La incertidumbre ante la covid-19 dispara la venta de piscinas domésticas

La brutal incidencia de la covid-19 en las vidas de todos desde mediados del mes de marzo y el confinamiento al que los ciudadanos se han visto sometidos para achicarle el espacio al virus han llenado de incertidumbres todas esas cuestiones y la perspectiva de una temporada estival mucho más limitada que las de épocas anteriores ha empujado a muchos a buscar un hueco en sus domicilios para asegurarse los baños pese a no saber si podrán ir a una casa en la playa o si las piscinas comunitarias y municipales finalmente podrán abrir; y mucho menos cuándo.

Todas las empresas del sector constatan un crecimiento en las ventas y también en las solicitudes de información ya que, hasta la llegada de esta época tan oscura, muchos ni si quiera se habían planteado nunca la posibilidad de tener piscina propia.

Así lo asegura Gloria Melero, propietaria de Piscinas Valladolid, que estima que el volumen de trabajo supera «cuatro o cinco veces» al que tenía su empresa hace tan solo doce meses.

«Tengo la voz y la garganta rotas», asegura para ilustrar este aumento exponencial de las consultas que recibe cada día. «Los que ya tenían piscina compran como cada año los productos para repararla y tenerla a pleno funcionamiento, pero son muchas las llamadas de personas que no conocen nada sobre la materia y preguntan sobre qué tienen que hacer o dónde pueden instalarlas». relata.

Su empresa vende piscinas cuyos precios base son relativamente asequibles y que los clientes pueden montar ellos mismos, así que Gloria Melero se afana en informarles especialmente sobre los lugares en los que pueden colocarlas ya que si es sobre un terreno debe de estar bien nivelado y en el caso de que no se trate de una planta baja hay que buscar información sobre los kilos que puede aguantar el forjado. «Brutal no, lo siguiente», asegura cuándo se le cuestiona sobre el volumen de trabajo que está afrontando su empresa que, según sus impresiones, empezó a recibir más consultas de lo habitual a mediados de abril, con los primeros días de calor de la primavera y en la cuarta semana de confinamiento de la población.

«La gente está preocupada por lo que pasará en verano», reconoce Miguel Ángel Díaz de Tecnoclima, una empresa que también ha recibido un «fuerte aumento de la demanda» de sus productos en los últimos días.

Las grandes superficies también han constatado un gran volumen de ventas de piscinas, como reconoce José Antonio Lobato, jefe de Comunicación de El Corte Inglés en Castilla y León. Con la venta centralizada a través de Internet debido a la incidencia de la pandemia, se ha dejado notar este incremento.

Lo mismo ocurre con otros como Leroy Merlín, que la semana pasada informó mediante una nota de prensa de que sus ventas de piscinas desmontables han crecido un 350% de la mano de una activación del mercado que ha llegado «antes que en años anteriores» y que ha traído consigo también una mayor comercialización de productos asociados como pérgolas, parasoles o barbacoas.

Mientras, en Valladolid, el Ayuntamiento ha aprovechado la obligación de cerrar todas sus instalaciones deportivas para llevar a cabo los preparativos y tener listas sus cuatro piscinas al aire libre para cuando desde el Gobierno se permita la apertura de unos centros que el año pasado recibieron a 120.000 usuarios.

En ellas ya se ha llevado a cabo el vaciado y la limpieza de los vasos y las labores de desinfección necesarias para una apertura que aún carece de fechas.

De igual manera, en los últimos días se está realizando una intervención en la Playa de las Moreras para renovar la arena de la superficie y la tierra sobre la que se asienta. Gracias a esta inversión de 30.000 euros que también alcanza a las zonas recreativas anexas se podrá disponer de un espacio donde realizar actividades y campamentos de día para niños y jóvenes.