada demolición del maltrecho bar, que nunca ha llegado a tener más uso que el de cobijar a este grupo de personas sin hogar, con la intención de mantener solo su estructura metálica para habilitarlo como pérgola destinada a «dar sombra» en un área verde que no está sobrado de ella.
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La demolición del bar llega en el momento de mayor apogeo de la expansión urbanística del entorno, con la Ciudad de la Comunicación a rebosar ya de viviendas y vecinos y en vísperas de que la cercana vía férrea de Ariza (la de servicio deRenault) desaparezca y una definitivamente el parque de Las Norias con el pujante barrio que linda por el otro lado con el paseo del Arco de Ladrillo.
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